viernes, 28 de noviembre de 2014

“Nos encontramos cara a cara con el fascismo del siglo XXI

Fragmentos más destacados de la entrevista en profundidad de Workers World a Victor Shapinov, uno de los líderes de Borotba desde su exilio en Crimea en la que se tratan las claves de la crisis ucraniana desde las protestas de Maidan, la presencia de elementos fascistas en las nueva Ucrania nacida del golpe de Estado de febrero, los orígenes de Borotba, el aspecto de clase en la oposición, o el papel que deben jugar los comunistas en Ucrania yen los territorios rebeldes.
No hay ningún alto el fuego. El ejército ucraniano nunca ha dejado de disparar. Hemos visto algunos de los bombardeos de artillería más crueles sobre la ciudad de Donetsk tras la firma del Protocolo de Minsk, algunos de los más fuertes de la guerra. Creemos que existen negociaciones en la sombra entre el imperialismo estadounidense, la Unión Europea y Putin sobre cómo frenar la situación para buscar una solución aceptable para todos.
Las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk no son más que peones en un juego que va más allá de ellos. Es una pena, pero es cierto. Las Repúblicas Populares han tenido que firmar estos tratados porque saben que no pueden sobrevivir sin la ayuda humanitaria rusa.
Creemos que Igor Strelkov fue apartado por representar una línea más dura en este conflicto. Ahora vemos que la mayor parte de los comandantes no apoyan este acuerdo. Antes de Minsk, la milicia estaba avanzando frente al deprimido ejército ucraniano y estaba cerca de derrotarlo en algunas zonas.
Una de las razones por las que las milicias no pueden apoyar este tratado de paz es que hay solo una pequeña parte del territorio. De esta forma, las Repúblicas Populares, o Novorrusia, o no sobrevivirán o serán completamente dependientes de Rusia. Quieren construir un Estado de verdad que pueda ser independiente. Por supuesto que quieren tener relación directa con Rusia, pero no quieren ser una marioneta.
Por otra parte, y estamos intentando ejercer alguna influencia en este punto, el problema no es solo Donetsk y Lugansk, sino al menos la quinta parte de Ucrania, o puede que toda ella. No creemos que Ucrania, ni siquiera la zona del noroeste, deba ser gobernada por oligarcas, nacionalistas y fascistas. La población no debería vivir bajo este régimen, aunque en este momento tenga apoyo social. Creemos que es pésimo para Ucrania y que destruirá el bienestar económico de la población, también de la Kiev y Ucrania occidental.
Autodeterminación para otras zonas de Ucrania
Después del golpe de Maidan, Borotba ha participado activamente en la creación de un movimiento de resistencia en las ciudades del sudeste como Kharkov u Odessa. Ahora, desde el exilio en Crimea, estamos ayudando a establecer un Comité por la Liberación de Odessa, en el que participan algunos miembros del parlamento regional de Odessa, del consejo municipal y activistas civiles y políticos. Hemos exigido al Gobierno de Ucrania que expanda en tratado con Donetsk y Lugansk y que garantice el autogobierno y que legalice las milicias locales para que puedan convertirse en entidades legales y puedan mantener las armas. También exigimos que los residentes tengan el derecho a estudiar en su lengua materna.
Creemos que este debería ser el primer paso para parar la guerra civil, que continúa no solo en Donbass sino también en Odessa o Kharkov, no como una lucha armada, sino con acciones partisanas y protestas civiles que siempre son reprimidas. Pero aun así, la población sigue saliendo y exigiendo sus derechos. Siempre hay terror de la extrema derecha contra los activistas. Ahora muchos son prisioneros políticos, otros fueron apaleados hasta la muerte por neo-nazis y otros, como los miembros de Borotba, han tenido que abandonar Ucrania y ahora viven en Crimea.
Uno de los primeros pasos para parar la guerra civil puede ser extender el estatus especial para Donetsk y Lugansk al resto del sudeste. Intentaremos organizar una manifestación apoyando esta propuesta en Odessa. Las fuerzas ultranacionalistas están molestas con esta propuesta porque se trata de un paso constructivo. No pueden simplemente decir “son terroristas, son separatistas”.
Decimos “habéis aprobado esta ley de estatus especial, así que queremos otra para nuestras regiones”. Porque ahora mismo, estas regiones están gobernadas por gente nombrada por Kiev que no tiene raíces en estas tierras. Utilizan sus bandas paramilitares nacionalistas, que les defienden en situaciones críticas. En la práctica es un régimen de ocupación. El estatus especial sería un primer paso hacia una forma de autogobierno.
En realidad no es más que un movimiento táctico, porque como hemos dicho desde el primer día de esta guerra civil, la única forma de lograr la paz es derrotar a la junta de Kiev. La naturaleza social y de clase de la junta es librar una guerra contra toda la población. Es la única manera de agarrarse al poder. Por eso no creemos estos movimientos tácticos, como el alto el fuego o la ley de estatus especial, vayan a ser una solución para Ucrania.
La nueva Ucrania tras Maidan
Las fuerzas que han despertado por el movimiento de Maidan son destructivas y peligrosas para toda la sociedad. Estamos cara a cara con el fascismo del siglo XXI. Y no es así porque lleven retratos de Stepan Bandera o porque griten “Ukraine über alles” como clones de la Alemania Nazi. La naturaleza del fascismo está en su uso del poder estatal por el gran capital que utiliza el apoyo de la clase media y otros grupos para destruir con violencia  cualquier tipo de oposición política. Esta es la esencia del fascismo.
Dicen, “Somos demócratas, somos liberales”, pero construyen ese tipo de estructura política. Usarán la violencia si intentas ejercer algún tipo de oposición política. Puede ser violencia policial para acusarte de separatista o terrorista; pueden usar al SBU, pueden mandar a las bandas neo-Nazis o simplemente pueden darte una paliza o atemorizar a tu familia para que acabes abandonando la ciudad.
Una de las bases de Maidan se formó alrededor de bandas paramilitares, muchas de ellas con ideología radical o neo-Nazi. Algunos de ellos se hacían llamar “autodefensas de Maidan”.
Otro componente fue la “juventud de oro”, jóvenes ricos y de clase media que conducen coches de lujo y llevan armas. Odian a todo el que es acusado de apoyar a Yanukovich, porque según ellos son pobres y estúpidos, ganado humano. Para ellos la política solo puede ser para los empresarios.
Estas dos tendencias ideológicas se unieron en Maidan y crearon a un enemigo común: la población de Donbass. Consideran mala a la gente de Donbass porque muchos de ellos son de habla rusa o son pro-rusos. Esto les hace enemigos de la parte fascista o nacionalista de Maidan.
La población de Donbass es pobre, muchos de ellos son mineros y trabajadores, y eso les hace enemigos de la juventud de oro, que ve a la clase obrera como ciudadanos de segunda clase que no debería tener influencia política. Así que no es solo una cuestión nacional o una cuestión de idioma, sino que hay un componente social y de clase. No solo tienen ideas rusófobas, sino un tipo de racismo contra “el ganado” de Donbass. La aristocracia polaca usaba este término para referirse a los campesinos y ahora Maidan los usa para la población de Donbass.
Esta situación no se asemeja exactamente a los fascismos clásicos como el alemán o italiano. Se asemeja más a los movimientos paramilitares pro-fascistas de los años 70 y 80 en América Latina. Los oligarcas han creados sus propios grupos para militares y los usan para propagar el terror. Incluso Amnistía Internacional, que está apoyada por el imperialismo estadounidense, ha publicado un informe sobre los crímenes de estos grupos, como el batallón Aidar, al que acusa de saqueos, torturas o asesinatos en Donbass.
ucrania-euromaidanLa integración europea y sus consecuencias económicas
Mucha gente pensó que la llamada integración europea traería a Ucrania el nivel de vida Europeo. Pero para ver la realidad hay que mirar cómo es la situación en Grecia. La Unión Europea no trae una mejor calidad de vida, sino un régimen de austeridad y recortes sociales. Borotba fue una de las primeras organizaciones sociales que se posicionaron contra la integración europea. Publicamos un análisis sobre las consecuencias de la integración en el sistema económico de la UE. Para países como Ucrania, significa entregar el control de sus mercados al imperialismo europeo.
En el caso de la agricultura, por ejemplo, Ucrania tiene una gran producción. Pero los productos europeos son más baratos porque están apoyados por unos subsidios estatales que Ucrania no puede igualar, así que sus agricultores quebrarían. Es lo mismo en el caso de la industria. Ucrania va a inundarse de importaciones baratas de la UE y, a la vez, se perderá el mercado ruso y de la Unión Aduanera.
Países como Grecia, España o Portugal, que hoy viven bajo regímenes de austeridad, son la periferia de los países centrales de la Unión Europea. Ucrania será la periferia de la periferia. Es algo malo para la economía de Ucrania, aunque sea bueno para algunas ramas de la industria y para los grandes oligarcas. Porque ante esta crisis del capitalismo, quieren el apoyo de Occidente y garantías que aseguren su capital. Por eso han estado tan activos en la defensa de la integración europea.
Toda la televisión defendió la integración europea en cuanto comenzó Maidan. Yanukovich era muy malo y Maidan muy bueno. Prácticamente todas las televisiones en Ucrania son propiedad de grupos oligárquicos. Todas ellas promovieron Maidan y en cuanto ganó el golpe de Maidan empezaron a presionar por el acuerdo de asociación. Pero el tratado no se aplicará hasta 2016. Incluso en Europa las cosas no son tan fáciles.
Si hablamos de las reformas neoliberales exigidas a cambio de los créditos del Fondo Monetario Internacional, ya se están viendo las primeras consecuencias. La principal figura en este proceso es el primer ministro Arseniy Yatrseniuk, que es pro-Occidental y anunció, orgulloso, el mayor programa de privatizaciones de la historia de Ucrania. Vemos un nuevo tipo de política en Ucrania: por un lado el fundamentalismo del mercado y por otro el fascismo y el nacionalismo, que ahora caminan de la mano.
Al principio, mucha gente vio a Maidan como un movimiento popular contra la corrupción. ¿Pero quién era el líder político de este movimiento? Era este bloque de neoliberales y fascistas. Desde el primer día de protestas de Maidan, Borotba pronosticó que su victoria llevaría a este bloque al poder. Son las dos manos del monopolio del capital que tratan de garantizarse el control político y económico. Este fue la base social y política de Maidan.
Parte de la izquierda vio en Maidan un movimiento popular. Pero la gente está dividida en clases. No es solo una cuestión de lengua, si una parte de la población habla ruso y la otra habla ucraniano, sino una cuestión de clase. La clase media y la llamada clase creativa de las grandes ciudades fueron la base de Maidan. Incluso en las ciudades del sudeste había apoyo a Maidan de esas clases sociales.
En Rusia se produjo una llamada marcha por la paz, que en realidad no era por la paz sino de apoyo del Gobierno de Kiev. Estaba inspirada por la propaganda occidental y liderada por los liberales rusos. Su base social también es esa clase creativa. Este estrato social está ligado al capitalismo occidental. Muchos de ellos trabajan en ramas de la economía dominadas por las empresas occidentales. Muchos admiran a Occidente porque comparten su forma de vida y de consumo. Adoptan esta ideología y piensan que cualquiera que se les oponga o no sea pro-occidental es reaccionario o primitivo.
Las fuerzas de  la resistencia
Vemos a gente ligada a la producción, las minas, las fábricas y demás, en el movimiento Anti-Maidan o cercanos a sus posiciones. No se puede decir que haya una división de clases pura, que la burguesía esté en un lado y el proletariado en el otro. Es más complicado que eso.
La agenda política de Maidan no habla con una orientación de clases clara, solo habla de cómo la clase dirigente debe hacer una elección de civilización. Dicen que Ucrania tiene que elegir entre la civilización que significa Europa, por Occidente y contra Rusia, contra el Este. Incluso las fuerzas de la izquierda son culpables de adoptar este tipo de lenguaje.
Cuando Borotba lideraba Anti-Maidan en Kharkov, siempre decíamos que era ante todo un movimiento contra la oligarquía más que antifascista, porque fueron los oligarcas los que han alimentado a los fascistas, los que los han apoyado. Ahora vemos que forman batallones, los arman y los envían a Donbass. Siempre intentamos insistir en el punto de vista de clase.
A veces no hace falta la influencia de Borotba o de otras organizaciones de izquierdas y se desarrolla una conciencia de clase de forma espontánea.
Aleksey Mozgovoy, el comandante de la brigada Prizrak del ejército popular de Donbass, es un ejemplo. Es muy izquierdista y lucha contra la oligarquía y contra la burocracia. Su ideal es el autogobierno del pueblo, algo similar a los soviets (consejos de obreros) del primer periodo soviético. Y no es porque haya leído libros sino porque se inspira en este movimiento y ha hecho su propio análisis. Hay una buna base para trabajar con él.
También hay una fuerte influencia de la Federación Rusa en las fuerzas de la resistencia. De alguna manera, esto es bueno, porque sin apoyo ruso, la resistencia de Donbass habría sido violentamente destruida.
Al principio, la resistencia no tenía líderes, estructura, nada. Es un milagro que haya sobrevivido para crear un ejército que puede vencer al enemigo. Sin apoyo de Rusia no habría sido posible, esto es una realidad.
Pero Rusia no es un país socialista. Ni siquiera es un país democrático. Está intentando usar esta resistencia para su propio beneficio e intenta imponer ideas que no hagan daño al capitalismo, como la religión ortodoxa o el nacionalismo ruso.
El nacionalismo ruso en la resistencia de Donbass
En Occidente, si apoyas a las Repúblicas Populares siempre te encuentras con el argumento de que son solo nacionalistas rusos, que el conflicto en Ucrania es entre dos nacionalismos similares. Pero si hablas con la gente de Donetsk que se define como nacionalista ruso, es algo diferente.
Si alguien en Moscú se define como nacionalista ruso, hay un 90% de posibilidades de que sea fascista. Si alguien de Donetsk se define como nacionalista ruso, el 90% de las veces quiere decir que defiende los derechos de la población de habla rusa, el derecho a la educación en ruso y demás, o está en contra de Bandera. En lo económico, es socialista. Pavel Gubarev, por ejemplo, dice que es un nacionalista ruso, pero al mismo tiempo es socialista ortodoxo. Hay mucha mezcla de ideas.
La lucha ideológica solo está en sus primeros pasos. Es cosa del trabajo y de la lucha quién ganará y qué ideología emergerá.
Es una pena que Borotba siempre haya tenido una organización débil en Donetsk y Lugansk. Ahí es donde la resistencia ha sido más fuerte, así que no hemos tenido una influencia importante. Pero hay tendencias izquierdistas en el liderazgo político, como por ejemplo Boris Litvinov, que ha dicho “estamos construyendo una república con elementos del socialismo”. Es un antiguo miembro del Partido Comunista de Ucrania.
Sabemos que muchos de los soldados y comandantes del ejército popular son izquierdistas o comunistas, no solo Mozgovoy, sino otros muchos que fueron miembros del Partido Comunista o se definen como comunistas. Hay un batallón cuyo símbolo es la estrella roja. Muchos escuadrones luchan bajo la bandera roja.
Esa es la diferencia. Cuando discuto con algún izquierdista que dice “tienes que apoyar a Maidan o no apoyar a ninguna de las partes”, respondo: “No puedes ir a un acto de Maidan con una bandera roja, pero siempre hay banderas rojas entre los Anti-Maidan”. Y no solo tiene que ver con la nostalgia del pasado soviético, sino con la visión política de la población. Maidan quiere destruir cada estatua de Lenin y Anti-Maidan trata de protegerlas. Incluso algunos que se declaran monárquicos salen a proteger los monumentos de Lenin. Es una contradicción complicada.
Las tareas de los comunistas en la Ucrania
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Activistas de Borotba en el exilio en Crimea celebran el aniversario de la Revolución Bolchevique
La principal tarea es recuperar nuestro espacio político. Ahora tenemos una dictadura en Ucrania. Si eres comunista o de izquierdas, no puedes hablar con libertad: ni en la prensa, ni en la calle ni en ninguna parte. Hay una situación de clandestinidad. Y será así salvo que derrotemos al régimen a través de algún tipo de cambio, ya sea una bancarrota que obligue a hacer una transición a un régimen más democrático o la victoria de los ejércitos populares y una expansión de esa resistencia.
Creo que nuestra labor es similar a la de los comunistas en la España de Franco o los de Grecia con los camisas negras.
El régimen de Kiev no es estable. Es violento y opresivo, pero es débil. Es sintomático que tenga que ser tan opresivo por su debilidad.
Los camaradas que siguen en Ucrania tienen que salvar sus organizaciones y salvarse de ser arrestados o peor. Lo que intentamos hacer es reanimar la actividad política en Odessa, Kharkov y apoyar a los prisioneros políticos. Tienen que saber que no están solos, que no les hemos olvidado. Para nosotros son prisioneros de guerra y tenemos que liberarlos de este régimen. El asalto ha venido del lado de Maidan, no solo militarmente sino políticamente. Hay represión en el sudeste, pero el viento cambiará.
Pronto veremos una ola de protestas que emergerá de Anti-Maidan, con una agenda democrática, antifascista y social. Desde la victoria de Maidan, las condiciones de la gente común han empeorado debido al aumento de precios, de los alquileres, de los servicios básicos y demás. Y esto, como no, es tarea de los comunistas: unir las protestas sociales y políticas.
La tarea de los comunistas en las Repúblicas Populares
Las perspectivas militares son buenas, los comandantes de las milicias están haciendo un buen trabajo. Los comunistas ucranianos no son expertos en este tema. Pero hay otros problemas, grandes debilidades en el aspecto civil, porque los líderes no han construido aún el nuevo Estado y no han hecho los cambios necesarios en la economía.
Hay territorios que están bajo control en el sentido militar, pero en los que las milicias no tienen una relación fuerte con la población. No se les ha explicado suficientemente bien cuáles son los objetivos. Eso es un gran peligro. Llega el invierno y las condiciones sociales empeorarán.
Así que hay mucho trabajo para Borotba y para otros comunistas. Estamos explorando cómo podemos ser parte de esto. Algunos de nuestros camaradas en Donbass ya están trabajando, mientras que otros están en la milicia. Pero incluso nosotros, que estamos en el exilio, podemos ser de utilidad para las Repúblicas Populares. Estamos discutiendo con algunos oficiales cómo podemos ayudar. No queremos ir como turistas.
Todo es nuevo para la izquierda tras el golpe de Maidan, también para nosotros. No tenemos un manual que nos diga qué hacer para establecer un poder socialista. Estamos trabajando sobre las nuevas condiciones y esperamos mejorar.

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