El vicepresidente de EEUU, Joseph Biden, arribó a Japón para discutir con el primer ministro Shinzo Abe, entre otras cosas, la situación provocada por la creación por parte de China de una zona de defensa aérea en el mar de la China Oriental. Corea del Sur se sumó al desagrado suscitado por las medidas asumidas por China.
El Ministerio de Asuntos Exteriores y el Ministerio de Defensa de Corea del Sur criticaron a China por la creación de una zona de defensa antiaére y declaró que la misma comprende el espacio sobre territorios de Corea del Sur. La verdad es que algunos expertos tienen dudas acerca de la legalidad de estas pretensiones surcoreanas respecto a China. En particular, el colaborador científico principal del centro de investigación de Japón de la Academia de Ciencias de la Federación Rusa, Víctor Pavliatenko, no ve cuáles pudieran ser los territorios surcoreanos comprendidos en la nueva zona de defensa antiaérea china:
−Por lo visto, la nueva presidenta de Corea ha decidido presentarse de esta manera en la arena de la política exterior. El asunto fue expuesto de tal forma como si la zona de defensa antiaérea china cubriese el territorio de una isla coreana, por lo que viola el espacio aéreo de Corea. Pero no hay ninguna isla, sino una roca que se encuentra prácticamente bajo el agua. Según el derecho internacional, tales formaciones no se consideran islas y, por consiguiente, no son territorios que se contabilicen como aguas territoriales, zona económica o espacio aéreo.
Sean legítimas o no las pretensiones de Seúl, Pekín aceptó discutirlas en una mesa de conversaciones. A modo de ejemplo: Japón no ha propuesto a China ninguna negociación a causa de la zona de defensa antiaérea. Corea del Sur, es otro asunto. En Pekín es imposible que no hayan notado que en los últimos tiempos es como si Seúl se hubiese distanciado de Japón y EEUU, países que asumen una posición dura con respecto a las discusiones territoriales de China con sus vecinos y que refuerzan su colaboración militar ante el reforzamiento económico y militar de este país. En esto, también juega su papel la inconformidad de los surcoreanos con las pretensiones japonesas sobre Tokio, y las declaraciones de los políticos japoneses justificando los delitos del militarismo japonés durante los años de la ocupación de Corea. Pero lo más importante, Corea del Sur se encuentra directamente junto a China y no quisiera pelearse con ella. Es por eso que, en particular, Seúl no se apuró a integrarse al proyecto norteamericano-japonés para la defensa antimisiles (DAM). Por lo que se ve, Pekín ha valorado esa decisión.
Sin embargo, en la posición de Seúl respecto a las relaciones con China por un lado, y respecto a las relaciones con Japón y EEUU por el otro, podrían darse algunos cambios. Hace unos días en una reunión llevada a cabo en Seúl con los representantes de la Administración presidencial, del Gobierno y del partido en el poder Senuri se reconoció la necesidad de ampliar la zona de defensa antiaérea de la República de Corea, más al sur de los límites actuales. Ahí fue cuando el jefe del Ministerio de Asuntos Exteriores de Corea del Sur, Yun Ben Se, por primera vez desde el empeoramiento de las relaciones con Japón, expresó sus intenciones de “aplicar esfuerzos” para estabilizarlas.
Este retroceso por parte de Corea del Sur es representativo de los cambios en su orientación política y, en general, del desplazamiento de la disposición de las fuerzas en la región, según considera el profesor del Instituto Estatal de Moscú para la Relaciones Internacionales, Dmitri Streltsov:
−Esta situación maduró hace tiempo. El genio de la botella fue liberado cuando China comenzó a establecer activamente su soberanía nacional sobre una serie de territorios que se consideraban discutibles. El retroceso de Corea del Sur no va a ser el último de la lista de sucesos en este asunto.
Japón y Corea del Sur, aunque se mantengan como contrincantes, ahora necesitan elaborar una posición común. Por cuanto China desarrolla su política de manera bastante agresiva, Corea del Sur y Japón se encuentran en la misma embarcación. Es posible que aparezcan algunos proyectos en la rama de la colaboración militar, que habían sido engavetados después de la agudización de las relaciones entre Seúl y Tokio; sobre intercambio de información de inteligencia, sobre la colaboración en la rama de la logística, ahora todo esto obtiene aire fresco y se podrían esperar algunos acuerdos en esta rama.
Si son alcanzados estos acuerdos, se convertirá en realidad la aparición del triangulo Seúl-Tokio-Washington, y China será la principal responsable de esto, ya que ha propiciado la formación de bloques antichinos con sus acciones relacionadas con los territorios disputados con sus vecinos.
fs/sk/sm
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