Soy de una generación en la que todos hemos sufrido en nuestras carnes las canalladas y atropellos de la patronal y del gobierno de turno y hemos agachado la cabeza. Pero lo peor es que creíamos que aquella forma de vida era lo mejor que podíamos transmitir a la juventud, por eso le hemos inculcado a nuestros hijos la insolidaridad y el individualismo y le hemos enseñado a estar lo más lejos posible de los activistas, de aquellas mujeres y de aquellos hombres que luchaban por los derechos de los trabajadores. Y así con esta conducta hemos colaborado queriendo o sin querer a crear este mundo en el que reina la corrupción, en el que los capitalistas, gobiernos y políticos que forman un todo, se enriquecen a costa de nuestra ignorancia y todavía más a costa de nuestra pasividad y sumisión, pasando por encima de nuestra dignidad como trabajador y como persona. Y ¿A cambio de qué?
Ahí los tenemos, a sabiendas de que miles de nosotros con nuestras pequeñas pensiones estamos manteniendo a nuestras familias en estos momentos graves, arremeten contra nosotros sin ningún pudor y es que hay que ser ciego de conveniencia para no darse cuenta que en esta sociedad donde impera la explotación, el niño, la mujer y el hombre trabajador no somos considerados personas para ellos, solo somos un medio para satisfacer su egoísmo y cuando piensan que ese medio ha envejecido o se ha oxidado, simplemente nos tiran a la basura.
Esta es la sociedad que los mayores hemos dejado a los jóvenes. Pero hoy unos jóvenes se acercan a nosotros y nos tienden su mano. ¿Qué vamos a hacer? ¿Vamos de nuevo a volverles la cara? ¿Vamos a ser un obstáculo en sus luchas por un mundo más justo en el que creen y tienen derecho a intentarlo? ¿Vamos a permanecer pasivos esperando que nos llamen para depositar en las urnas nuestra papeleta traidora, sabiendo que el que salga será un servidor de la banca y de las grandes empresas? Porque debemos saber que en esta sociedad, mientras los medios de comunicación estén manos de los ricos y mientras la banca sea privada, no habrá igualdad de oportunidades para un partido del pueblo y un partido de ellos, porque para tener oportunidades reales para salir elegido se necesita los préstamos bancarios y que tenga cancha en la televisión prensa y radio.
Yo pienso que no, que a estos jóvenes les vamos a decir que si bien por nuestras edades, condiciones físicas y familiares no podemos estar con ellos en primera línea de combate, sin embargo, pueden contar con nuestro apoyo con nuestro aliento que es lo que nos están pidiendo. Y yo les diría a estos compañeros para terminar: Gracias por tendernos vuestras manos y como decía el CHÉ ¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!
FRENTE ÚNICO DEL PUEBLO (FUP)
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