En una declaración emitida el domingo, Hezbolá aseguró que las amenazas y ataques terroristas no harán que el movimiento deje de respaldar al Gobierno de Damasco.
Esto ocurrió un día después de que el grupo terrorista de Estado Islámico de Irak y del Levante (EIIL), vinculado a Al-Qaeda, reivindicara la autoría de un atentado con coche bomba en los suburbios del sur de Beirut, que mató a dos personas.
El sábado, EIIL avisó en un comunicado publicado en Internet que había penetrado en el “sistema de seguridad” de Hezbolá para “aplastar su fortaleza”.
El comunicado apostilla que el ataque fue “el primer pago pequeño” contra el movimiento libanés de Resistencia por su apoyo al Gobierno sirio.
El secretario general de Hezbolá, Seyed Hasan Nasrolá, ha reiterado en varias ocasiones la determinación de su grupo para luchar contra los militantes respaldados por extranjeros y takfiríes en Siria.
Siria, desde mediados de marzo de 2011, es objeto de la injerencia de algunos países occidentales y regionales, que brindan abiertamente su apoyo a los grupos armados, cuyo propósito es acabar con el Gobierno constitucional de Damasco.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), más de 115,000 sirios, entre ellos civiles y efectivos de seguridad, han muerto y millones se han visto desplazados por la violencia.
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