domingo, 11 de enero de 2015

Entrevista a Boris Litvinov

Declaraciones del diputado y antiguo presidente del Soviet Supremo de la República Popular de Donetsk Boris Litvinov, líder del Partido Comunista de Donetsk, fundado en octubre de 2014 y en las que repasa, además de la actualidad y las perspectivas de la República, el movimiento y el proceso que dieron lugar a la rebelión del este.

¿Apoya la población el Proyecto de la República Popular de Donetsk?

Cuando organizamos nuestro referéndum en mayo, pensamos que se impondría el sentido común. Tenemos 3,2 millones de votantes en lo que en Ucrania era la provincia de Donetsk y 2,7 millones votaron, de los que 2.511.000 votaron a favor de la creación de la República de Donetsk. Creíamos en el derecho a la autodeterminación.
Estamos unidos en nuestras aspiraciones. Por eso queríamos una separación negociada, civilizada, de Ucrania. Y de hecho, las cosas iban por ese camino al principio.

Sabíamos que las negociaciones con Kiev serían largas y complicadas, pero queríamos separarnos. Queríamos cooperar con Kiev, ya que tenemos una economía y un sistema de transportes común. Estábamos dispuestos a compartirlo y a pagar nuestra parte. Pero Kiev decidió lo contrario. Comenzaron a bombardearnos incluso el día del referéndum. Y solo fue a peor. Ahora estamos en medio de una guerra civil a gran escala.

¿Ve su futuro con Ucrania?

Apoyo a Ucrania unida por las manos. Nací aquí, vivo aquí y soy de etnia rusa. Mental y espiritualmente somos muy diferentes (del oeste de Ucrania). Varios siglos de gobierno polaco-lituano han creado cierto espíritu polaco-lituano.

Nosotros, el este de Ucrania, somos más jóvenes. Nuestra Ucrania solo tiene unos 150 años, antes no era más que Dikoe pole (las llanuras salvajes). Vino gente de todo tipo de nacionalidades cuando empezó el proceso de industrialización. Nuestra tierra es internacional. No importaba de qué nacionalidad fueras. Lo que importaba era estar listo para construir, para crear. Fue especialmente fuerte en la época soviética. Y a esto hay que añadir la ideología internacionalista. Por eso somos internacionalistas.

No queremos esa idea de Kiev de construir un Estado de una única etnia, y especialmente los métodos que llevan utilizando para conseguirlo desde que Yushchenko llegó al poder. Somos internacionalistas, no queremos un Estado para una nación. Eso es una contradicción y no sé cómo se puede resolver.

Otra de las contradicciones de Kiev es su lucha por unirse a la Unión Europea, que ni siquiera tiene prisa por aceptar a Ucrania. Es una ruptura de relaciones con Rusia. Eso no nos gusta y no creemos que Kiev vaya a hacer un giro hacia la Unión Euroasiática en un futuro próximo.

La imagen de Rusia como el enemigo, que se ha formado e impuesto en estos 23 años de independencia de Ucrania, es la tercera contradicción. Se ha impuesto por la vía de la educación, de la ideología, de las artes. Cuando un Estado crea un enemigo, tiene que protegerse de él o luchar contra él. Como Ucrania es demasiado débil, busca el apoyo de la OTAN o de otros aliados occidentales. Sabemos perfectamente que no podemos permitir a la OTAN aquí, porque sería una amenaza directa para nosotros y para nuestros hermanos y hermanas en Rusia.

Será difícil resolver todas estas contradicciones en un futuro inmediato. Solo el tiempo las resolverá y nos enseñará quién tenía razón y quién no. Con el tiempo podremos reconciliarnos, pero seguimos matándonos los unos a los otros…

No buscamos matar, solo nos estamos defendiendo. Quienes vienen a nuestra tierra tampoco tienen la voluntad de matar. ¿Quién viene aquí? Trabajadores y campesinos. Quienes vienen a matar a su propia gente lo hacen porque piensan diferente. Nosotros no fuimos a su tierra, ellos vinieron a la nuestra. Muchos de ellos lo hacen obligados. Por supuesto, también hay quienes están motivados por su ideología. Pero la mayor parte de ellos son soldados que solo cumplen órdenes. Les obligan a luchar en esta guerra civil.

¿Cómo comenzó el movimiento Anti-Maidan en Donetsk?

Estuve tres veces en Maidan: en noviembre, cuando empezó todo, en diciembre y a principios de febrero. Vi cómo evolucionó todo. La marea llegó a Donetsk la segunda quincena de febrero. Nos resistimos porque no queríamos que la ideología de Maidan invadiera nuestra tierra.

La primera confrontación se produjo el 21 de febrero, cuando el Sector Derecho (Pravyi Sector) había planeado tomar al asalto el edificio de la administración regional y destruir monumentos a Lenin y otros símbolos de la época soviética. Nos plantamos frente a la estatua de Lenin –comunistas, miembros del Partido de las Regiones, monárquicos, derechistas, izquierdistas- para protegerla como símbolo de nuestra tierra. Nos plantamos ahí y ahí seguimos hasta finales de mayo. Las tiendas de campaña ya no están, porque ya nadie amenaza nuestros símbolos.

Los grupos más activos en el movimiento Anti-Maidan en Donetsk fueron el Partido Comunista local, la República de Donetsk de Andrei Purgin, muchas organizaciones de mujeres y de veteranos, como la Unión de Oficiales Soviéticos, y muchos antifascistas. No estaban organizados en ningún partido político. Tenían sus genes, su educación, su memoria. También estaba el partido socialista progresista de Natalia Vitrenko.

Con todos mis respetos, Pavel Gubarev fue un participante secundario. Su efímero partido desapareció a finales de marzo cuando fue detenido por el SBU.

Fue el pueblo el que tomó el edificio de la administración regional. No podría destacar a ninguna fuerza política. Era la decimoquinta o decimosexta reunión. Fue el 6 de abril. Una vez más, exigimos a las autoridades que nos escucharan y que exigieran un referéndum de federalización. Como siempre, nadie nos escuchó. Durante la reunión se tomó la decisión: ¡ya basta de exigencias! Que se nos permita entrar, presenciar la sesión y esperar que lleguen los diputados y tomen una decisión delante de nosotros.

Y lo hicimos. Era un domingo cálido. Entramos con facilidad en el edificio, porque esta acordonado por soldados del Ministerio del Interior de 18-20 años. Se apartaron y nos dejaron pasar.

Habíamos planeado esperar hasta el lunes al mediodía. Pero durante la noche nos dimos cuenta de que quizá los diputados no vinieran y que no pasaría nada. Decidimos preparar un documento en el que informábamos de que el pueblo tomaría el poder si os diputados se negaban a cumplir con la voluntad de la población. Me enviaron a casa a redactar la Declaración de Independencia de la República Popular de Donetsk.

La escribí. Y el lunes por la tarde, cuando solo vinieron 3 de los 179 diputados, se leyó la Declaración de Independencia de la RPD en la sesión del consejo regional de Donetsk.

Queremos construir una república parlamentaria, basada en la propiedad estatal de la tierra y de sus recursos, un Estado fuerte que controle los procesos económicos y orientado a lo social.

¿Cómo ve el futuro de las relaciones con Rusia y con Ucrania?

Intento convencer a mis colegas de que, tras un largo proceso de negociación con Ucrania, deberíamos llegar a una coexistencia pacífica. Los expertos soviéticos del Ministerio de Asuntos Exteriores elaboraron este principio. Diferentes estados pueden coexistir aunque no quieran cooperar. Coexistir significa renunciar a recurrir a la confrontación militar y aceptar el status quo. Históricamente, la situación es la que es y no podemos cambiarla. No seremos amigos, pero tampoco nos mataremos los unos a los otros. Que la historia y la experiencia juzguen quién tiene razón y quién no. Así veo nuestras relaciones con Ucrania.

En cuanto a Rusia, queremos formar parte de la Unión Euroasiática y haremos todo lo posible para conseguirlo. Pero para eso hay un largo camino. Estamos trabajando para conseguir algún tipo de reconocimiento. Por ahora, solo nos ha reconocido un Estado, Osetia del Sur. Estamos negociando con Abjasia el reconocimiento y establecer relaciones diplomáticas. También están Transnistria y Karabakh. Estamos trabajando para crear una asamblea interparlamentaria de estados que buscan que se reconozca su soberanía.

También estableceremos relaciones interregionales con la Federación Rusa. Ya tenemos varios acuerdos con distintas ciudades y regiones. No son relaciones entre estados, sino entre regiones. Son más sencillas de establecer.

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