El pasado 25 de marzo de 2015 el general Christophe Gomart, responsable de la Dirección de Inteligencia Militar [DRM en sus siglas en francés], compareció ante la Comisión de Defensa de la Asamblea Nacional francesa. Aunque el motivo de su intervención era un proyecto de ley sobre inteligencia, el militar francés abordó una serie de cuestiones de interés sobre el actual conflicto en Ucrania. Este país se ha convertido en central para la DRM, no sólo por el interés de esta unidad en anticipar crisis como las observadas en Donbass sino por el objetivo de “vigilancia estratégica permanente que incluye el seguimiento de las grandes potencias militares potencialmente peligrosas, en particular China o Rusia”.
Situada en un contexto en el que la posición potencialmente enemiga de Rusia aparece con claridad, resulta reveladora la respuesta de Gomart a la pregunta formulada por un parlamentario sobre las relaciones de la DRM con la base de la OTAN en Norfolk. La respuesta aborda tanto el papel de la OTAN en materia de inteligencia como el debate sobre la presencia rusa en Ucrania. Gomart sostiene lo siguiente:
Tenemos excelentes relaciones con el Mando Supremo Aliado de Transformación (SACT) y las notas de inteligencia de la DRM alimentan, de hecho, la reflexión de la OTAN.
(…) La verdadera dificultad con la OTAN es que la inteligencia estadounidense es preponderante en ella, mientras que la inteligencia francesa se tiene más o menos en cuenta, de ahí la importancia para nosotros de alimentar suficientemente a los ‘commanders’ de la OTAN con informaciones de origen francés. La OTAN había anunciado que los rusos iban a invadir Ucrania mientras que, según la información de la DRM, nada venía a apoyar esta hipótesis; habíamos constatado en efecto que los rusos no habían desplegado ninguna comandancia ni medios logísticos, en particular hospitales de campaña, que permitieran considerar una invasión militar, y las unidades de segundo nivel no habían realizado ningún movimiento. Los acontecimientos posteriores han demostrado que teníamos razón ya que, si se vieron efectivamente soldados rusos en Ucrania, se trataba más de una maniobra para presionar al Presidente ucraniano Poroshenko que de un intento de invasión.
Otra respuesta sobre la cooperación entre Francia y los países de Europa occidental sirve al general francés para profundizar en su visión del papel de la inteligencia de la OTAN en lo relativo al seguimiento del problema ucraniano. Gomart pone de manifiesto la instrumentalización política de esta información al precisar lo siguiente:
La cooperación con los países de Europa occidental es buena. La DRM participa en dos foros, uno de los cuales reúne regularmente a los países de la OTAN en torno a diversos temas. Recuerdo que en uno de estos foros, se buscó forzarnos la mano en la cuestión de Ucrania. Esto demuestra la importancia de contar con informaciones concretas y objetivas: desde este punto de vista, Francia cuenta con medios que le permiten evaluar las situaciones y hacer valer su punto de vista.
Las declaraciones de Gomart en la Asamblea francesa muestran que la inteligencia procedente de la OTAN no siempre se ajusta a la realidad de los hechos y que, al menos desde el punto de vista de la DRM, debe ser contrastada con otras fuentes de información para resultar por completo creíble.
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