El ataque se registró un día después de que un colono israelí atropellara con su coche a un ciudadano palestino en la ciudad de Beit Yala, situada en la ocupada Cisjordania. El palestino recibió heridas graves.
El diario israelí Maariv ha informado que los muertos eran un oficial de alto rango de las fuerzas de seguridad del referido régimen y un rabino.
La policía del régimen de Tel Aviv ha informado que el atacante fue identificado como Ibrahim al-Aakari, residente en el barrio de Shuafat, cerca del lugar de los hechos, quien murió por los disparos de los israelíes.
El ministro de seguridad interior del régimen de Israel, Yitzhak Aharonovitch, ha ordenado a la alcaldía de Al-Quds destruir la vivienda de Al-Aakari.
Por su parte, el primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, ha dicho que este ataque es la "consecuencia directa de los actos de Abu Mazen (en referencia al presidente del Estado palestino, Mahmud Abás) y de HAMAS, por exacerbar los ánimos".
Tras este incidente, el Movimiento de Resistencia Islámica Palestina (HAMAS) ha reivindicado la autoría del ataque, según la agencia palestina de noticias Paltimes.
HAMAS ha anunciado que el hecho se produjo en "respuesta natural a los crímenes del usurpador".
Todos estos incidentes se han registrado después de que las fuerzas del régimen israelí atacaran el mismo día a los palestinos que intentaban entrar a la Mezquita Al-Aqsa, dejando al menos 20 heridos.
El Movimiento de la Yihad Islámica en Palestina ha aseverado que la persistencia del régimen de Israel para llevar a cabo agresiones contra la Mezquita Al-Aqza recibirá "respuestas rotundas".
Asimismo, en la noche del martes, un portavoz de las brigadas Ezeddin al-Qasam, brazo militar de HAMAS, advirtió que el régimen ocupante pagará un alto precio por sus continuados ataques contra Al-Aqsa.
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