lunes, 27 de abril de 2015

En nombre de la libertad de prensa: censura

Entrevista a Dunja Mijtovic, representante de la OSCE para la libertad de prensa, que refleja perfectamente la postura europea ante el conflicto ucraniano y una visión sesgada que no solo no está basada en los hechos, sino que supone un obstáculo más para la solución de la crisis.

Representante de la OSCE sugiere buscar el equilibrio entre la libertad de expresión y contrarrestar la propaganda rusa

El Gobierno ucraniano necesita encontrar el “equilibrio” que le permitiría tanto proteger la libertad de expresión como luchar contra la propaganda del Kremlin, explicó una representante de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa en una entrevista con el Kyiv Post.

Se está produciendo un debate en Ucrania sobre si la prensa pro-Kremlin, que incita a la guerra de Rusia contra Ucrania y fabrica mentiras, debería ser prohibida. Mientras algunos argumentan que son una amenaza a la seguridad nacional, otros condenan tales medidas como un ataque a la libertad de expresión.

“El Gobierno ucraniano necesita encontrar, con ayuda de la comunidad internacional, una fina línea sobre cómo tratar estos asuntos”, explicó Dunja Mijatović, representante de la OSCE para la libertad de prensa.

Propaganda rusa

Explicó que, en general, la prohibición de canales de televisión “no es una opción que ninguna democracia debería buscar”. El Consejo Nacional de Televisión y Radiodifusión de Ucrania, el ministerio del Interior y los tribunales han prohibido al menos 15 canales de televisión rusos [Todos los canales informativos rusos salvo el opositor TV Rain-Ed], aunque algunos proveedores privados han conseguido evitar esas restricciones.

“Según el derecho internacional, hay ciertos programas de televisión que pueden ser prohibidos si existe un riesgo para la seguridad nacional, asumiendo que se cumplan todos los procedimientos legales”, dijo Mijatović.

Añadió también que son los tribunales los que deben tomar dichas decisiones. “Estoy totalmente en contra de que una agencia o cuerpo cuasi-judicial, por no decir el Gobierno, esté involucrado en esto”, dijo. Aun así, dijo, “la propaganda no es libertad de expresión…La propaganda es un demonio que puede crear enormes problemas en la sociedad. Hay que combatirla con la verdad”.

Mijatović, natural de Bosnia and Herzegovina y que dirigió el regulador de la prensa en dicho país, apuntó las similitudes entre la propaganda del Kremlin y la del presidente serbio Slobodan Milosevic durante las guerras de Yugoslavia entre 1991-1999. “Vengo de una región en la que la propaganda jugó un papel enorme”, dijo. “Se utilice como una herramienta para manipular a la gente, para inyectarles odio. La propagada creó la división y la gente vivía atemorizada”.

Mijatović explicó que la falsa historia de la crucifixión de un niño en Slavyansk, emitida en el primer canal ruso en julio de 2014 le recordaba a mentiras similares emitidas en la televisión serbia en tiempos de Milosevic.

“Cuando escuché la historia del niño crucificado, recordé la historia de la televisión pública que escuché en 1992, cuando estaba en Sarajevo”, dijo. “Decían que se cocinaba a los bebés de cierto origen étnico en el horno. No se presentaban pruebas. Otra historia era que se tiraba a los serbios a los leones para dar de comer a los animales del zoo”.

La visita de Mijatović a Crimea cuando estaba siendo anexionada por Rusia en marzo de 2014, donde ella y su equipo fueron detenidos por las autodefensas pro-Kremlin, evoca recuerdos similares. “Aterrizamos en Simferópol y lo primero que les dije a mis colegas fue Sarajevo revisitado”, explicó. “Lo sentí ahí. Vi como la gente nos miraba. Podría ver el miedo y la tensión”.

Contra-propaganda

Pese a los peligros de la propaganda del Kremlin, Mijaovic dijo que está en contra del uso de la contra-propaganda. Explicó que había criticado la creación del Ministerio de Información en diciembre. Muchos periodistas han ridiculizado el ministerio como potencial elemento de censura y propaganda y algunos lo han calificado de “Ministerio de la Verdad”, término tomado de 1984, de George Orwell. También se ha relacionado con iniciativas polémicas como la creación de un “ejército de internet” de blogueros pro-ucranianos.

Mejoría en la prensa

Aunque había considerado cuestionable la creación del ministerio, Mijatović explicó que había cooperado de cerca con las autoridades ucranianas desde la Revolución de Euromaidan y que había visto en el país voluntad política para proteger la libertad de expresión. “Uno de los grandes logros de Euromaidan es la libertad de expresión y la libertad de prensa”, dijo. “Y esto es algo que deber ser protegido”.

Esto contrasta con el Gobierno del expresidente Viktor Yanukovich entre 2010 y 2014. “La libertad de expresión no existía bajo Yanukovich. Pero decir que había menos libertad de expresión con Yanukovich no quiere decir que todo sea perfecto. Había muchas expectativas. Algunas se han cumplido, pero no todas”.

Ataques contra periodistas

Uno de los principales problemas que Ucrania debe solucionar es la impunidad de aquellos responsables de ataques contra periodistas. “Todo ataque debe ser investigado y los culpables e instigadores deben ser llevados ante la justicia”, dijo. Mijatović mencionó específicamente el asesinato de Vyacheslav Veremiy, periodista del periódico Vesti, asesinado durante la Revolución de Euromaidan en febrero de 2014. En noviembre de 2014, Anton Gerashenko, miembro del parlamento, anunció que se había presentado un procedimiento criminal contra uno de los presuntos asesinos, un matón pro-Yanukovich supuestamente contratado por el exministro del Interior Vitaly Zakharchenko, que se buscaba a otras siete personas. “Parte de esa investigación se realizó a puerta cerrada y aún no hay un cierre al caso”, dijo Mijatović.

Otro caso de referencia es el del periodista Georgiy Gongadze en el año 2000. “Es importante encontrar a los instigadores del asesinato de Gongadze”, dijo. “Sigue suponiendo una marca negativa para Ucrania. Es algo que marcó al país para siempre por la brutalidad del asesinato”. Cuatro empleados del Ministerio del Interior, incluyendo el antiguo teniente general Oleksiy Pukach, fueron condenados a penas de prisión por el asesinato, pero por el momento no se ha encontrado a los organizadores. Acusaciones de que el expresidente Leonid Kuchma estaba detrás del asesinato dieron lugar a grandes protestas en 2000-2001.

Influencia de los magnates y los medios de comunicación

La influencia de los oligarcas –término común para los magnates ligados al poder político– en los medios también es un problema. Mijatović apuntó que era un defecto que Ucrania comprarte con países occidentales, donde los imperios mediáticos del empresario australiano-americano Rupert Murdoch o del exprimer ministro italiano Silvio Berlusconi se h0000000an convertido en blanco de las críticas. “Tienen un efecto devastador en el periodismo verdadero, genuino”, dijo.

Para evitar el sesgo y manipulación en ocasiones característico tanto de los medios controlados por el Estado como en los influidos por los oligarcas, Mijatović llamó a crear un canal de servicio público similar a la BBC. Alabó el proyecto de ley para introducir dicho servicio público, que será considerada el 19 de marzo, y coopera con las autoridades ucranianas en el tema.

Aunque la Verkhovna Rada establezca este servicio, el Estado debe “quedar fuera” de su línea editorial, dijo.

Persecución a los medios en Crimea y en Donbass

Mijatović también comentó lo que descrió como “una caza de brujas contra los periodistas y blogueros” en las zonas controladas por los separatistas en el este de Ucrania y en la Crimea controlada por Rusia.

“Las autoridades de facto (separatistas) no son muy amigos de los medios”, dijo, añadiendo que era prácticamente imposible para la prensa ucraniana trabajar en áreas bajo su control y muchos periodistas han sido detenidos allí”.

Mientras tanto, la Crimea anexionada por Rusia ha prohibido los canales de televisión ucranianos, periódicos y revistas en la república y ha cerrado ATR, el canal tártaro más importante. Pero es complicado hacer nada al respecto, en parte porque la representante para la libertad de expresión de la OSCE no dispone de un mandato para negociar con las autoridades ilegítimas de Crimea ni con los separatistas apoyados por el Kremlin en Donbass.

“Vivimos en una especie de círculo vicioso en lo que se refiere a la diplomacia internacional”, dijo Mijatović.
Flores en memoria de Oles Buzina, asesinado en Kiev el 16 de abril.

Un mes después de la publicación de esta entrevista, los recientes asesinatos de varios miembros de la prensa, así como las ya conocidas detenciones de periodistas por el único delito de mantener una posición contraria a la gubernamental, ha vuelto a traer a la actualidad el estado de los medios y la libertad de prensa en Ucrania. La reacción de la prensa occidental, que denuncia cada exceso que se comete contra la prensa en las Repúblicas Populares y justifica los del Gobierno ucraniano, también ha puesto de manifiesto la hipocresía de la prensa, las instituciones y gobiernos europeos.

Dunja Mijatović, representante de la OSCE para la libertad de prensa, mostraba su pesar tras el asesinato del periodista ucraniano Oles Buzina. “Este terrible acto es solo otro recordatorio de los peligros asociados al ejercicio del periodismo. Este asesinato ha de ser inmediata y completamente investigado por parte de las autoridades competentes”, decía Mijatović, que también se acordaba de otro periodista, Sergei Sukhobok, asesinado el 13 de abril. “Reitero que pido a las autoridades que asignen los recursos necesarios para investigar todos los ataques contra periodistas. No puede haber impunidad para los culpables y autores intelectuales detrás de la violencia contra los miembros de la prensa”. Buenas palabras aparte, no hay en el discurso de Mijatović atisbo alguno de crítica a un Gobierno que con su retórica nacionalista y belicista ha creado las condiciones para que la violencia se generalice con impunidad.

La postura de Mijatović ante la evidente represión que se ejerce en Ucrania contra la prensa no afín al nuevo Gobierno no ha cambiado desde la publicación de esta entrevista. El artículo fue publicado el 18 de marzo, tres días después de que fuera encontrado el cadáver de otra periodista, Olga Moroz, y refleja perfectamente la postura de Dunja Mijatović en lo que respecta a la libertad de prensa en Ucrania y en las Repúblicas Populares.

No es casualidad que los casos de represión y ataques a los periodistas a los que se refiere Mijatović se refieran a tiempos anteriores a Euromaidan. Los casos de acoso, represión, censura o detención de periodistas en Ucrania no suelen encontrar su sitio en la prensa occidental o en los informes de la OSCE. Pero ahí están los casos de detenciones por motivos ideológicos de Ruslan Kotsaba o Alexandr Bondarchuk, ambos ciudadanos ucranianos y encarcelados a la espera de ser juzgados por alta traición. Adriy Zakharchuk, también ucraniano, fue detenido, intercambiado como prisionero de guerra y declarado persona non grata en Ucrania, por lo que su única opción era cruzar la frontera a Rusia una vez liberado en Donbass. Sergei Dolgov, editor de un periódico en Mariupol, desapareció en junio, presumiblemente detenido por el SBU y, pese a algunas informaciones de su muerte, las autoridades nunca han dado una explicación. Oficialmente, Dolgov sigue desaparecido. El tema llegó, gracias al griego Kostas Papadakis, a la Comisión Europea, que no mostró interés alguno. Estos casos, además de las muertes de Moroz, Sukhobok o Buzina, son solo los casos más conocidos.

Pero es más sencillo para Europa centrarse en criticar a Rusia, Crimea y a las Repúblicas Populares. Aleksandr Zakharchenko, por ejemplo, es tan reacio a dejar trabajar a la prensa hostil que esta semana ha concedido entrevistas a VICE News, Bloomberg y Der Spiegel. Si bien es positivo criticar los excesos que puedan cometerse, es preferible hacerlo con hechos. Por ejemplo, mientras reporteros ucranianos sí pueden trabajar en Donbass (Timer, por ejemplo, lo hace habitualmente), Ucrania no solo ha prohibido emitir todos los canales rusos salvo el opositor TV Rain, sino que les ha retirado la licencia para trabajar en el país.

Mijatović prefiere centrarse en un caso, el de aquella supuesta crucifixión de un niño en Slavyansk que tan solo recogió una parte minoritaria de la prensa rusa, para calificar a toda la prensa de ese país como propaganda y, por tanto, censurable. Dando la razón a aquella frase que se adjudica a Josef Stalin, esa que decía que un muerto es una tragedia, mientras que un millón de muertos son una estadística, Mijatović prefiere centrarse en un caso, olvidando el problema de verdad: las 6000 personas que sí han muerto en la guerra y, a otro nivel, el escaso nivel de la información ofrecida por la prensa occidental, que, como Mijatović, toma por cierta toda afirmación del Gobierno de Kiev. No es casualidad que, para realizar su informe sobre la situación, el International Crisis Group cite habitualmente a la prensa separatista, admitiendo que en muchas ocasiones es más precisa que la ofrecida por Kiev.

La entrevista cuenta con todos los tópicos habituales sobre la agresión rusa, la ausencia de libertad de expresión en tiempos de Yanukovich, la propagada rusa contra la que hay que luchar y el paralelismo entre Slobodan Milosevic y Vladimir Putin. Pero Dunja Mijatović quiere ir un paso más allá y se aventura con un paralelismo entre Sarajevo y Simferopol. Conviene recordar que, criticable o no la anexión de Crimea, el proceso se realizó sin derramamiento de sangre. En Sarajevo, por el contrario, los impactos de artillería siguen siendo visibles en muchos edificios hoy en día, dos décadas después del final de la guerra. Tergiversar los hechos no puede ayudar a solucionar conflicto alguno. Realmente vivimos en una especie de círculo vicioso.

1 comentario:

  1. Muchos diarios de Europa estan atacando por todos lados a RUSIA para tratar de derrocar al gobierno del Presidente Vladimir Putin. Mucho ha hecho por la Democracia el Presidente Putin pero Poroshenko que es un titere de los Estados Unidos usan la poca Libertad de Expresión en Ucrania para atacar al gobierno del Presidente Vladimir Putin. Igual pasa con el Presidente electo Democraticamente, limpiamente y con testigos de varios paises Presidente Nicolas Maduro y Bashar Alsad de Siria.

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