Por Carlos Fazio, - “Una nueva fase de desestabilización subversiva, guerra sucia y terrorismo mediático de Estados Unidos y sus aliados europeos contra la Revolución Bolivariana de Venezuela” fue delineada durante los meses de junio y julio de 2014 en reuniones secretas realizadas es España y en las que participaron figuras de la oposición venezolana, revela una investigación del periodista y profesor universitario Carlos Fazio publicada el pasado lunes.
La investigación permitió develar como uno de los ejes de esta nueva etapa de ataques, prevista para ser ejecutada a partir de los primeros días de octubre, “la necesidad de realizar estudios sobre los movimientos de
dirigentes del Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV) y del gobierno de Maduro, y en especial de reconocidas personalidades artísticas y deportivas, con la finalidad de planificar eventuales acciones de secuestro y otras acciones violentas que generen terror y caos en la población y al mismo tiempo fomenten la campaña sobre la inseguridad en el país”.
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España y la tercerización del caos en Venezuela
La inusitada irrupción de una campaña internacional de noticias frívolas, con eje en la escasez de productos de belleza, Botox, prótesis para implantes de senos y materiales para cirugías estéticas en un país que ostenta el récord de 13 coronas de Miss Mundo y Miss Universo, podría ser parte de un nuevo “calentamiento” mediático dirigido a generar nuevas acciones de violencia callejera para no dar “ningún respiro al gobierno chavista” de Nicolás Maduro en Venezuela.
La novedad, ahora, es la tercerización del caos, con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) de España en la tarea de subrogar las acciones de desestabilización encubiertas de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) estadunidense, y la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), del Partido Popular del ex presidente del gobierno español José María Aznar como articuladora de una red internacional de think tanks y ONGs neoconservadoras que impulsan un cambio de régimen en Venezuela.
Inscrita en la guerra no convencional o de cuarta generación, la nueva ofensiva que podría desencadenarse en los próximos días, fue planeada en el marco de una serie de conferencias denominadas Campus FAES 2014, celebradas en la localidad madrileña de Guadarrama a finales de junio y principios de julio pasado.
El evento, clausurado por el jefe de gobierno español Mariano Rajoy, contó con la participación del diputado golpista venezolano Julio Borges y el alcalde guarimbero de Chacao, Ramón Muchacho, ambos del corrupto partido Primero Justicia, y con un discurso grabado de la ex diputada opositora María Corina Machado, fundadora de la ONG Súmate (financiada por la Agencia Internacional para el Desarrollo de Estados Unidos) y firmante del Decreto Carmona durante el golpe de Estado de 2002, a quien la Fiscalía de su país le ha prohibido salir de Venezuela porque es investigada por terrorismo.
Durante la realización del Campus FAES 2014, el par de opositores venezolanos sostuvo encuentros paralelos secretos con Aznar y funcionarios y analistas del CNI, el servicio de inteligencia español que dirige Félix Sanz Roldán. Ambos habrían recibido instrucciones concretas sobre los procedimientos tácticos y estratégicos para desencadenar una nueva fase de enfrentamientos callejeros, guerra psicológica, ingobernabilidad y acciones de desgaste del gobierno de Nicolás Maduro.
El CNI habría garantizado el adiestramiento y el financiamiento necesario para la ejecución de los nuevos planes subversivos en Venezuela, que estarían siendo coordinados en secreto en estrecha colaboración con el gobierno de Barack Obama y la CIA.
Cabe recordar que en 2013, gracias a las filtraciones sobre vigilancia mundial de Edward Snowden, se conoció que el Centro Nacional de Inteligencia español había estado colaborando de manera cercana con la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) de Estados Unidos, en el espionaje masivo de millones de ciudadanos españoles, interceptando de manera directa o ayudando a interceptar millones de megadatos de registros de llamadas, mensajes de texto y correos electrónicos.
En la etapa, la tercerización de la desestabilización, el caos y la violencia sediciosa en Venezuela vía España, trata de no dejar evidencias de los vínculos del CNI con los servicios de inteligencia y espionaje estadunidenses, para que la oposición venezolana no sea objeto de una campaña de descrédito gubernamental.
En las reuniones de Borges y Muchacho con funcionarios del CNI se habría puesto énfasis en la organización y movilización callejera de jóvenes estudiantes venezolanos, y discutido los temas y los llamados talking points que se deben abordar en cada uno de los discursos, conferencias de prensa y campañas mediáticas que se organicen en la nueva fase de guerra psicológica y terrorismo mediático.
Como acciones prioritarias de la nueva ofensiva, el CNI español y la CIA estadunidense habrían determinado incentivar las especulaciones sobre las divisiones internas dentro del gobierno de Venezuela, con eje en mensajes desinformativos que señalen el estancamiento económico, la escasez de productos de primera necesidad (entre ellos medicinas y alimentos), la falta de gobernabilidad en el país y la supuesta disminución de popularidad del presidente Maduro.
Otro eje capital de la campaña es mantener “calientes” las calles y no dejar que muera la presencia opositora en ellas, para lo cual resulta fundamental reavivar al movimiento juvenil.
En ese sentido, se habría dispuesto facilitar un mayor apoyo político y logístico a las manifestaciones estudiantiles en los estados donde la oposición tiene mayoría. Dentro de esa estrategia juegan un papel de suma importancia los estados fronterizos con Colombia controlados por gobernadores opositores. En las reuniones se habría considerado vital la llamada estrategia de la “Media Luna”, encaminada a que la oposición logre retener y asegurar el control de dichos territorios.
Otra prioridad de la campaña mediática antigubernamental es el incremento del uso de las redes sociales. A tales efectos se habilitarán cursos en España para entrenar a miembros de la oposición venezolana en nuevas estrategias de comunicación y el empleo efectivo de las nuevas tecnologías en la materia.
A esos cursos ha sido programada la asistencia de 50 jóvenes venezolanos, que después de recibir entrenamiento deberán compartir lo aprendido y extender sus conocimientos a la masa juvenil opositora.
Otro punto clave de la nueva fase desestabilizadora es la continuación del desarrollo de acciones conspirativas en el seno de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), con el objetivo de fragmentar el sector militar y facilitar, en consecuencia, con el gobierno pierda apoyo en filas castrenses. En las conversaciones se habría puesto énfasis en la necesidad de mantener total discreción y tomar las medidas de seguridad necesarias para evitar ser detectadas por el gobierno.
También se conversó con Borges y Muchacho acerca de la necesidad de realizar estudios sobre los movimientos de dirigentes del Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV) y del gobierno de Maduro, y en especial de reconocidas personalidades artísticas y deportivas, con la finalidad de planificar eventuales acciones de secuestro y otras acciones violentas que generen terror y caos en la población y al mismo tiempo fomenten la campaña sobre la inseguridad en el país.
En esas reuniones quedó estipulado que debido a su posición al frente del FAES y sus fuertes vínculos con diversos sectores latinoamericanos y venezolanos, José María Aznar, quien estuvo involucrado en el golpe de Estado de 2002 contra el presidente Hugo Chávez y la Revolución Bolivariana, fuera el enlace principal con los dirigentes opositores.
El FAES es apoyado por importantes empresas afines a su ideología, que tienen intereses económicos en América Latina, como BBVA, Santander y ENDESA. Entre los íntimos colaboradores de la Fundación hay personajes relevantes de los medios académicos, periodísticos y diplomáticos de la derecha latinoamericana y europea, entre ellos el ex alcalde de Chacao Leopoldo López, actualmente preso, y una red de intelectuales “amigos” que impulsan la visión neoliberal y neoconservadora en boga, como el mexicano Enrique Krause, el cubano-español Carlos Alberto Montaner, el chileno Jorge Edwards y el peruano Álvaro Vargas Llosa.
El papel del FAES en la nueva ofensiva en ciernes radica en su articulación con un grupo de “tanques de pensamiento” neoconsevadores como el Cato Institute, American Interprise Institute, Heritage Fundation, International Republican Institute (IRI) y una red de partidos, ONGs y fundaciones latinoamericanas.
Sin embargo, lo que más destaca en la coyuntura es la abierta participación del Centro Nacional de Inteligencia en la trama. Las funciones del CNI son proporcionar información, estudios y análisis al gobierno español y a su presidente. A sus actividades de espionaje, contrainteligencia y contraterrorismo suma ser el interlocutor habitual de servicios de inteligencia y organizaciones supranacionales (como la NSA, la CIA y los servicios de la OTAN).
Como el antiguo CESID (Centro Superior de Información de la Defensa), se dice que en el exterior las principales zonas de operación del CNI son en el norte de África y Latinoamérica.
En síntesis, durante las conversaciones secretas del Campus FAES 2014, quedó lista la logística para una nueva fase de desestabilización subversiva, guerra sucia y terrorismo mediático de Estados Unidos y sus aliados europeos contra la Revolución Bolivariana de Venezuela.
*Carlos Fazio es periodista, investigador y profesor universitario.
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