Como cualquier organización en expansión, Al Qaeda siempre ha vivido luchas internas burocráticas. Pero las peleas han alcanzado su punto culminante desde que Ayman al Zawahiri comenzó su mandato como jefe de la organización hace dos años.
Dos de las cuatro principales filiales de Al Qaeda, Al Shabaab y Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), están en una lucha cruel por la supremacía en el norte y oeste de África. Otra filial, Al Qaeda en Irak (AQI), ha desafiado abiertamente la voluntad de Al Zawahiri en Siria. Si este quiere echarle la culpa por la falta de orden, debe analizar bien las consecuencias de sus acciones: las peleas son en gran parte resultado de su decisión de ampliar demasiado Al Qaeda, afirma el periodista William McCants en el diario 'Foreign Affairs'.
Según el periodista, "paradójicamente una de las principales razones por las qué los afiliados de Al Qaeda no se llevan bien es la gran cantidad de oportunidades que tienen". La agitación en el mundo árabe ha creado vacíos de seguridad que Al Zawahiri ha tratado de explotar con ayuda de sus afiliados. "A medida que avanzan, están en desacuerdo sobre quién debe estar a cargo", dice.
Siria es un ejemplo de esta situación. El 9 de abril Abu Bakr al Baghdadi, el emir del Estado Islámico de Irak, el principal grupo de AQI, declaró que su grupo estaba cambiando su nombre por el Estado Islámico de Irak y Al Sham (ISIS), lo que indicaba su deseo de desempeñar un papel más importante en la guerra civil siria (la palabra 'Al Sham' hace alusión a Siria y sus alrededores). El emir también afirmó que AQI ya había estado luchando en Siria en el mismo bloque con el Frente al Nusra, y dijo que este estaba subordinado a AQI. Sin embargo, Abu Muhammad al Jawlani, líder del Frente al Nusra, se negó a reconocer a Baghdadi como su líder y realizó un juramento de lealtad directa a Zawahiri. En respuesta, Zawahiri envió un mensaje que decía que ambos líderes terroristas se habían equivocado: Baghdadi al no consultar a Jawlani y Jawlani al negarse a unirse al ISIS y dar su lealtad directa a Zawahiri sin la autorización del centro de Al Qaeda. Zawahiri también decretó que ISIS debería volver a su antiguo nombre y mantener un enfoque más limitado. El Frente al Nusra permanecería como principal filial de Al Qaeda en Siria, como un "poder independiente" subordinado a la "dirección general".
Baghdadi, a su vez, en un mensaje público a Al Zawahiri, rechazó el mensaje del líder de Al Qaeda por motivos religiosos y metodológicos. En los 25 años de historia de Al Qaeda ningún afiliado había discrepado públicamente con el jefe tan abiertamente.
Como señala el científico político Jacob Shapiro en su nuevo libro 'El dilema del terrorismo', todos los grupos terroristas sufren luchas internas por una razón básica. Si quieren alcanzar sus objetivos y para evitar ser capturados o asesinados, los líderes de las organizaciones violentas secretas tienen que dar un cierto grado de autonomía a sus comandantes. Cuando los comandantes de campo son demasiado independientes, la dirección intenta controlarlos a través de diversas medidas burocráticas.
"Sin lugar a dudas, Al Zawahiri está tratando de controlar a sus afiliados rebeldes. Lo que es sorprendente es que Al Zawahiri haya creado una gran parte del problema mismo tratando de ampliar Al Qaeda. […] Al Zawahiri aún podría unir de nuevo su organización", resume William McCants, señalando que la mejor salida para el líder terrorista sería separarse de algunas de sus filiales. "Pero los líderes de Al Qaeda han preferido históricamente amonestar a los afiliados díscolos en lugar de dejarlos ir", precisó.
Parece que los días de Al Qaeda están contados. Las conclusiones del autor del artículo hacen pensar que los conflictos internos de la organización y la política ignorante de su líder llevan a la red terrorista a un colapso inevitable.
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