Un nuevo informe revela que durante los últimos tres años la Policía estadounidense trasladó a miles de sospechosos a la cárcel de la ciudad de Baltimore (noreste de EE.UU.), donde no les admitieron por la gravedad de las lesiones que sufrían.
Entre junio de 2012 y abril de 2015 las autoridades de la cárcel de la ciudad de Baltimore se negaron a recibir a casi 2600 detenidos debido a sus graves heridas, según The Baltimore Sun.
Según este informe publicado el domingo por el diario estadounidense The Baltimore Sun, entre junio de 2012 y abril de 2015 las autoridades penitenciarias se negaron a recibir a casi 2600 detenidos debido a sus graves heridas.
Los registros muestran que al menos 123 de los detenidos presentaban lesiones visibles de cabeza. Otros tenían huesos fracturados o traumatismo facial.
Si bien el informe no incluye detalles sobre las causas que provocaron las lesiones infligidas a los detenidos, aduce que los efectivos policiales no vieron las heridas, las ignoraron o simplemente no les importó lo que les pasaba a los detenidos a la hora de ser trasladados a la prisión de Baltimore.
Añaden que los heridos que estaban bajo custodia de la Policía fueron traslados a los hospitales de Baltimore, epicentro de protestas contra la brutalidad policial.
Prosigue que el departamento de la Policía de Baltimore se ha negado a pronunciarse sobre el informe de las detenciones hechas en esa localidad estadounidense.
Las protestas contra la violencia policial se intensificaron en esa localidad desde el pasado 19 de abril, cuando Freddie Gray, joven negro de 25 años perdió la vida, tras sufrir una grave herida en la espina dorsal como consecuencia de la golpiza que recibió durante su detención el 12 de abril.
La fiscal de Baltimore, Marilyn Mosby, aseguró el pasado viernes que la muerte de Gray a manos de la Policía fue un “homicidio”. Cinco de los seis agentes de la Policía de Baltimore acusados del homicidio de Gray han sido puestos en libertad bajo fianza.
La muerte de Gray se produjo en un momento de gran tensión en EE.UU. entre los distintos cuerpos de policía y la comunidad, después de que durante los últimos meses tuvieran lugar varios casos de abuso policial con resultados mortales.
Ante esa situación, la alcaldesa de Baltimore, Stephanie Rawlings-Blake solicitó el pasado 6 de mayo, a los investigadores del Gobierno de Estados Unidos que abran una indagación para comprobar si la Policía de este departamento adopta políticas discriminatorias contra los civiles.
El pasado 7 de mayo, los medios de comunicación anunciaron que la nueva fiscal general de Estados Unidos, Loretta Lynch, según consta, podría lanzar una investigación a nivel federal para averiguar si la Policía de Baltimore comete o no fuerza excesiva contra la población.
Este último caso de brutalidad y discriminación racial policial tiene lugar en Baltimore, donde el 63 % de la población es negra, como también lo son la mitad de su fuerza policial y su alcaldesa.
Asimismo, este asesinato se suma a similares incidentes, en los que agentes blancos matan a tiros a ciudadanos afroamericanos desarmados, hechos que han provocado multitudinarias marchas antirracistas en la mayoría de las ciudades estadounidenses.
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