domingo, 8 de febrero de 2015

Víctimas civiles de los bombardeos ucranianos

Valeria Parkhomenko
Mientras la prensa occidental y la diplomacia europea exigían un alto el fuego en la zona de Debaltsevo, donde se concentran en estos días algunas de las operaciones militares más importantes y donde el Ejército Ucraniano se encuentra en una situación complicada, los bombardeos de artillería continuaban en otras zonas del frente. El 4 de febrero, un hospital de la ciudad de Donetsk era víctima de un ataque con artillería. También se veía afectada una guardería cercana.

Ocupada también en otras zonas del frente, la misión de observación de la OSCE no llegaba a la escena hasta el día siguiente. En aquel momento, la milicia, el Batallón Vostok, ya había retirado los restos humanos de los cinco fallecidos (el sexto falleció en un hospital) que había causado el ataque. Solo quedaban entonces restos de sangre. El informe de la OSCE habla de otros 26 heridos, que tuvieron que ser trasladados a otros hospitales de la ciudad. El informe no trata de buscar culpables (pese a que ni un hospital ni una guardería son objetivos militares) y se limita a indicar la procedencia de los disparos: sur-suroeste, que apunta a las posiciones de artillería del Ejército Ucraniano al sur de la ciudad.

El diario ruso Komsomolskaya Pravda acerca la historia de una de las víctimas de ese ataque:

Embarazada de 19 años, víctima del bombardeo contra un hospital en Donetsk


Una joven embarazada perdió la vida delante de otros viandantes cuando un proyectil impactó en una zona residencial en Donetsk. Valeria Parkhomenko estaba deseando ver la primera ecografía de su futuro bebé el 4 de febrero. Iba a ser el primer hijo de esta joven de 19 años. Había comentado a su familia y a sus amigos que era el momento perfecto para conocer si el bebé sería un niño o una niña. Sus padres esperaban escuchar las buenas noticias, pero tras dos horas, su hija aún no había llamado. Mientras esperaban, empezaron a llegar noticias sobre el bombardeo en los alrededores del hospital. Los proyectiles habían caído junto a los edificios hospitalarios. Sus hermanas comenzaron dar la alarma en las redes sociales, rogando cualquier información sobre Valeria.
“¿Puede que haya resultado herida e ingresada en el hospital sin nombre o identificada con un nombre erróneo? ¿Puede que la haya visto alguien? Por favor, distribuyan la información. Cuanta más gente vea este mensaje, más posibilidades de que alguien pueda saber algo de ella”, se preguntaban Lily y Vicky.

Entonces, sus padres comenzaron a buscar a su hija en las calles cercanas al Textilshchik. Pero nadie había visto a una chica guapa vestida con un abrigo azul y un bolso marrón. Las redes sociales no aportaron respuesta alguna. Solo cuando los padres registraron la zona junto al hospital encontraron trozos rasgados del pasaporte de Lera.

Lo único que quedó de su cuerpo es el cráneo. Sin querer creer la muerte de su querida hija, los padres solicitaron un análisis de ADN para de los restos que se habían encontrado.

Amigos, conocidos y extraños preocupados se reunieron para una vigilia nocturna, rezaron junto a sus padres y enviaron mensajes de esperanza a las hermanas de Valeria en las redes sociales. Pero por la mañana, el resultado del análisis de ADN confirmó los peores presagios: los restos pertenecían a Valeria.

Una buena amiga de Lera nos contó que “estamos de luto por nuestra amiga, pero esperamos que esté en un lugar mejor”.

El funeral se celebrará mañana.
 Komsomolskaya Pravda

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