La presencia de mercenarios luchando en las filas del ejército ucraniano y de las unidades bajo control del Ministerio del Interior es algo perfectamente conocido. Neonazis y radicales de todo tipo en busca de aventuras o dinero fácil inundaron el lado ucraniano una vez que comenzó la guerra fratricida en el país. Algunos luchan por dinero, que el Gobierno estadounidense ha aportado generosamente al presupuesto de las Fuerzas Armadas de Ucrania, y otros luchan por una idea. ¿Pero cuál
es esa idea en una guerra fratricida?
Rusia tampoco se ha mantenido al margen. De forma prácticamente inmediata, en cuanto comenzaron a aparecer voluntarios de Rusia para apoyar a las milicias populares de Novorrusia, se produjo otro flujo, menor aunque no menos continuado. Nacionalistas radicales y otros grupos, incluyendo representantes de organizaciones abiertamente criminales, acudieron de Rusia a Ucrania. En un principio cubrían sus caras y evitaban a las cámaras, aunque con el tiempo comprendieron que su “misión” pasaba por dar entrevistas en las que compartían las revelaciones sobre qué les llevó al lado de los servicios de seguridad de Ucrania.
La mayor parte de quienes aceptaron hablar ante las cámaras afirmaba que habían acudido a ATO para luchar contra el criminal régimen ruso que había iniciado una guerra fratricida en Ucrania. Como es lógico, ninguno de ellos mencionaba la generosa financiación de los batallones de la Guardia Nacional a los que se unían los ciudadanos rusos, muchos de ellos buscados en su país, ni que fue Poroshenko quien comenzó la guerra.
Está bien, dejemos que piensen lo que gusten, es más fácil. Es más fácil matar. Pero hay algo más de lo que prefieren no hablar: muchos de ellos ya se encontraban en Ucrania mucho antes de que comenzara la guerra civil en el país. Mercenarios de diferentes partes del mundo jugaron un papel significativo en la organización del Maidan y del posterior golpe de estado. Fueron la fuerza que primero derramó sangre en Kiev. Después se unieron a los batallones territoriales y continuaron su “lucha por una idea” ya en Donbass, asesinando civiles y destruyendo ciudades pacíficas.
Un documento que aún no se ha hecho público contiene la información de un ciudadano ruso, nacido en la República de Chechenia, Ruslan Arsaev, alias Checheno, que lucha en el batallón Aidar (V0624). Dicho documento no ha aparecido por casualidad. Arsaev y otros militantes de Aidar se presentaban como un batallón de contrainteligencia. Se indica que este ciudadano ruso sí participó en el contingente V0624, pero no hay un batallón de contrainteligencia allí. En principio, la presencia o no de un batallón de contrainteligencia en el batallón Aidar es de escaso interés. Sin embargo, otra información sí es relevante: según este documeto, Arsaev participó activamente en la confrontación de Maidan entre 2013 y 2014. No participó solo, sino como parte de un grupo de otros que estaban “visitando a patriotas ucranianos” como ellos. Ahora está claro cuál fue la fuerza principal de la “revolución nacional ucraniana”.
Arsaev, que hasta hace no tanto tiempo era un orgullo del Maidan y héroe de la operación antiterrorista, fue detenido en el territorio de Schastye, en la región de Lugansk, el 20 de abril de 2015. Este falso agente de contrainteligencia fue acusado de crear bandas criminales con todo tipo de implicaciones: robos, saqueos y participación en protestas antigubernamentales. Este “héroe de Ucrania” está ahora encarcelado, pero ¿cuántos como él continúan luchando en las filas del ejército ucraniano o de la Guardia Nacional? ¿Luchan y matan por la gloria de Ucrania?
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