viernes, 9 de enero de 2015

“Los miembros de la UE están en guerra, y tienen que empezar a actuar en consecuencia”

George Soros es uno de los principales líderes del lobby que defiende contra viento y marea al actual régimen ucraniano. Esta tarea se ha concretado en los últimos tiempos en algunos significativos artículos de apoyo a Kiev, en especial Wake Up, Europe, del 23 de octubre y, más recientemente, Europe at War, del 1 de enero de este año.

Según George Soros, Europa se enfrenta al desafío de Rusia a su propia existencia, un reto del que no serían plenamente conscientes ni los ciudadanos ni los líderes europeos. O, al menos, no encontrarían la mejor manera de enfrentarse él.

La obsesión sorosiana por reorientar una política económica equivocada -que atribuye a Alemania- le lleva a sostener que esta situación se vincula a que la Unión Europea en general y la zona euro, en particular, han errado su camino después de la crisis financiera de 2008. La política fiscal europea ha dado lugar a un resentimiento popular sobre el que se fundamenta el avance de los partidos anti-europeos y propuestas como las Viktor Orban en Hungría. La alienación con Europa se ha manifestado claramente en las recientes elecciones europeas, en particular entre la población joven de los países deudores.

Esta situación permite a Rusia presentarse como alternativa, una alternativa que plantea sin embargo un desafío fundamental a los valores y principios sobre los que se fundó originalmente la Unión Europea. Según Soros, Rusia basa su poder en el uso de una fuerza que se enfrenta al estado de derecho, a través de la represión en casa y de la agresión en el extranjero. El estado dirigido por Vladimir Putin se aprovecha de que Europa y los Estados Unidos están decididos a evitar cualquier confrontación militar directa. Una manifestación del reto ruso es la anexión de Crimea y establecimiento de lo que llama enclaves separatistas en el este de Ucrania. Soros asume la tesis de la invasión rusa en agosto para evitar la victoria de Kiev en su guerra contra el Donbass. En su nuevo artículo de enero, acusa a Putin de aportar desde noviembre al Donbass personal para preparar una segunda ofensiva militar que Soros sigue esperando.

En Wake up Europe, Soros adelantaba con claridad una estrategia de preservación de la independencia de Ucrania para evitar un incremento de la influencia de Rusia en la UE, mayores presiones rusas a los países bálticos con sus grandes poblaciones de etnia rusa e incluso el peligro de confrontación bélica real que supondría una penetración rusa en suelo europeo.

En primer lugar, esta estrategia implicaba consolidar, frente a las ofertas de colaboración económica de Putin a Ucrania, las nuevas estructuras políticas pro-Maidan. La consolidación de un gobierno con un primer ministro que representara a las fuerzas victoriosas contra Yanukovich resultaba para ello imprescindible. Ese gobierno, el del actual premier Yatseniuk, debería enfrentarse a las siguientes tareas: a) prevenir cualquier nuevo avance ruso, en particular la apertura de una ruta terrestre desde Rusia hasta Crimea y Transdnistria; b) consolidar las bases económicas y financieras de Ucrania; y c) acelerar las reformas políticas exigidas por la nueva revolución, en particular la renovación inmediata y radical de las estructuras del Estado (en otras palabras, la lustración o purga de los enemigos de Maidan).

La estrategia de Soros implica tmbién construir una base de resistencia militar que previniera la tentación de Rusia de volver a recurrir a la fuerza. Esto requiere, según Soros, que Europa contribuya al esfuerzo de reconstrucción política, económica y militar de Ucrania, incluyendo el envío de las armas que necesita para defenderse y evitar una derrota similar a la de agosto de 2014.

Es en este punto en el que Soros introduce su principal, y en realidad, verdadera propuesta. Según él, no es correcto que un país, o una asociación de países, en guerra apliquen una política de austeridad fiscal como la que sigue manteniendo la Unión Europea. En una situación bélica, todos los recursos disponibles deben ser movilizados, incluso si eso implica déficit presupuestario. Frente a una política depresiva de sanciones, ayudar a Ucrania a defenderse de la agresión rusa tendría un efecto de estímulo económico tanto para ese país como para Europa. En esa línea anti-austeridad, la UE se salvaría a sí misma, recuperando su espíritu original, salvando a Ucrania.

Éste sería el principio que debe guiar la asistencia europea a Ucrania, un principio que implica por tanto reconocer que Europa está en estado de guerra, aunque sólo sea de forma indirecta.

Soros concreta su planteamiento, proponiendo inyectar fondos del FMI en Ucrania que se completarían con aportaciones de los socios occidentales, en particular de la UE, haciéndolo además con la promesa de aportar más fondos cuando sea necesario. El objetivo sería convertir la deuda ucraniana actual en deuda a largo plazo, a una tasa de interés más baja, permitiendo así la autonomía financiera del país y ayudando a superar el riesgo de crisis financiera sistémica en las finanzas públicas y privadas del país.

La consolidación financiera vendría acompañada de una reforma del mercado del gas, orientada a mejorar la eficacia del sistema de distribución, acabar con el monopolio estatal y cargar el precio efectivo de mercado a los hogares, subvencionando en exclusiva a la parte económicamente más precaria de la población. Este proyecto, que garantizaría la independencia energética de Ucrania frente a Rusia al reducir el consumo a la mitad, se financiaría con bonos emitidos por el Banco Europeo de Inversiones.

La propuesta de Soros para Ucrania revela que es posible reducir la presión financiera sobre los países más endeudados de Europa. La cuestión es si la Unión Europea preferirá invertir en esa guerra contra Rusia que Soros predica o en la lucha contra la pobreza en el Sur de Europa. Porque mientras la única receta para la guerra contra la pobreza ha sido la austeridad, la lucha contra la imaginaria amenaza rusa merece movilizar todos los recursos necesarios.

El proyecto de George Soros y las declaraciones de Yatseniuk en la televisión alemana

El 7 de enero, en una entrevista concedida a la televisión pública ARD, Arseni Yatseniuk afirmó: “Alemania y la Canciller federal de forma personal hacen mucho para restablecer de nuevo la paz en Ucrania. Y no sólo en Ucrania, también para garantizar la estabilidad en toda Europa. La agresión rusa en Ucrania es un ataque al orden mundial y al orden en Europa. Todos podemos acordarnos perfectamente del avance soviético hacia Ucrania y Alemania. Esto debe ser evitado, nadie tiene derecho a reescribir el resultado de la Segunda Guerra Mundial. Y eso es lo que trata de hacer el Presidente de Rusia, el señor Putin”.

Con estas palabras, Yatseniuk parece enlazar la política inicial de colaboración de la OUN y de la Alemania nazi con las propuestas actuales de George Soros para hacer frente a la crisis ucraniana. Tanto para Bandera y Stetsko en 1941 como para Soros y Yatseniuk en 2015, Ucrania es el muro llamado a impedir el avance hacia el oeste de Rusia. Ayer para salvar a la Alemania nazi, hoy para defender a Europa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Añade tu opinión sobre este artículo