Ya podemos resumir los resultados de los hechos del lunes.
El acusado es un soldado del Batallón Sich, del Ministerio del Interior, Igor Vladimirovich Gumeniuk, que también es miembro de las juventudes de Svoboda, y procedente de la localidad de Kamenets-Podolsky [en el oblast de Jmelnitsky, en Ucrania occidental].
Sus colegas del batallón Sich le describen como un “héroe de ATO” que, con coraje, defendió la ciudad de Peski de los separatistas y afirman que no intentaba ni derrocar a las
autoridades ni iniciar un tercer Maidan.
Existe un dato interesante: según algunas informaciones, se encontraba de permiso entre el 3 de agosto hasta el 3 de septiembre, cuando debía regresar al frente. Pero tras lanzar esa granada, que ha sembrado las dudas en el ministerio de Avakov, quedó claro que este “héroe de ATO” está en proceso de ser apartado de las filas de las tropas del Ministerio del Interior.
Todo que está ocurriendo ahora mismo es comprensible: que un miembro del partido Svoboda lance una granada es una cosa, pero es algo distinto que lo haga un empleado del Ministerio del Interior de Ucrania. Y no hay que olvidar que un miembro de un partido fascista trabajaba legalmente para el Ministerio del Interior. El fascismo se mezcla con la maquinaria del Estado.
Víctimas: un muerto y 131 heridos, 7 de ellos críticos. Más adelante, se actualizó: según Ria Novosti, son ya tres fallecidos. Avakov asegura que hay dos fallecidos, no tres.
Por el momento, no hay datos confirmados sobre la causa de la muerte de los fallecidos: algunas fuentes hablan de que fue a causa de la metralla y otros insisten en que fue una bala. A juzgar por el impacto en una ventana de la Verkhovna Rada, se utilizaron armas de fuego, aunque no se aprecia claramente en las imágenes o vídeos. Puede que “francotiradores desconocidos” cuya función era provocar disturbios y derramamiento de sangre, operaran en la zona. Pero no existe información certera sobre ello más allá de un impacto de bala en una ventana e información (contradictoria) sobre las causas de la muerte de los soldados de la Guardia Nacional.
69 personas fueron detenidas a raíz de los disturbios. Uno de ellos afirma que sufrió una fractura en el brazo durante la detención y que, más adelante, en el coche de policía, fue golpeado y agarrado del cuello por policías en presencia de la “nueva policía”.
Se queja también de que mientras le golpeaban, le gritaban “Maidown [compuesto de Maidan y síndrome de Down] y “banderista”. Los arrestos se realizaron bajo la autoridad del anterior jefe de policía de Kiev con Yanukovich, a quien Poroshenko había retirado de la lista de lustración.
No se dispone de información sobre si Gumeniuk lanzó esa granada por su propia iniciativa o si cumplía órdenes externas (de Svoboda, del SBU o del FSB). En mi opinión, me inclino por la versión de que Gumeniuk actuó por iniciativa propia para demostrar sus habilidades. Pero sigue siendo un misterio quién disparaba con armas y con qué objetivo.
Ahora esa iniciativa propia (si es que realmente fue un acto propio y no una provocación planificada) será utilizada para otros propósitos. Sin lugar a dudas, Svoboda, y posiblemente otras organizaciones fascistas, saldrán perdiendo. Los más beneficiados de los hechos serán Poroshenko, Estados Unidos y, en menor medida, Rusia.
Por cierto, se distribuyeron también octavillas con el retrato de Poroshenko y las palabras “matar al maricón”.
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