viernes, 4 de septiembre de 2015

La corrupción en la nueva Ucrania: “Dinero, puestos, proyectos”

Los resultados de la revolución de la dignidad son cada vez más decepcionantes para los residentes de la antigua república soviética, no solo en términos de la grave crisis económica. Las grandes declaraciones sobre la lucha contra la corrupción de las altas esferas del poder son, según los analistas políticos, poco más que “teatro barato”. En realidad, tal y como reflejan los hechos ocurridos en la Verkhovna Rada, los diputados son controlados con ayuda de sobornos.

El portavoz de la Verkhovna Rada Volodymyr Groysman dio luz verde a la petición del partido Samopomosch (Autoayuda) al Fiscal General sobre los intentos de soborno de sus diputados antes de la sesión prevista para el lunes y en la que debía producirse la votación decisiva sobre los cambios en la Constitución ucraniana (a petición del presidente Petro Poroshenko).

La página web de la Rada publicó: “la víspera de la crucial votación en la Verkhovna Rada de Ucrania sobre los cambios en la Constitución y la descentralización del poder, Andriy Sadoviy afirmó que se había intentado sobornar a su partido.

Samopomosch, partido del alcalde de Lviv Andriy Sadoviy, es el tercer partido con mayor representación de la coalición de gobierno, por lo que las voces de sus diputados pueden ser muy útiles. Sin embargo, tanto Samopomosch como Oleh Lyashko, del Partido Radical, también parte de la coalición gobernante, ya habían anunciado su negativa a votar a favor del borrador de nueva Constitución de Poroshenko. La ex primera ministra Yulia Timoshenko, líder del partido “Batkivschina” (Patria) también criticó duramente las enmiendas del presidente.

El sábado, Sadoviy anunció en su perfil de Facebook: “Los diputados han sufrido una fuerte presión…que también intentará dividir a Samopomosch. Se ha ofrecido dinero, puestos, proyectos, etc”. El alcalde de Lviv y líder del partido expresó su confianza en “en una postura basada en los principios, firme, de gran parte de compañeros”. “Y para los otros pocos, espero que en su infancia leyeran los libros apropiados”, añadió Sadoviy.

Si Samopomosch habla de sobornos, los diputados del Partido Radical afirman que puede ser el principio de la represión. Ihor Mosiychuk, diputado radical y antiguo comandante del batallón Aidar, admitió el sábado que la oficina del Fiscal General de Ucrania ha abierto un caso contra él y contra el líder del partido Oleh Lyashko por las sospechas de creación de grupos criminales, secuestro y torturas.

“El futuro de Ucrania está en juego”

Según la legislación ucraniana, para la aprobación de las enmiendas a la Constitución son necesarios 226 votos en la primera ronda y 300 para la aprobación definitiva. El Bloque de Petro Poroshenko recibió los votos de sus 143 diputados, pero si se añaden 81 votos, el total recibido (224 votos) no fue suficiente para aprobar las enmiendas de Poroshenko en la primera votación. La segunda votación ya está convocada para el principio de la sesión de otoño.

Groysman, presidente de la Rada, advirtió: “La comunidad europea y todo el mundo democrático está pendiente de nosotros. No tenemos derecho a rechazar la descentralización ni a hacer este teatro político. Están en juego las reformas y el futuro de Ucrania”.

El escándalo de intento de soborno de los diputados de Samopomosch no es el primer incidente de este tipo en los últimos tiempos. Recientemente, representantes de “mundo democrático” alertaron sobre las peculiaridades de los partidos políticos ucranianos.

“Compradores y líderes de partidos”

El medio alemán Der Spiegel publicó una declaración de Tomas Fiala, presidente de la Asociación Europea de Negocios en Ucrania y fundador del Banco de Capital Dragón. La publicación apunta que el empresario checo Fiala vive, desde los años 90 en Kiev y que durante Euromaidan tomó parte en las protestas. Ahora Fiala afirma que en las últimas elecciones al parlamento empresarios compraron sus puestos en las listas electorales de los partidos del primer ministro Arseniy Yatseniuk y del presidente Petro Poroshenko a precios que oscilaban entre los 3 y los 10 millones de dólares.

Según el banquero, Yatseniuk y Poroshenko actuaron de tal forma para financiar sus campañas. “Yatseniuk no tenía dinero propio y Poroshenko prefiere no tocar su capital”, afirma Fiala. A la pregunta sobre si dispone de pruebas para basar sus acusaciones, Fiala respondió: “Estos hechos son sobradamente conocidos en Ucrania y en privado ambas partes, compradores y líderes de los partidos, lo reconocen. Si la oficina del Fiscal General fuera realmente independiente, sería sencillo corroborar estas alegaciones”. Según su experiencia en la comunicación con las autoridades ucranianas, Fiala afirma: “En lugar de luchar contra la corrupción, acaban atraídos por ella”.

Los casos de corrupción han llegado hasta las más altas esferas. En junio, el primer ministro Yatseniuk acusó de corrupción y lazos con la oligarquía al ministro de Ecología Ihor Shevchenko. “Como ministro, comencé la lucha contra la corrupción y devolví al Estado 22 yacimientos de gas y petróleo que la familia de Yanukovich había robado al pueblo. Lo hice a pesar del Gobierno, que tiene lazos directos con todos los clanes ucranianos y protege sus intereses”, afirmó Shevchenko. Tras ese episodio, Yatseniuk inició el proceso de cese de Shevchenko, alegando que había “violado las normas del servicio público, concretamente con sus viajes al extranjero en horas de trabajo”.

“Forzando la caída”

Según el analista político y director del Centro de Investigación Política y Conflictos de Kiev, Mikhail Pogrebinsky, la reciente serie de escándalos de corrupción política “está asociado a la pérdida de popularidad de los grupos dirigentes y partidos políticos”.

“No están exentos de críticas. Si tras las elecciones presidenciales, el índice de aprobación de Poroshenko se encontraba en el 55%, ahora el número de quienes apoyan al presidente ha caído hasta el 25%”, afirma Pogrebinsky en declaraciones a Vzglyad. El índice de aprobación del Gobierno de Yatseniuk “está por debajo del 10%, un índice que se puede decir que ha caído en picado”.

“Así que desean forzar la caída”, afirma Pogrebinsky. “Al mismo tiempo, tratan de ganar puntos, ya que al no haber una oposición real, diferentes grupos aspiran a este puesto”. Dentro de la coalición gobernante, el papel de oposición corresponde a Yulia Timoshenko y su partido “Batkivschina”, mientras que Samopomosch y el Partido Radical de Oleh Lyashko organizan protestas y actúan, según Pogrebinsky, como la “oposición de la derecha”.

“Por otra parte ya es imposible esconder los diferentes tipos y casos de corrupción relacionados con el entorno de Poroshenko y Yatseniuk. Esta información ha aparecido ya en la prensa occidental, como el Spiegel, así que no se puede negar”, dice el experto.

“El fracaso de Poroshenko impediría un segundo mandato”

Der Spiegel no es el único medio que recientemente ha dedicado su atención a los problemas de corrupción de Ucrania. El 25 de agosto, la respetada publicación americana Foreign Policy publicaba un artículo de Taras Kuzio, experto del Instituto Canadiense de Estudios Ucranianos (Universidad de Alberta), titulado “Ucrania sigue estando gobernada por el dinero”. El autor escribe que sintió curiosidad por las declaraciones de Poroshenko en las que afirmaba que “en el último año, se ha condenado por corrupción a 2702 antiguos directores y funcionarios”. “Y aun así, cuando solicité a la administración presidencial la lista de esos prisioneros, se denegó la petición. Quería saber los cargos, pero se me dijo que esos nombres eran secretos. Ahí está la transparencia de Ucrania tras Euromaidan”, apunta Kuzio.

El experto se centra en una encuesta sobre el Día de la Independencia de Ucrania realizada recientemente por el International Republican Institute estadounidense. La encuesta muestra que el 40% de los ucranianos no ha notado ningún cambio, mientras que el 32% opina que los cambios se producen demasiado lentamente.

Las reformas en Ucrania “no están amenazadas por la pequeña corrupción, común en otros muchos países”. “No, están amenazadas por la corrupción de alto nivel, tan extendidas que, entre las 15 antiguas repúblicas soviéticas, solo 3 superan el nivel de Ucrania. Estos son los datos reflejados por la organización internacional que lucha contra la corrupción Transparency International”, afirma el autor del artículo publicado en Foreign Policy.

“Los críticos alegan que los escasos arrestos de oficiales de alto rango no son más que “teatro barato” y “represión inútil”, insiste en experto canadiense. La encuesta del International Republican Institute muestra que los ciudadanos han comenzado a sentir el desinterés de su presidente y su falta de voluntad política por enfrentarse a la corrupción. El fracaso de Poroshenko a la hora de resolver estos problemas puede costarle el segundo mandato”.

La misma encuesta muestra también que el 72% de los ucranianos siente que el país se encamina en una dirección errónea.

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