viernes, 25 de octubre de 2013

Unificación monetaria, tontos gusanos y algunos expertos

Apenas se conoció la disposición del gobierno cubano de implementar el Lineamiento 55 de Los lineamientos Económicos y Sociales del VI Congreso del Partido, relacionado con la eliminación de la doble moneda y, por consiguiente, la promoción de cambios en cuanto a política monetaria y financiera, la contrarrevolución formó su tradicional alboroto.

Los tontos hablan
Los primeros es atribuirse un ilegítimo protagonismo fue el grupúsculo conocido como FLAMUR, mediante su presidenta, Annia Peralta, quien desde Bayamo, Provincia Granma, en Cuba, se congratuló de ser dueña de inexistentes “laureles”. Según ella, FLAMUR hizo toda la presión posible y “doblegó” al gobierno cubano mediante sus presiones. ¿Creerá realmente esta tonta que su minúsculo grupito de provocadores fuese capaz de presionar al gobierno de Cuba? La decisión estaba contemplada desde hace tiempo por las autoridades y su implementación era solo cosa de tiempo, aplicándola en el momento preciso y según un cronograma seriamente pensado y diseñado.

Por su parte, la mercenaria viajera, Berta Soler, líder del conocido grupúsculo las Damas de Blanco, no adoptó la misma actitud que FLAMUR. Para ella, que no sabe ni pizca de economía –a no ser contar los dólares que le manda la USAID y que estafa en su gran mayoría a sus cúmbilas-, la medida no es creíble y la destina de antemano al fracaso.

Recela de cualquier cambio en Cuba pues, según ella, “los cambios que promueve el gobierno son siempre son para beneficio suyo.” Le preocupa más qué hacer con la declaración legal de las grandes cantidades de dinero amasado por la traición, que las ventajas para el resto de los cubanos.

Esa misma matriz de opinión es esgrimida desde Madrid por la contrarrevolucionaria Miriam Leyva, quien duda de la capacidad del gobierno para implementar la eliminación de la dualidad monetaria, por no existir las condiciones para eliminarla, faltando los cambios previos necesarios y poniendo en duda la eficiencia que promoverán estos cambios en la economía y las finanzas del país. Rapidez pide la gusaneja, cuando está claro que estos cambios –no por complejos-, se irán ejecutando paso a paso.

Michel Suárez, cotorrón del staff de Radio Martí, niega todo éxito posible a la proyectada transformación planteada en la política monetaria cubana, coincidiendo con la mayoría de los criterios de la contrarrevolución interna y externa. Lo mismo opina otro miembro de staff, Pablo Alfonso, quien duda de la capacidad de la dirección del país en el manejo de las transformaciones económico-sociales que se ha planteado.
Lo más fácil para los enemigos de Cuba es cuestionar, emitir opiniones acudiendo a “expertos prefabricados”, impostar dudas y recelos, sembrar confusión, propalar rumores, como parte de sus planes desestabilizadores y su guerra mediática. Poner en duda la eficacia de los cambios, cuestionar la capacidad del estado cubano para garantizar el desarrollo económico y generar incertidumbre, son parte de la guerra sicológica contra nuestro pueblo. 

Prueba de ello son las siguientes matrices de opinión:

● La eliminación de la dualidad monetaria es una medida necesaria y positiva; pero generará una inflación enorme y la dislocación económica. (Jaime Sushlicki, director del Instituto Cubano y Cubanoamericanos de la Universidad de Miami).

● La doble moneda era una situación insostenible, generadora además de desequilibrios muy grandes. (Jorge Duanis, de la FIU).

● Es un paso importante y parte de la reforma para sacar a la economía de su estado de postración, pero advirtió que el Estado isleño carece de la estructura necesaria para implementarlo. (Andy Gómez, profesor de la Universidad de Miami).

● Lo primero que debe tenerse en cuenta en el tema de la unificación monetaria anunciada, es qué cosa es lícita para el régimen, pues actividades que son normales en cualquier sociedad, en la Isla son consideradas delitos. (Omar López Montenegro, director de DD.HH. de la FNCA) ¿Qué pensaba este señor? Cualquier nación toma medidas que considere legítimas contra la especulación monetaria y el dinero obtenido ilícitamente, en correspondencia con la legislación vigente. ¿No tiene Cuba, acaso, también ese derecho?

● Está claro que otras de sus matrices de opinión es forzar al gobierno cubano a apresurar la eliminación de la dualidad monetaria, violentando procesos lógicos y previamente programados. Tal es la postura de Magdelivia Hidalgo, representante de la FLAMUR en el exterior. En este sentido, se plantean incrementar su campaña “Que suban los salarios y que bajen los precios”, como una manera de ejercer presión sobre las autoridades y ganara adeptos entre la población.

¿Qué piensan otros expertos más imparciales?

Por otra parte, Jean-Herve Deiller, de AFP, publicó un artículo aparecido hoy en El Nuevo Herald, donde comenta que “Cuba apuesta fuerte al lanzarse en la más ambiciosa de sus reformas, la unificación de dos monedas que circulan en la isla hace 20 años, con enormes beneficios potenciales, pero también asume peligrosos riesgos, estiman analistas consultados por la AFP.”
Estos son las principales líneas de opinión al respecto, comentadas por el periodista y sus entrevistados:

● “Es sin dudas la mayor de las reformas, considerada durante mucho tiempo ‘demasiado’ difícil para la economía cubana”. (Paul Webster, ex embajador de Gran Bretaña en La Habana y profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Boston, Estados Unidos.) Empero, ve esta medida como esperada y dirigida a solucionar la existencia de la dualidad monetaria en el país.

● “La unificación monetaria sería una reforma extraordinariamente audaz”. (Richard Feinberg, profesor de la Universidad de California y analista de la Brookings Institution de Estados Unidos). Para este experto, la eliminación de la dualidad monetaria es positiva por cuanto “mejoraría de manera considerable el clima de los negocios, enviando a los inversores una clara señal de racionalidad en los precios y reforzaría la rentabilidad y daría un considerable impulso a las exportaciones”.

El también ex consejero del presidente Bill Clinton en el período entre 1993 y 2001, apuntaló: “Será igualmente una fuerte señal para mostrar a la comunidad internacional que Cuba acelera su ritmo en busca de una economía más abierta al mercado”.

Otros, empero, ven la implementación como un “camino largo y difícil”, que pondrá a prueba a los economistas cubanos. Entre estas opiniones se encuentran las siguientes:

● “La aplicación de esta decisión será lenta y complicada, de igual forma que todas las reformas introducidas en Cuba” (Michael Shifter, presidente del grupo de reflexión estadounidense Diálogo Interamericano, en Washington).
● “Está por ver si el sistema económico establecido por Fidel Castro será desmantelado por su hermano Raúl antes del 2018” (Paul Webster Hare). 

● “Una moneda única ayudaría además a las empresas cubanas a mejorar sus ingresos basados en exportaciones y a competir contra las importaciones”. (Archibald Ritter, economista de la Universidad de Carleton, en Canadá). También puntualizó: “El poder adquisitivo de los cubanos en pesos deberá aumentar significativamente con el tiempo”

Conclusiones:

No cabe duda de que la existencia de la dualidad monetaria resulta un traba para el desarrollo de la economía cubano y su posterior impacto en la vida social del país. Compleja y difícil, debe ser acometida con la lentitud que requiere, sin apresuramientos, pero dándole el ímpetu merecido, lo que no es, en sí, una contradicción.

Lo importante es mantener informado al pueblo de sus verdaderos alcances y dotarlo de la cultura económica para entenderla y comprometerlo con la misma.

El enemigo siempre mantendrá su guerra ideológica para confundir, tanto con respecto a la necesidad de la misma y su lógica, atribuyéndose méritos inexistentes o vendiendo una falsa imagen de total deterioro y crisis económica.

La reforma monetaria es un imperativo, pero no nos la impone el enemigo. Es resultado de la dialéctica del propio proceso político económico cubano y, como tal, una traba que debe ser eliminada con mesura y realismo. No nos equivocaremos.

Percy Francisco Alvarado Godoy

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