El próximo día 23 de noviembre se celebra la Asamblea de la Coordinadora Sindical de Clase (CSC) en Madrid. Desde el Partido Comunista Obrero Español deseamos a los compañeros y compañeras de la CSC una asamblea exitosa que, estamos seguros, servirá para fortalecer el objetivo de la reconstrucción y fortalecimiento del sindicalismo de clase.
Y es que la reconstrucción del sindicalismo de clase es una labor en la que todos los obreros conscientes debemos estar implicados, entre ellos aquellos que enarbolamos la bandera del marxismo-leninismo. En el estado español sobran siglas sindicales, y la Coordinadora Sindical de Clase, partiendo del reconocimiento de la lucha de clases como motor de la historia, unida a su anticapitalismo y antiimperialismo, y a la necesidad de transformar la sociedad capitalista y ponerle fin, está desarrollando un proceso de acumulación de fuerzas del proletariado y del sindicalismo de clase; proceso con el que los militantes del PCOE estamos comprometidos y que apoyamos con nuestras modestas fuerzas.
El desarrollo del imperialismo, y con él de cada vez mayores tasas de plusvalor apropiado por la canalla clase burguesa, es el caldo de cultivo para que anide el oportunismo y se fortalezca, pues éste es hijo del imperialismo. Lenin señalaba en Imperialismo Fase Superior del Capitalismo que “La obtención de elevadas ganancias monopolistas por los capitalistas de una de las numerosas ramas de la industria de uno de los numerosos países, etc., da a los mismos la posibilidad económica de sobornar a ciertos sectores obreros y, temporalmente, a una minoría bastante considerable de los mismos, atrayéndolos al lado de la burguesía de una determinada rama industrial o de una determinada nación contra todas las demás. El antagonismo cada día más intenso de las naciones imperialistas, provocado por el reparto del mundo, refuerza esta tendencia. Es así como se crea el lazo entre el imperialismo y el oportunismo”. Y estas palabras de Lenin brillan hoy más que nunca, y se comprueban ciertas al ver el comportamiento de los dirigentes de CCOO y UGT – traidores vendidos al capital – y al contemplar como la burguesía denuncia la corrupción de dichas centrales, con objeto de mostrar a los trabajadores que sus instrumentos – como el sindicato – son corruptos porque todo es corrupto. La corrupción no es inherente al ser humano, como quiere mostrar la burguesía para justificar su existencia, sino que es inherente a su sistema económico, basado en el robo, y en la superestructura que eleva.
La lucha de clases entre el proletariado y la burguesía se libra en tres frentes: el ideológico, el político y el económico. Si no se libra la guerra en uno de esos tres frentes, no es lucha de clases. No obstante, muchos sabihondos que de manera incorrecta se autodenominan comunistas, y permanentemente dictan cátedra en lo teórico pero no mueven un músculo en la práctica, o rebajan la lucha económica o simplemente la vilipendian y la ignoran. Todos ellos, por más que escriban o vociferen contra el imperialismo y la burguesía, están instalados en la orilla del oportunismo y son parte de él. Lenin sigue brillando cuando señalaba “Lo más peligroso en este sentido son las gentes que no desean comprender que la lucha contra el imperialismo, si no se halla ligada indisolublemente a la lucha contra el oportunismo, es una frase vacía y falsa”. Renunciar a la lucha económica, al sindicalismo, o rebajarla es renunciar a la lucha de clases y a la revolución. Nuevamente Lenin no deja lugar a dudas cuando, en la enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo, señala que “Intentar llevar actualmente a la práctica ese resultado futuro de un comunismo llegado al término de su completo desarrollo, solidez y formación, de su íntegra realización y de su madurez, es lo mismo que querer enseñar matemáticas superiores a un niño de cuatro años. (…) Podemos (y debemos) emprender la construcción del socialismo, no con un material humano fantástico, especialmente creado por nosotros, sino con el que nos ha dejado como herencia el capitalismo (…) el desarrollo del proletariado no se ha efectuado ni ha podido efectuarse en ningún país de otro modo que por los sindicatos y por su acción concertada con el partido de la clase obrera. La conquista del Poder político por el proletariado es un progreso gigantesco de este último considerado como clase; y el partido se encuentra en la obligación de consagrarse mas, y de un modo nuevo y no por los procedimientos antiguos, a la educación de los sindicatos, a dirigirlos, sin olvidar al mismo tiempo que éstos son y serán todavía bastante tiempo una "escuela de comunismo" necesaria, la escuela preparatoria de los proletarios para la realización de su dictadura, la asociación indispensable de los obreros para el paso progresivo de la dirección de toda la economía del país, primero a manos de la clase obrera (y no de profesiones aisladas) y después a manos de todos los trabajadores. (…) Bajo la dictadura del proletariado, es inevitable cierto "espíritu reaccionario" de los sindicatos en el sentido indicado. No comprenderlo significa dar pruebas de una incomprensión total de las condiciones fundamentales de la transición del capitalismo al socialismo. Temer este "espíritu reaccionario", esforzarse por prescindir de él, por saltar por encima de él, es una inmensa tontería, pues equivale a temer el papel de vanguardia del proletariado, que consiste en educar, instruir, preparar, traer a una vida nueva a los sectores más atrasados de las masas obreras y campesinas. Por otro lado, aplazar la dictadura del proletariado hasta que no quedase ni un solo obrero de estrecho espíritu sindical, un solo obrero que tuviese prejuicios tradeunionistas y corporativos, sería un error todavía más profundo”. Lenin no sólo tapa la boca a los supersabios oportunistas que se autodenominan comunistas, sino también a aquellos dirigentes sindicales que pretenden dotar al sindicato de funciones que le corresponden al Partido Comunista. El sindicato es una organización económica que pelea porque el proletariado se lleve la mayor parte del valor que genera, y con ello mejore sus condiciones de vida, pero no es el instrumento que guie y lleve al proletariado a la toma del poder, a acabar con el imperialismo o que dirija al Proletariado hacia el Comunismo, en definitiva todo ello es ámbito del Partido Comunista.
Hoy existen decenas de millones de obreros que engrosan las filas de los sindicatos de clase, de los sindicatos de la FSM. Las masas ya no están únicamente en los sindicatos reaccionarios – es más, desde que empezó la crisis en 2008 los trabajadores han huido despavoridos de las estructuras sindicales imperialistas - sino también en el sindicalismo de clase, sindicalismo que, obviamente, sin ser marxista-leninista, no repele ni rechaza ni a la vanguardia ni a su ideología. Hoy la lucha de clases a nivel mundial es la lucha entre el imperialismo y el socialismo, y ello se refleja en lo sindical: la lucha entre los sindicatos de la FSM (anticapitalistas y antiimperialistas que aspiran a superar este sistema criminal) y los traidores sindicatos de la CSI (financiados por los imperialistas, integrados en sus estructuras políticas y a lacayos de los monopolios), o lo que es lo mismo, la lucha a nivel mundial entre el sindicalismo de clase y el sindicalismo servil de los monopolios. Desde el PCOE nos alineamos sindicalmente con la FSM y apoyamos activamente este proceso ya iniciado por la CSC de aglutinar las fuerzas del sindicalismo de clase en torno a ella, conseguir que la masa – la mayoría está sin partido y sin sindicato - se acerque y fortalezca al sindicalismo de clase, implicando ello que el obrero vaya adquiriendo conciencia de lo que es, como clase así como los hábitos que éste debe poseer que, a su vez, es debilitar a los oportunistas y a sus estructuras y, consecuentemente, al capitalismo.
¡POR LA UNIDAD DEL SINDICALISMO DE CLASE!
¡POR LA CENTRAL SINDICAL ÚNICA!
COMITÉ EJECUTIVO DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)
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