El presidente de Afganistán, Ashraf Qani Ahmad, ha alertado este miércoles a los legisladores estadounidenses de la amenaza que suponen los grupos terroristas, en especial el EIIL (Daesh, en árabe), que pronto "llamarán a las puertas” del país centroasiático.
“Desde el oeste, Daesh ya está enviando avanzadillas de guardias al sur y oeste de Afganistán para poner a prueba nuestras vulnerabilidades. Hacia el sur, las operaciones de contrainsurgencia de Paquistán, en las
que más de 40.000 personas han muerto, ya están presionando a los talibanes de Waziristán del Sur hacia las regiones fronterizas de Afganistán”, ha advertido en un discurso en el Congreso de Estados Unidos.
Tras destacar el peligro que constituye Daesh, ha indicado que Afganistán está conteniendo las múltiples amenazas regionales y globales que surgen desde la red terrorista.
A este respecto, el líder afgano ha aprovechado la oportunidad para hacer un llamado al mundo para contrarrestar esta amenaza, al considerar que es “crucial” que todos sean conscientes de la “terrible amenaza” que se cernerá no solo sobre Afganistán, sino sobre los Estados de Asia Central y Occidental.
“Estamos en primera línea de combate. Los terroristas no reconocen fronteras ni requieren de pasaportes para difundir su mensaje de odio y discordia”, ha recalcado, para luego instar a la comunidad internacional a considerar la adopción de medidas serias al respecto.
No obstante, ha criticado, sin mencionar a nadie en concreto, a varios países y Gobiernos por contribuir, de alguna manera, al crecimiento del grupo takfirí, y ha señalado que Daesh no se habría formado “sin que algunos países toleraran, financiaran y dieran refugio” a los takfiríes.
El dignatario afgano, de visita oficial en Washington, capital de EE.UU., cerró el martes un acuerdo con su homólogo estadounidense, Barack Obama, para ralentizar la retirada de los militares norteamericanos destinados en el país centroasiático.
Daesh, formado por miles de integrantes regionales, europeos y norteamericanos, tiene bajo su control varias zonas de Siria e Irak, donde comete un sinfín de crímenes de lesa humanidad.
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