Controlar las fronteras y el tráfico transfronterizo es uno de los negocios más rentables que existen. El derecho a cobrar aranceles en la frontera ha sido siempre el derecho inalienable del señor, el rey, el emperador, el Estado. Pero en cuanto el Estado se debilita, diferentes grupos tratan de aprovecharse de ello.
Todo comenzó el 8 de septiembre de 2015, cuando los líderes de la comunidad tártara de Crimea en el exilio anunciaron que se preparaban para la acción, planeada por diputados
de la actual Rada miembros del Bloque Poroshenko y con signos evidentes de estar coordinada por Kiev como parte de algún tipo de plan. “Activistas” del Praviy Sektor se unieron a la acción más adelante, al igual que lo hizo el batallón Azov y otros patriotas que no habían sabido adaptarse a la vida en paz y que necesitaban desesperadamente publicidad y dinero.
Ocurría también que se había hecho con el control del contrabando en la línea de contacto de Donbass el grupo más poderoso del crimen organizado de Ucrania: el SBU y los antiguos clanes oligárquicos y financieros. Lograron con facilidad expulsar a los aprendices y voluntarios.
¿Recuerdan el famoso caso en el que el batallón Tornado paró un tren procedente de Donbass y camino a la región de Dnepropetrovsk con cargamento de la planta metalúrgica de Alchevsk? Tras el incidente, diez miembros del batallón Tornado se encontraron entre rejas y el batallón fue disuelto. En estos momentos es rentable fabricar productos de metal en el territorio controlado por la RPD y la RPL. Los dueños de esas empresas no pagan gran parte de los impuestos al Gobierno ucraniano y pueden permitirse no pagar al completo los salarios a la empobrecida población local. Una tonelada de hierro da un beneficio neto de $100. Un tren de 20 vagones como el que detuvo el batallón Tornado da al dueño un beneficio que supera los $100.000. Más de diez trenes similares parten de Alchevsk a diario…
Todos los batallones “voluntarios” han establecido en el último año estrategias de algún tipo para obtener beneficios. Por ejemplo, Azov se ha establecido como empresa militar privada, tomando bajo su protección las propiedades de oligarcas y logrando así un buen beneficio. El batallón se ha especializado en trabajar con antiguos oficiales del Partido de las Regiones. No es ningún accidente que Mariupol se convirtiera en su base principal. La ciudad siempre fue la joya de la corona del imperio de Akhmetov. En más de un año de convivencia, no se ha producido un solo enfrentamiento entre Biletsky y Akhmetov. Y en cuanto Akhmetov decidió recuperar el control en Zapoozhye, las unidades de Azov le siguieron allí. ¿Coincidencia? Puede ser.
Por cierto, dispongo de información que sugiere que Azov ha llegado a un acuerdo con otro antiguo regional, Levochkin. Eso explicaría que uno de los principales nazis ucranianos, el diputado de la Rada y comandante honorario del batallón Azov Andriy Biletsky, sea intocable. Simplemente ha sabido encontrar su sitio en la “nueva” Ucrania, al contrario que el menos hábil Praviy Sektor y otros batallones voluntarios.
La situación interna en la que se encuentra Ucrania es compleja. Los “héroes” de la guerra se ven obligados a regresar a la vida normal, donde no encuentran su sitio. El último incidente ocurrido en Sumy, donde un ex convicto y soldado del Praviy Sektor voló por los aires por una granada, ya se ha convertido en habitual. Activistas de Maidan muestran abiertamente su descontento con la “traición” del Gobierno en relación a Donbass y exigen que actúe. Los hechos del 31 de agosto ante los muros de la Rada, donde fallecieron varios miembros de la Guardia Nacional y docenas resultaron heridos, hablan por sí solos: la “base del régimen” se encuentra inquieta y exige…pan y circo. Y si las autoridades no lo proporcionan en la periferia, lo buscarán ellos mismos en la capital.
Tras los disturbios del 31 de agosto en Kiev, el 8 de septiembre se presenta la iniciativa de activistas de la comunidad tártara, a los que posteriormente se unen miembros del parlamento, del Praviy Sektor, de Azov y otros “patriotas”. ¿Coincidencia? Puede ser.
Poroshenko aclaró más aún la situación y ya ha expresado su opinión sobre el bloqueo de Crimea:
“El bloqueo es un acto de los activistas de la comunidad tártara de Crimea y de los servicios del Estado: el servicio de fronteras y el Ministerio del Interior han recibido órdenes de mantener el orden y evitar provocaciones durante los actos.
El objetivo del bloqueo de Crimea es exactamente el que manifesté en la entrevista en la televisión ucraniana el pasado domingo: Ucrania hará todo lo que esté en su mano para un rápido restablecimiento de la soberanía del Estado sobre el territorio ocupado”.
¿De qué habla el presidente? Parece que las acciones de los “activistas” se ajustan a las declaraciones del presidente y a las políticas oficiales del país. Poroshenko apoya completamente los actos y ve como única función del Estado la de mantener la ley y el orden. ¿Qué tipo de orden tiene en mente? ¿El de impedir a los ciudadanos de Ucrania el libre movimiento en el país? ¿Y qué pasa con la Constitución, con el Código Penal? La libre circulación no se limita al tránsito a pie o en coche.
Poroshenko tiene una tarea complicada. Por una parte, se ve obligado a mostrar su disposición a la paz, pero también tiene que mantener la retórica belicista para que los “patriotas” no puedan acusarle de “traición” antes de tiempo. Poroshenko camina sobre la cuerda floja tratando de satisfacer a todas las partes.
Desde ese punto de vista, el momento para la protesta es óptimo. La temporada de turismo ya ha terminado. No hay grandes masas de turistas dirigiéndose a Crimea y la península no necesita un gran volumen de suministro de alimentos. A principios de 2014, un bloqueo de este tipo habría hecho mucho daño a Crimea. ¿Por qué ahora y no entonces? ¿Por qué han iniciado los “activistas” un bloqueo en un momento en que no tiene sentido como medida de coacción? ¿Coincidencia? Puede ser.
La campaña electoral que ahora comienza en Ucrania también ha dejado su sello en las acciones. Los partidos radicales y sus organizaciones de combate necesitan rehabilitar la dañada imagen de los soldados ucranianos. Los hechos de los últimos meses han minado su popularidad, así que se han unido con gusto a los activistas tártaros de Crimea en su protesta. Con dos pies izquierdos.
El primer día del bloqueo fue el más divertido. Todo comenzó con un error de los “activistas”. Hay tres rutas a Crimea. Sorprendentemente, el primer control se estableció en Chongar, la ruta menos transitada. Tras unas paseando por allí, y con la certeza de la población local de que ahí no había nada a lo que esperar, los activistas bloquearon las otras dos rutas. Todo ello sucedió de la mano del Praviy Sektor, que dispone de una estructura paramilitar. Por cierto, ¿dónde estaba la inteligencia? ¿Era tan difícil enviar a unas cuantas personas con un cuaderno a cada posición? Parece que es pedir demasiado a tal organización.
¿Por qué Ucrania no es rentable?
Ucrania, como estado, no es rentable. No me refiero al descenso de las exportaciones y el aumento del paro. A Kiev no le importa en absoluto el balance comercial, que se haya reducido el turismo o que vaya a seguir bajando. Me refiero a la corrupción. El segundo día de bloqueo, Lenur Islyamov realizó unas declaraciones interesantes:
“Habrá una marca especial para el cargamento que podrá pasar a Crimea. Quienes no tengan esa marca no podrán pasar. Habrá una lista de proveedores para Crimea”. Es interesante. Resulta que los “activistas” simplemente han tomado el control del proceso de concesión de permisos para poder trabajar en Crimea. Ya hemos visto cómo se ha establecido un sistema similar en otra zona. En Donbass. Exactamente lo mismo.
Para aclarar la situación, Crimea depende de Ucrania en lo que se refiere a otros productos, pero no en los productos alimenticios. Por ejemplo, los materiales de construcción procedentes de Rusia son más caros. Si estos fueran prohibidos, supondría un fuerte aumento de precios.
¿Qué pasa con la distribución de productos de electrónica que no pagan aranceles en Ucrania? Ya en tiempos de Yanukovich existía un flujo constante de contrabando de ese tipo de productos a Rusia. Las empresas de Crimea siguen tratando de reestablecer ese flujo hoy en día. Pero ahora todo debería ser más sencillo. Ambos lados de la frontera están controlados por antiguos camaradas del SBU. Entiendo que los líderes del “bloqueo” tomarán el control de este tipo de comercio y que también se encargarán de los permisos. Gratis, por supuesto. ¿Coincidencia? ¿Alguien sigue creyendo en las coincidencias?
En cuanto a los líderes, el ya mencionado Lenur Islyamov es el dueño de la compañía de transporte de carga SimSitiTrans, que adquirió en 2005 como ciudadano ruso, ciudadanía que aún mantiene. Islyamov es también dueño del Dzhast Bank, que cayó en la lista de sanciones de Poroshenko una vez que Islyamov trató de tomar el control del comercio a Crimea.
Ya está claro quién obtiene los permisos para cruzar la frontera de Ucrania a Crimea y por qué. ¿Y quién se llevará el beneficio del comercio de los permisos para cruzar la frontera? ¿Qué patriotismo? No es algo personal, solo son negocios.
El SBU aporta una cobertura al bloqueo, por lo que se puede decir sin temor a equivocarse que los oficiales corruptos del servicio de seguridad lo están utilizando para establecer su control sobre los nuevos mercados. Si las autoridades continúan ignorando este proceso, el crimen organizado bajo el liderazgo del SBU se hará con el control de las fronteras de Crimea y de Transnistria de la misma forma que hicieron con la de Donbass.
En general, cuanto más se alague este proceso, Ucrania se irá pareciendo cada vez más a la república cosaca de los siglos XVI y XVII, cuando diferentes grupos luchaban por hacerse con un trozo de pan. De hecho, era una zona en la que los intereses de la población que residía en el territorio raramente coincidía con la de piratas y bandidos. Nada parece haber cambiado desde entonces.
Esas bandas se unen dependiendo de la situación, pero en ocasiones también se enfrentan entre ellas. Protagonizan ataques conjuntos contra sus vecinos, reciben privilegios de la autoridad suprema situada en Varsovia o Washington. En pocas palabras, viven lo mejor que pueden.
En ocasiones parece que vivimos en un periodo similar de transición. Las imágenes más monstruosas aparentemente medievales son capturadas con los últimos iPhone 6 y distribuidas por internet a tiempo real. Y mientras tanto, los nuevos “cosacos” llegan a Perekop, ruedas en mano, para recaudar impuestos.
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