lunes, 26 de octubre de 2015

Rusia y Cuba reafirman su alianza

Mientras por un lado se normalizan las relaciones de Cuba con los Estados Unidos, por otro la isla no olvida a amigos de antaño y ha continuado reafirmando su alianza estratégica con Rusia.

Unos vínculos que se remontan a los tiempos soviéticos, mantenidos desde entonces con altas y bajas, pero en esencia importantes para ambas partes, más allá de la historia común y de los lazos humanos que logramos crear.

In crescendo desde mediados de los 2000, la relación bilateral se vio fortalecida en 2009
con la firma de un memorándum de colaboración estratégica con proyección a largo plazo y con la posterior condonación por parte del gobierno de Putin del noventa por ciento de la deuda histórica de la isla, de 35 mil millones de dólares.

Ahora, tras la reciente firma de seis convenios de cooperación bilateral en las áreas energética, financiera, metalúrgica y farmacéutica, Moscú se destaca otra vez como uno de los principales socios comerciales de La Habana.

Catalogada como la más grande y voluminosa inyección en la economía cubana en los últimos 20 años, el acuerdo incluye dos créditos estatales del gobierno ruso a Cuba por un total de mil 300 millones de euros.

“Rusia concede a Cuba un préstamo público de exportación por un importe de hasta 1.200 millones de euros para financiar la construcción de un grupo generador de 200 MW de potencia en la central termoeléctrica Máximo Gómez y de tres grupos generadores de 200 MW de potencia cada uno en la central termoeléctrica del Este de La Habana", dice el decreto firmado por el primer ministro Dmitri Medvédev.

Aunque éste es ya el más importante de los proyectos conjuntos de las últimas décadas, no fue lo único que se trajo a casa el vicepresidente del Consejo de Ministros de Cuba, Ricardo Cabrisas, tras su visita a Moscú.

Otro préstamo, en esta ocasión de 100 millones de dólares, se aprobó para las obras de modernización y ampliación de la planta siderúrgica José Martí (Antillana de Acero).

La ampliación de las capacidades de la termoeléctrica de Mariel también estuvo en la mesa de negociaciones, con saldo de un contrato entre las empresas cubana Energoimport y la rusa Inter RAO Export.

En la esfera de la biotecnología, en la que Cuba ha conseguido resultados notables, se rubricó un acuerdo de cooperación entre las empresas HEBER BIOTEC y PHARMACO. Además se valoraron perspectivas de modernización del amplio parque de camiones KAMAZ que existe en Cuba desde los tiempos soviéticos, así como la colaboración técnico-militar y bancaria, entre otras esferas.

"La firma de estos documentos crea nuevos mecanismos de cooperación en la esfera económica e inversionista que pueden ser modelo para el desarrollo de nuestra cooperación de largo plazo", aseguró la presidenta de la cámara alta del Parlamento ruso, Valentina Matvienko.

Más allá, se trata además de un salto cualitativo en la cooperación bilateral, pasando de las esferas tradicionales a las más modernas tecnologías, como reconoció el propio vicepresidente ruso Dmitri Rogozin. “Estamos hablando de la colaboración en el cosmos, aviación, la creación de un hub de transporte aéreo, la renovación de la energética cubana, modernización del sector metalúrgico, la colaboración en la esfera petrogasífera, y la salida con una producción conjunta a mercados de terceros países”, dijo tras la firma de los convenios.

Rusia ha tendido nuevamente la mano y nos toca ahora a los cubanos corresponder a esa confianza respetando plazos y condiciones,  con resultados económicos palpables para ambas partes que se reviertan en beneficio de la gente común.

Porque más allá de acuerdos puntuales, rusos y cubanos hemos aprendido de los errores del pasado y recuperado la confianza estratégica, como valoró en entrevista reciente para Sputnik Mundo el investigador y diplomático Santiago Pérez.

“Independientemente de coyunturas internacionales, para Cuba es importante tener ese vínculo con una potencia internacional del nivel de Rusia y para Rusia es importante tener como socio principal a Cuba, no solo por nuestra historia común sino como parte de su política hacia América Latina, donde una vez más Cuba es  un puente”.

Una relación madura que pasa por la identidad de visión global y se convierte en un pilar importante para un mundo multipolar.

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