viernes, 2 de mayo de 2014

LIBIA:Reconquistar el maná petrolero

Por MARÍA VICTORIA VALDÉS RODDA- Bohemia
No era necesario haber sembrado la anarquía para que Occidente disfrutara de los 46 mil millones de barriles de crudo de una de las mayores economías petroleras del mundo, porque muchos grandes consorcios europeos ya tenían tratos con Trípoli. La “Operación Libia”, llevada a sangre y fuego por la OTAN y Estados Unidos, tuvo también en la mira objetivos geoestratégicos más abarcadores: controlar más de 60 por ciento de las reservas mundiales de petróleo y gas natural, incluyendo las rutas de oleoductos y gasoductos de Oriente Medio y Asia Central.

Luego de desmantelar las instituciones financieras de Libia, así como de confiscar miles de millones de dólares de los activos depositados en bancos occidentales, se pasó a la ofensiva

militar. Así quedaba esta pieza clave a merced del engranaje. Ahora solo resta que acabe de encajar dentro de los estándares reconocidos de democracia, totalmente diferentes al sui géneris Proyecto de Mummar al Gadafi: la Gran Yamahiriya Árabe LibiaPopular Socialista, o Estado de Masas, que desde 1977 hasta 2011, a partir de datos estadísticos, se describe como efectiva y próspera.

Pasados tres años de su derrocamiento, una comisión compuesta por 47 parlamentarios se enfrasca en tareas de consultas de una nueva Constitución. La agencia Reuters le pronostica, tras entrevistar a expertos locales, ocho meses de “gestación”, debido “al creciente caos del país y las divisiones tribales y políticas”.

Focos separatistas en el este, minorías beréberes en pie de guerra y actos de violencia por doquier hacen el día a día.
Mucho se ha especulado sobre las bases de esta Carta Magna. Algunos auguraban incluso el retorno a la monarquía parlamentaria, pero ya todos se cuidan de aludir a esa posibilidad, y únicamente se dice que se trata de “un viaje a 1951, año de la independencia”. Se abstienen de predecir cuál será el camino político, pero no son necesarias demasiadas especulaciones para concluir que este se moverá en una cuerda complaciente de las más poderosas transnacionales y de la emergencia de una capa social adinerada.

Por supuesto, de este esquema debía ser eliminada -como se hizo- la China National Petroleum Corp (CNPC). Que 11 por ciento de esasexportaciones fueran hacia el gigante asiático le provocaba urticaria a Washington. China asimismo aportaba al desarrollo social libio.

Se supone que el borrador de la Constitución deba ser votado en referéndum. Hasta el momento, existe una nación muy fragmentada, resentida de sus conquistas sociales y económicas, entre otras cosas por la inestabilidad y poca efectividad de negociación con los rebeldes, que controlan importantes puertos petroleros. Y este parece ser el punto máximo para soportar. De ahí la premura por enrumbar un nuevo orden, probablemente federalista como en tiempos del rey Idris.

En el sitio digital Lybiaonline.com se denuncia que entre los muchos empeños se busca restringir el papel de la Compañía Petrolera Nacional Libia (NOC), vigesimoquinta entre las notables. Privatizarla, transferir su control y propiedad a nuevos consorcios extranjeros, siguen siendo objetivos principales de los grupos entreguistas.

Mientras tanto, la NOC hace todo a su alcance para tributar a la canasta básica de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), a donde pertenece, en aras de disminuir los precios del crudo. (Al cierre de esta sección, estaba a 105 dólares con 34 centavos el barril).

El desbloqueo del puerto de Al Hariga, ocupado por la insurgencia desde hace nueve meses, es una buena noticia en especial para la compañía española Repsol, que dispone en esa área de ocho pozos. Entre los nativos, la burguesía emergente también se beneficia: el pronóstico de la OPEP para junio próximo asciende a un millón de barriles.

Las milicias, de corte popular, en una estrategia de peculiar identidad, solicitan 15 por ciento de los beneficios. Además, reclaman mayor autonomía política. Y apoyan, con las armas, que esas exigencias figuren en la nueva Ley.

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