Debemos romper la arrogancia de quienes quieren ocultar que lo que defienden es el crimen legalizado, un crimen horrendo contra seres humanos indefensos, a cambio de saciar el egoísmo de unos cuantos, con el fin de justificar las migajas que reciben de esos truhanes. Crímenes que jamás la historia podrá borrar de la memoria de los pueblos y la de los indomables corazones de quienes sienten y sufren las injusticias de cualquier trabajador de cualquier parte del mundo. ¿Qué sistema defienden nuestros abominables hombres y señoras de bien y de orden?
Cada año fallecen 11 millones de niños menores de cinco años, siendo la causa principal el hambre que abate a seis millones, según informa la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de Naciones Unidas. Todos los días mueren 16.000 por trastornos neonatales, diarrea, neumonía o sarampión. Es decir, se dan más muertes que las motivadas por las catástrofes naturales, o por actos terroristas.
Mientras la guerra de Irak sobrepasa ya más de 500.000 millones de dólares, según el Congreso de los EE.UU. El precio de un submarino nuclear “Trident” es tres veces el presupuesto de la OMS para acabar con el paludismo mundial. Cada misil “tomahawk” cuesta dos millones de dólares. Entre Francia, Inglaterra y Estados Unidos reúnen un arsenal armamentístico capaz de matar diez veces a la Humanidad, porque con una no tienen bastante. El capitalismo ha generado ya dos Guerras Mundiales, y todas las guerras parciales que subsisten. EE.UU ha intervenido en 70 golpes de Estado fascistas en el continente americano. Y tiene el honor perverso de haber lanzado dos bombas atómicas. Y para colmo de insensatez alberga en sus arsenales la bomba de neutrones que mata a todo ser viviente, pero mantiene en pie los edificios ¡Serán sádicos!
Los ejércitos europeos están salpicados de porquerías al llevar a cabo horrendas vejaciones durante las guerras sobre hombres y mujeres, quedando impunes sus delitos. El fascismo hijo natural del imperialismo capitalista ha asombrado por sus horrores contra seres humanos. Sus descendientes españoles camuflados de demócratas provocan con sus políticas expoliadoras a las clases trabajadoras: más de 4000 suicidios anuales, sume a millones de personas en la miseria para enriquecer a banqueros y multinacionales. Empresas españolas explotan como verdaderos esclavos a miles de trabajadores en el Oriente y en África.
¿En que se basa nuestros monstruos para defender el capitalismo, por mucho mendrugos que les den sus amos? Digámoslo claro, fuerte y tajante: SOMOS ANTISISTEMA, PORQUE SOMOS TRABAJADORES, PORQUE SOMOS SERES HUMANOS Y NOS DUELEN LAS INJUSTICIAS Y LAS ATROCIDADES DEL SISTEMA.
FRENTE ÚNICO DEL PUEBLO (FUP)
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