Por el profesor Michel Chossudovsky, – Los medios de comunicación occidentales a coro han descrito el conflicto que se desarrolla en Irak como “guerra civil ” entre el Estado Islámico de Irak y al-Sham o Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS), en contra de las fuerzas armadas del gobierno de Al-Maliki.
El conflicto se describe informalmente como “guerra sectaria” entre radicales sunitas y chiítas sin abordar “quién está detrás de las diversas facciones.” Lo que está en juego es una cuidadosamente preparada agenda militar y de inteligencia EE.UU..
Al Qaeda y otros grupos radicales han sido utilizadas por Estados Unidos y la OTAN en numerosos conflictos como “activos de inteligencia”, fórmula ya probada que el apogeo de la guerra soviético-afgana. En Siria, los rebeldes de Al Nusrah e ISIS son los soldados de infantería de la alianza militar occidental, que supervisa y controla el reclutamiento y el entrenamiento de las fuerzas paramilitares.
El Estado Islámico de Al Qaeda e Irak (ISI) resugió en abril de 2013 con un nombre y siglas diferentes, comúnmente conocido como el Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS). La formación de una entidad terrorista que abarca tanto Irak y Siria era parte de un programa de inteligencia de EE.UU..Respondió a los objetivos geopolíticos. También coincidió con el avance de las fuerzas del gobierno sirio contra la insurgencia patrocinada por EE.UU. en Siria y los fracasos, tanto del Ejército Libre Sirio (FSA) como de sus diversos núcleos “oposición” violenta.
La decisión fue tomada por Washington de canalizar su apoyo (en secreto) a favor de una entidad terrorista que opere en Siria e Irak y que tiene bases logísticas en ambos países. El proyecto ISIS-califato suní coincide con un programa de larga data de EE.UU. para repartirse tanto Irak y Siria en tres territorios separados: un califato islámico sunita, una República Árabe chiíta, y una República de Kurdistán.
Considerando que el el gobierno en Bagdad posee sistemas avanzados de armas de los EE.UU., incluyendo aviones de combate F-16 de Lockheed Martin, aparece el Estado Islámico de Irak y al-Sham, que lucha teóricamente contra el gobierno iraquí, pero a la vez es apoyado secretamente por la inteligencia occidental. El objetivo es diseñar una guerra civil en Irak, en la que ambas partes son controladas indirectamente por Estados Unidos y la OTAN.
El escenario es armar y equiparles a ambos bandos, financiarlos con sistemas de armas avanzadas y luego “dejar que luchen entre ellos”.
EE.UU. y la OTAN están incluida en el reclutamiento, capacitación y financiamiento de ISIS y otros escuadrones de la muerte en Irak y Siria. ISIS opera a través de canales indirectos, en conexión con la inteligencia occidental. A su vez, las fuerzas especiales y mercenarios occidentales integran las filas de ISIS.
El apoyo occidental a los yihadistas se canalizó secretamente a través de los más firmes aliados de Estados Unidos: Qatar y Arabia Saudita. Según el diario londinense Daily Express “Tenían dinero y armas suministradas por Qatar y Arabia Saudita.”
“A través de aliados como Arabia Saudita y Qatar, Occidente ha apoyado a grupos rebeldes militantes que desde entonces se han transformado en ISIS y grupos de Al Qaeda. (Daily Telegraph, 12 de junio de 2014)
Mientras que los medios de comunicación reconocen que el gobierno del primer ministro Nuri al-Maliki ha acusado a Arabia Saudita y Qatar de apoyar al ISIS, sin embargo el gobernante no menciona que tanto Doha y Riad están actuando en nombre y en estrecha relación con Washington.
Bajo la bandera de una guerra civil, una guerra encubierta de agresión se está librando lo que esencialmente contribuye a la destrucción de un país entero, sus instituciones, su economía. La operación encubierta es parte de una agenda de inteligencia, un proceso de ingeniería que consiste en la transformación de Irak en un territorio abierto.
Mientras tanto, a la opinión pública se le hace creer que lo que está en juego es el enfrentamiento entre chiítas y sunitas.
La ocupación militar estadounidense de Irak ha sido sustituida por las formas no convencionales de guerra. Ahora, en una amarga ironía, la nación agresora es retratada como quien sale al rescate de “la soberanía de Irak”.
La desintegración de Irak en base a líneas sectarias es la política de larga data de los EE.UU. y sus aliados.
“El apoyo a ambos lados”
La “guerra contra el terrorismo” consiste en la creación de entidades terroristas como Al Qaeda en el marco de una operación de inteligencia, así como también salir al rescate de los gobiernos, que son el objetivo de la insurgencia terrorista.Este proceso se lleva a cabo bajo la bandera de la lucha contra el terrorismo En realidad, crea el pretexto para intervenir en cada país.
ISIS levanta la idea de crear un califato donde se pueda construir un estado islámico sunita. No es un proyecto de la población sunita de Irak, que está ampliamente comprometida con una formas seculares de gobierno. El proyecto del califato es parte de una operación de inteligencia de EE.UU..
En respuesta al avance de los rebeldes del ISIS, Washington tiene prevista la utilización de bombardeos aéreos y ataques con aviones no tripulados en apoyo al gobierno de Bagdad como parte de “una operación de lucha contra el terrorismo”. Todo es por una buena causa: luchar contra los terroristas, sin, por supuesto, reconocer que estos terroristas son los “soldados de infantería” de la alianza militar occidental.
Huelga decir que estos dolorosos hechos no sólo contribuyen a la desestabilización de Irak, sino también debilitan el movimiento de resistencia iraquí, que es uno de los principales objetivos de Estados Unidos y la OTAN.
El califato islámico es apoyada secretamente por la CIA en colaboración con Arabia Saudita, Qatar y la inteligencia turca. Israel también está involucrado en la canalización de apoyo a los rebeldes de Al Qaeda en Siria (de los Altos del Golán).
En términos más generales, la “Guerra Global contra el Terrorismo” (GWOT) abarca una lógica coherente y diabólica: ambas partes-es decir, los terroristas y el gobierno-son apoyados por los mismos actores militares y de inteligencia, es decir, Estados Unidos y la OTAN.
Si bien este patrón describe la situación actual en Irak, la estructura de “apoyar a ambas partes”, con miras a la ingeniería de conflicto sectario se ha aplicado una y otra vez en numerosos países. Las insurgencias integradas por agentes de Al Qaeda (y con el apoyo de la inteligencia occidental) prevalecen en un gran número de países, entre ellos Yemen, Libia, Nigeria, Somalia, Malí, la República Centroafricana, Pakistán. El final es desestabilizar Estados-nación soberanos y transformar los países en territorios abiertos (en nombre de los llamados inversionistas extranjeros).
El pretexto para intervenir por razones humanitarias (por ejemplo, en Malí, Nigeria o la República Centroafricana) se basa en la existencia de fuerzas terroristas. Sin embargo, no existirían estas fuerzas terroristas sin apoyo encubierto Unidos y la OTAN.
La captura de Mosul: EE.UU. y la OTAN encubren el apoyo al Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS)
Algo inusual ocurrió en Mosul que no puede ser explicado en términos estrictamente militares.
El 10 de junio, las fuerzas insurgentes del Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIS) capturaron a Mosul, la segunda ciudad más grande de Irak, con una población de cerca de 1,5 millones de personas. Si bien estos avances eran “inesperados”, según el gobierno de Obama, se sabe que la inteligencia del Pentágono y EE.UU., no sólo provee de armas, logística y apoyo financiero a los rebeldes ISIS, y obviamente también estaban coordinando, detrás de la escena, el ataque a la ciudad de Mosul.
Mientras ISIS es un ejército rebelde bien equipado y disciplinado si se lo compara con otras formaciones de afiliados de Al Qaeda, la captura de Mosul, exedía las capacidades militares de los atacantes. Se sabe que las fuerzas iraquíes superaban en número a los rebeldes, y estaban equipadas con sistemas de armas muy avanzados, por lo cual podrían fácilmente haber repelido a los rebeldes ISIS.
Había 30.000 integrantes de las fuerzas gubernamentales en Mosul frente a 1.000 atacantes del ISIS, según los informes. El ejército iraquí optó por no intervenir. Los informes de los medios explican sin evidencia que la decisión de las fuerzas armadas iraquíes de “no intervenir” fue espontánea, debido a deserciones masivas.
Funcionarios iraquíes dijeron a The Guardian que dos divisiones de soldados iraquíes – unos 30.000 hombres – simplemente se volvieron y corrieron ante el asalto por una fuerza insurgente de apenas 800 combatientes. Extremistas del Isis caminaban libremente el miércoles por las calles de Mosul. Ellos mismos estaban “sorprendidos” de la facilidad con que ocuparon la segunda ciudad de Irak, después de tres días de combates esporádicos. (Guardian, 12 de junio de 2014)
Los informes apuntan al hecho de que los comandantes militares iraquíes fueron comprensivos con la insurgencia liderada por los sunitas ISIS:
Hablando desde la ciudad kurda de Erbil, los desertores acusaron a sus oficiales de cobardía y traición. Señalaban que jefes militares “entregaron” la ciudad a manos de los insurgentes sunitas, con los que compartían lazos sectarios e históricos. ( Daily Telegraph , 13 de junio de 2014)
Las fuerzas militares iraquíes que habían estado en Mosul han huido – algunos de los cuales abandonaron sus uniformes, así como sus puestos cuando las fuerzas del ISIS irrumpieron en la ciudad.).
Fuente: The Economist
El general chiíta Mehdi Sabih al-Gharawi que estaba a cargo de las divisiones del Ejército en Mosul “había salido de la ciudad”. Al Gharawi había trabajado mano a mano con los militares de EE.UU.. Él se hizo cargo del mando de Mosul, en septiembre de 2011, ¿Había sido cooptado, instruido por sus homólogos de EE.UU. a abandonar su mando?
En Mosul, los edificios del gobierno, estaciones de policía, escuelas, hospitales, etc, estarían formalmente ahora bajo el control del Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS). A su vez, el ISIS ha tomado el control de armamento que incluye helicópteros y tanques que fueron abandonados por las fuerzas armadas iraquíes.
Lo que se desarrolla es la instalación de un califato islámico del ISIS patrocinado EE.UU. junto con la rápida desaparición del gobierno de Bagdad. Mientras tanto, la región de Kurdistán del Norte declararon su independencia de Bagdad. Fuerzas rebeldes peshmerga kurdos ocupan las ciudades de Arbil y Kirkuk.(Ver el mapa arriba)
Observaciones finales
No hubo rebeldes de Al Qaeda en Irak antes de la invasión de 2003. Por otra parte, Al Qaeda era inexistente en Siria hasta el comienzo de la insurgencia apoyada por EE.UU.-OTAN-Israel en marzo de 2011.
El ISIS no es una entidad independiente. Es una creación de la inteligencia de EE.UU.. Es un activo de inteligencia de EE.UU., un instrumento de la guerra no convencional.
El objetivo final de Estados Unidos y la OTAN es crear un conflicto de ingeniería para oponerse a las fuerzas del gobierno de Maliki, a la insurgencia del ISIS, y además destruir y desestabilizar a Irak como Estado-nación. ,
La formación del califato puede ser el primer paso hacia un conflicto más amplio en Oriente Medio. Teniendo en cuenta que Irán apoya al gobierno de Al Maliki, la estratagema EE.UU puede ser alentar la intervención de la nación Persa.
El nuevo reparto propuesto para Irak tiene su modelo en gran medida en lo realizado en la Federación de Yugoslavia, que fue dividida en siete “estados independientes” (Serbia, Croacia, Bosnia-Herzegovina, Macedonia , Eslovenia, Montenegro y Kosovo).
Según Mahdi Darius Nazemroaya, la división de Irak en tres estados separados, es parte de un proceso más amplio de volver a re-dibujar el mapa del Medio Oriente.
El mapa anterior fue diseñado por el teniente-coronel Ralph Peters. Se publicó en el Armed Forces Journal en junio de 2006, Peters es un coronel retirado de la Academia Nacional de Guerra de EE.UU.
Aunque el mapa no refleja oficialmente la doctrina del Pentágono, se ha utilizado en un programa de formación en la Escuela de Defensa de la OTAN para los oficiales militares de alto rango “. (Ver Planes para volver a dibujar el Oriente Medio: El Proyecto para un “Nuevo Medio Oriente” Al Mahdi Darius Nazemroaya , Global Research, noviembre de 2006)
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