Los indignados australianos, entre ellos sirios y árabes, se congregaron frente a la sede del consulado de Washington en la ciudad de Melbourne y expresaron su enérgico repudio a cualquier asalto militar de EE.UU. en Siria, informaron el lunes los medios.
Los participantes, entre ellos, miembros de organizaciones pro derechos humanos, llevaban pancartas en las que se leía "Manos fuera de Siria" y "Alto a la guerra en Siria".
El sábado, la ciudad australiana de Sídney, también, fue escenario de protestas contra una eventual medida militar extranjera en Siria.
Contrariando la voluntad popular, el Gobierno australiano adelantó que ofrecería su apoyo moral y no militar a un ataque de Estados Unidos contra Siria.
El lunes, Patrick Low, portavoz del Ministerio australiano de Exteriores, informó de que el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, en una llamada telefónica, quería saber si Washington podía contar con el apoyo de Canberra en su carrera bélica en Siria.
En su tarea de ganar aliados para su medida antisiria, Kerry también llamó al canciller de Nueva Zelanda, Murray McCully.
No obstante, el primer ministro neozelandés, John Key, dijo el lunes que su país primero evaluará todos los pasos dados antes de un ataque para poder definir su postura.
La propuesta de Estados Unidos para atacar militarmente a Siria no goza del amplio apoyo internacional: Francia ha anunciado su apoyo mientras que Gran Bretaña, un aliado clave del país norteño, rechazó la semana pasada participar en una acción militar en Siria. Alemania, tampoco se mostró a favor de la medida anunciada por EE.UU.
fm/nl/ab/
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Añade tu opinión sobre este artículo