Opina el diputado argentino Horacio Pietragalla que "las acciones de perturbación del orden ciudadano, contra la estabilidad política y económica, y las manipulaciones mediáticas constituyen una manifestación de golpismo”.
Los gobiernos populares nacionales de América Sur son hoy objeto de crecientes operaciones desestabilizadoras como estamos viendo, considera el diputado argentino Horacio Pietragalla.
"Las acciones de perturbación del orden ciudadano, contra la estabilidad política y
económica, y las manipulaciones mediáticas constituyen una manifestación de golpismo", sostuvo el legislador en la conferencia "Ecuador, Desafíos Legislativos".
En el encuentro anoche en la Casa Patria Grande Presidente Néstor Kirchner participó el diputado ecuatoriano José Gabriel Rivera, quien disertó sobre las enmiendas constitucionales y los proyectos de ley que se debaten en su país, y la embajadora Gloria Vidal.
La actividad es parte del "Diálogo Ciudadano sobre la propuesta de enmienda constitucional" que promueve el gobierno ecuatoriano.
Pietragalla, quien preside el Grupo Parlamentario de Amigos con Ecuador en el Congreso argentino, alertó que esas acciones destituyentes las impulsan los grupos concentrados de poder político, económico y mediático "que son los grandes enemigos del progreso popular".
Señaló que se están dando en Brasil, Bolivia, Ecuador, Venezuela y "hasta aquí en Argentina vemos un avance de la derecha y las corporaciones contra el proyecto popular de la presidenta Cristina Fernández", acotó.
Por otro lado, el secretario para la Integración en la Cancillería argentina, Oscar Laborde, opina que Brasil, Ecuador y Venezuela son los objetivos claros de esa política, "mientras en Argentina amenazan, permanentemente, con golpes de mercado".
En el caso argentino, los resultados del proceso electoral y la alta imagen positiva de la Presidenta Cristina Fernández han quitado fuerzas a la estrategia desestabilizadora, considera el también director del Instituto de Estudios de América Latina de la Central de Trabajadores de Argentina.
La realidad brasileña muestra como la derecha norteamericana y los partidos opositores actúan coordinadamente en todos estos países. "El primer elemento es que no existen hechos inconexos", plantea el también candidato al Parlasur en un artículo para Página 12.
Para sustentar su tesis, explica que el tema de las irregularidades financieras en Petrobras tiene ya varias décadas, sin embargo se lo reinstala ahora, y se toma sólo para su investigación -básicamente- todo el período de gobierno del PT.
Aparece entonces -continúa- otro factor común a los intentos desestabilizadores en toda la región: el rol del Poder Judicial, absolutamente, funcional a las corporaciones.
El tercer elemento a tener en cuenta -comenta- es que en un sistema democrático, las mayorías parlamentarias sirven para consolidar las políticas de Estado, pero también para impedir la instrumentación de golpes vía el Poder Legislativo.
La experiencia paraguaya es aleccionadora y la del PT enfrenta esta encrucijada, alerta.
Laborde advierte que "el freno a los gobiernos populares ya no se realiza por alzamientos con represiones feroces, sino aprovechando un sistema político que demuestra estar obsoleto -fue armado para el funcionamiento de las oligarquías- para esta nueva realidad latinoamericana".
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