Según la información proporcionada por la agencia de noticias iraquí Al-Najil, citando fuentes saudíes, las autoridades de Riad temen que Al-Hasemi revele información, bajo presiones políticas y económicas, sobre sus colaboraciones con los saudíes, con la red terrorista de Al-Qaeda y con el proscrito partido Baas, del ejecutado dictador iraquí Saddam Husein.
En noviembre de 2012, el poder judicial iraquí emitió la cuarta pena capital para Al-Hashemi, uno de los principales líderes políticos de este país árabe, por el asesinato de un abogado y un general.
La Justicia persigue a Al-Hashemi y a algunos miembros de su guardia personal por 150 cargos, entre ellos, el asesinato de seis jueces y varios funcionarios de alto rango, incluido el director general del Ministerio de Seguridad Nacional.
El 9 de diciembre de 2011, Al-Hashemi huyó al Kurdistán iraquí y luego a Turquía, después de que se difundieran las confesiones hechas por algunos miembros de su guardia personal, sobre órdenes del propio exvicepresidente para llevar a cabo atentados terroristas.
Desde abril de 2012, Al-Hashemi se encuentra refugiado en Turquía. No obstante, el Gobierno de Ankara, consciente de la persecución de la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol), no solo se negó a extraditarlo, sino que le otorgó “residencia permanente” el 31 de junio de 2012.
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