viernes, 11 de septiembre de 2015

Congreso ucraniano en Madrid

Yuriy Chopyk en un acto en Madrid de homenaje a Maidan
 y las fuerzas ATO. Febrero de 2015
Este fin de semana se celebra en Madrid el Congreso Mundial de Ucranianos, un acto anual en el que la diáspora ucraniana en los diferentes países reivindica su idea de lo que es, o debe ser, Ucrania. Además de los temas habituales, especialmente el de la denuncia de la desinformación rusa, el congreso celebra este año la llegada de los primeros ucranianos a España, un acto que refleja perfectamente tanto la diáspora actual como la original y la relación entre ambas.

El 31 de diciembre de 2013, el servicio de prensa del partido ucraniano Svoboda informaba de una acción de protesta realizada ante la Embajada de Ucrania en Madrid. Ese
día, partidarios del partido ultraderechista en España, agrupados en torno a la Asociación Volya de Ivan Vovk, organizaban un nuevo piquete ante la representación ucraniana en España. Antes de concluir el acto, Vovk señaló a Stepan Bandera como ejemplo en la lucha de los ucranianos por la justicia social y nacional. “No hay duda de que Stepan Bandera, habiendo tenido millones en Maidan en 1942 o 1946, habría sido capaz de vencer no sólo al régimen de Yanukovich sino también a Hitler y Stalin”, afirmó.

Otro participante en el acto de protesta, Yuriy Chopyk, insistió en la importancia del apoyo de los que “se oponen al régimen y pretenden eliminar, de forma pacífica, el Gobierno de Azarov [en aquel momento primer ministro de Yanukovich] y celebrar elecciones presidenciales y parlamentarias anticipadas”. Chopyk es el líder de la “Comunidad Ucraniana en España por los Derechos, Dignidad y honor de los Ucranianos”. Esta organización tiene su origen en la Asociación Ucraniana en España, impulsada en 1994 por Theodor Barabash. Hasta su muerte en 2014, Barabash seguiría ocupando la Presidencia Honoraria de esta comunidad ucraniana en España.

Desfile de reclutas de la Division Galizien, 18 de julio de 1943, Lviv
Barabash, que formaba parte de un grupo de 18 personas, llegó a España el 31 diciembre de 1946. Como informaba entonces el diario ABC, el grupo zarpó del puerto de Génova en el barco “Valencia” con dirección a Barcelona. Su destino final era Madrid, donde iban a integrarse en la Universidad de la ciudad. El Vaticano y la Cruz Roja facilitaron nueva documentación y pasaportes a los viajeros. Todos ellos eran antiguos soldados de la Galizien Division de las SS alemanas. Su principal base de reclutamiento fueron las zonas occidentales de Ucrania, en particular Lviv y la actual Ivano-Frankivsk.



Barabash, que ingresó en la unidad militar nazi en 1943, fue uno de los miembros de la División. Formada por voluntarios ucranianos, y recluidos por entonces en el campo británico de Rimini, los miembros de la División Galizia se beneficiaron de las gestiones realizadas por el prelado nacionalista, muy cercano a la OUN, Ivan Busczko. Según algunas fuentes, Buszcko consiguió que una delegación de estudiantes ucranianos participara en el Congreso de la Organización Internacional de Estudiantes e Intelectuales católicos “Pax Romana”, entre junio y julio de 1946. Fue el origen de la concesión de 25 becas a estudiantes ucranianos que permitieron la llegada de Barabash y otros “estudiantes” a España.



Prisioneros ucranianos de la Galizien Division alemana. Detrás, el campo británico de prisioneros de guerra de Rimini
Prisioneros ucranianos de la Galizien Division alemana.
 Detrás, el campo británico de prisioneros de guerra de Rimini
Como permiten comprobar los documentos desclasificados por la CIA, que revelan que la llegada de los primeros estudiantes ucranianos a España no se debió en exclusiva a la intervención de la Iglesia católica, la realidad es algo más compleja. Su llegada también está vinculada a la llamada Operación Belladonna, el primer ejemplo de colaboración de las agencias de inteligencia de EEUU con miembros del entorno de la OUN de Stepan Bandera. En este marco de colaboración entre EEUU y las organizaciones ultraderechistas ucranianas, orientada a conseguir información sobre la URSS y prevenir la infiltración soviética, las agencias estadounidenses facilitaron la distribución de la diáspora ucraniana por Europa y Norteamérica.

Un documento de 1946 sobre la Operación Belladona confirma que la UHVR, el Consejo Supremo de Liberación de Ucrania, dominado por la OUN, envió a cuatro representantes de Obnova al congreso de Pax Romana en Salamanca de 1946. Aunque pronto retornan a su base de Múnich, el documento desclasificado por la CIA señala que la UHVR los reemplazaría en España por cuatro agentes, aprovechando la cobertura que facilitaba el sistema de becas. El personaje central de la operación, por parte ucraniana, fue el sacerdote nacionalista, vinculado a la OUN, Ivan Hrinioch, un estrecho colaborador de Buczko. Ambos formaban parte de la rama greco-católica de la Iglesia romana, opuesta al movimiento jesuita que controlaba el devenir de la zona oriental en el Vaticano.

Hrinioch, junto a otros cuatro miembros, entre los que se encontraban Mykola Lebed y Yaroslav Stetsko, conformaban el Referrat-33, el núcleo de poder de las estructuras vinculadas a la OUN y a la UPA en Europa. La mayoría de ellos tenían su base en Múnich, aunque Lebed residía entonces en Roma.

En Madrid, Barabash fue clave en la creación de las estructuras que llegarían a permitir a la OUN el control de las emisiones en ucraniano de Radio Nacional. Fundó muy pronto la rama de la Asociación Obnova de estudiantes ucranianos católicos en España. Su papel de líder local de la comunidad ucraniana en España ya era bien evidente en 1980, durante el periodo de la Conferencia de Madrid sobre Seguridad y Cooperación en Europa. Se encargó de acoger en Madrid al matrimonio Stetsko, por entonces los principales representantes del nacionalismo banderista en el mundo. Según el propio Barabash, el futuro Presidente del Gobierno de España, Leopoldo Calvo Sotelo, con el que mantenía una relación familiar a través de su mujer, contribuyó a facilitar la manifestación que realizó por entonces la comunidad ucraniana. El lema principal era la denuncia de la URSS y de Rusia.

En la actualidad, Yury Chopyk es el representante de la comunidad ucraniana española en el Congreso Mundial Ucraniano (Ukrainian World Congress, UWC). Ahí asume la Presidencia del Comité Internacional de Desarrollo de Nuevas Comunidades Ucranianas. El Congreso ucraniano ha sido reconocido por el Consejo Económico y Social de la ONU como una ONG con un estatuto especial de consultor. Entre los fines de la UWC destacan, entre otros, la promoción de la identidad nacional ucraniana, la búsqueda de reconocimiento internacional del Holodomor de 1932-33 como acto de genocidio, la integración de Ucrania en la Unión Europea o el reforzamiento de Ucrania como Estado, garantizando la inviolabilidad de sus fronteras.


Entre el 11 y el 13 de septiembre, el Congreso Mundial Ucraniano celebrará su asamblea anual en la que estudiará la mejor forma de coordinar los movimientos mundiales de apoyo a favor de Ucrania, contrarrestar la desinformación procedente de Rusia y fortalecer la red global del UWC. El acto se celebrará en Madrid e incluirá un concierto en el que se conmemorará el 70 aniversario de la llegada de la diáspora ucraniana a España y el décimo aniversario de la organización de Chopyk. La gala principal del congreso se celebrará en el Instituto Cervantes, institución pública que depende del Ministerio de Asuntos Exteriores. La organización prevé también una marcha, en teoría por la paz, en la Puerta del Sol para el domingo. La UWC llega a un país en el que los líderes ucranianos siempre han estado vinculados a sus sectores más a la derecha y también al franquismo que les acogió.

Esa identificación ha perdurado como muestra, de forma tan anacrónica como real, tan antigua como presente, en la bandera franquista que acompaña en su página web a los datos de contacto de los dos grupos que en España se integran en la UWC.
ucrania bandera franquista
El nacionalismo ucraniano alardea constantemente de su resistencia y lucha tanto contra el comunismo como contra el nazismo. La realidad es bien diferente, como revela la historia de la diáspora ucraniana en España. En esa historia, nacionalismo ucraniano, colaboración con el nazismo y connivencia natural y duradera con el franquismo y su herencia política más reaccionaria forman una amalgama que sólo los necios, los ignorantes y los manipuladores se atreverían a negar.

Uno de los rasgos comunes de ese nacionalismo es la aceptación del uso de la violencia, una violencia que no se dirige sólo contra el enemigo exterior. En el acto de diciembre de 2013 ante la embajada ucraniana, los asistentes participaron en una oración por el alma de Pavlo Mazyrenko, que según Svoboda había muerto pocos días antes a manos de los Berkut.

Un clérigo greco-católico pronunciando un discurso para apoyar el reclutamiento de
 voluntarios para la División Galizia de las SS en Lviv el 18 de julio 1943.
Menos de dos años después, la militancia de Svoboda y de otros grupos radicales se enfrentan a aquellos a los que ayudaron a llegar al poder tras la caída de Yanukovich. El 31 de agosto de 2015, el mismo grupo de actores que llevó al poder a Yatseniuk y Poroshenko, entre ellos miembros de Svoboda y del Carpathian Sich, batallón voluntario vinculado al partido, provocó los disturbios en los que murió Ihor Derbin, un recluta de la nueva Guardia Nacional ucraniana. El Carpathian Sich es también uno de los batallones voluntarios que han recibido ayuda económica y material de la diáspora ucraniana en España. El proceso estuvo liderado por Ivan Vovk, líder de Svoboda en España y protagonista también de los enfrentamientos entre estudiantes de la Universidad Complutense y nacionalistas ucranianos que trataban de impedir un acto sobre la masacre de Odessa.

Está por ver si en el Congreso de la UWC algún sacerdote de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana, o de esa Iglesia Greco-Católica que nunca ha dejado de apoyar al movimiento banderista, dedicará alguna palabra en recuerdo del policía fallecido en Kiev. Lo que sí parece seguro es que las juventudes de ese movimiento seguirán desfilando con orgullo en recuerdo de la Galizien Division de las SS por las calles de ciudades como Lviv.


28 de abril de 2014. Marcha de homenaje en Lviv a la Galizien Division.
Como puede observarse, el núcleo de los manifestantes son personas muy jóvenes
.

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