Por Percy Francisco Alvarado Godoy. El mentiroso ultra derechista español, Ángel Carromero, conductor imprudente del auto en cuyo accidente falleció el contrarrevolucionario Oswaldo Payá, recibió un permiso de tres días otorgado por instituciones penitenciarias de su país, para participar hoy en un circo mediático contra Cuba y Venezuela, montado por la ONG internacional UN Watch, en Ginebra.
Hasta allí lleva su maliciosa y distorsionada versión, mediante la cual trata de implicar a las autoridades cubanas en el fatal accidente que costó la vida a Oswaldo Payá y Harold Cepero. Con ello rejuega con la realidad y se presenta como víctima, cuando en realidad es el único culpable del fatal incidente ocurrido el 22 de julio de 2012.
El mencionado “foro sobre derechos humanos” es un escenario más de la permanente agresión político-ideológica mantenida contra Cuba, así como la hermana nación venezolana.
Lo cierto es que Carromero fue condenado a 4 años de prisión por el delito de cometer homicidio por imprudencia, en un juicio totalmente transparente y en presencia de autoridades españolas. Nadie, salvo aquellos que querían desvirtuar la verdad de los hechos, se pronunció contra la sentencia. Cuba acordó, en muestra de buena fe y a peticiones del gobierno español –en correspondencia con un convenio bilateral vigente desde 1998-, que el provocador dirigente de la rama juvenil del Partido Popular español fuera trasladado a España para culminar su condena, apenas dos meses después de ser condenado.
La trama, sin embargo, pretende que el Pinocho del PP sea llevado, bajo respaldo de la ONG internacional UN Watch a la reunión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
Con un malicioso encuentro y debate titulado "La situación de los derechos humanos en Cuba, y lo que realmente le pasó a Oswaldo Payá", se pretende impostar las falsedades de Carromero ante la opinión pública, en un rejuego mediático apto solo para tontos y para enemigos apegados a la diatriba anticubana. Mañana, en Ginebra, se tratará de fortalecer la vil campaña contra Cuba, iniciada por la hija de Payá, Rosa María, en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, con la finalidad de realizar una investigación sobre las causas y responsables de la muerte de ambos contrarrevolucionarios.
Carromero se apega a su nuevo guion, no el declarado ante el tribunal que lo juzgó, sino a aquel que le fabricaron deliberadamente quienes pretenden poner en duda la transparencia de la justicia cubana. Oportunista, vistiendo el falso disfraz de víctima, ocultará su verdadera culpa.
Otro show más contra nuestra Patria, otro escenario para impostar mentiras a las que estamos acostumbrados desde hace décadas.
Carromero, cirquero de poca monta, capaz de gozar del dudoso privilegio otorgado para un preso español, llega a Ginebra para seguir apostando por la calumnia, alentado por las promesas de reducir su condena y exculparse ante un mundo que lo conoce bien y dudará siempre de sus argumentos.
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