jueves, 18 de febrero de 2016

Juzgado por expresar una opinión muy extendida

No es habitual en estados democráticos procesar, y menos encarcelar, a dirigentes políticos, a no ser por delitos de corrupción. En el Estado español, por el contrario, no es ese tipo de delito el más castigado pero, igualmente por el contrario, sí se castiga la actividad inherente a la militancia política cuando esta disiente del orden establecido. Hasta el punto de que, en lo que a procesamientos y encarcelamientos de dirigentes y militantes políticos de Euskal Herria concierne, se puede hablar de tradición. Una larga tradición, muy anterior al franquismo. Y muy posterior. Por citar solo dos de los numerosos casos posteriores a esa
época, cabe recordar el de Telesforo Monzon y el de Arnaldo Otegi, que no es el último.

Hasier Arraiz, presidente de Sortu y parlamentario de EH Bildu, declaró ayer ante el Tribunal Superior de Justicia de la CAV por denunciar las operaciones judiciales y policiales contra la solidaridad y el derecho a la defensa de los presos y presas vascos. Concretamente, por emplear en su denuncia los mismos términos que utilizó el cuerpo militar que llevó a cabo esas operaciones. Si la expresión de Arraiz es ofensiva hasta el delito, previamente lo es la de la Guardia Civil en relación con las personas a las que arrestó. Sin embargo, y dejando de lado el absurdo, el «delito» por el que Arraiz está procesado –como él mismo manifestó a la salida del juzgado– es dar una opinión, y hacerlo en calidad de presidente de su partido.

No es habitual en estados democráticos procesar a dirigentes políticos, ni a nadie, por opinar. Si el presidente de Sortu hubiera exaltado el franquismo o incitado al racismo no lo estaría, pero en el Estado español opinar sí puede ser delito, cuando la opinión muestra una realidad molesta. Y las palabras por las que ha sido imputado Arraiz expresan algo más que una opinión particular: un deseo muy extendido en la sociedad vasca y que tradicionalmente se ha expresado con las palabras alde hemendik.

Gara

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