domingo, 5 de abril de 2015

Una infancia robada y sueños con la paz

Por Olga Luzanova.- Maxim, de siete años, es mi vecino. Tuvo que refugiarse junto con su familia en un sótano del pueblo de Vergulyovka, localidad cercana a Debaltsevo, donde vivían el verano pasado cuando el Ejército Ucraniano llegó y tomó el pueblo. Conozco a la madre de Maxim desde que era una niña. Su nombre también es Olga. Crecimos en el mismo barrio. Me contó que su casa en Vergulyovka se había quedado sin ventanas y el tejado había quedado dañado.

En estos momentos residen en casa de su бабушка, su abuela, en su ciudad natal, cerca de Perevalsk. Olga está embarazada, tendrá a su hijo en abril. Los visité en casa de su madre y les entregué también dos bolsas con ayuda humanitaria, incluida comida para bebés y pañales, todo ello obtenido con el dinero enviado por personas de diferentes países. No lo esperaba, así que se sorprendió.

Maxim me mostró sus juguetes favoritos. Entre ellos había dos tanques de plástico y también se jactaba de los restos de metralla y una caja de munición vacía que había encontrado. Dijo que le gustaría convertirse en un soldado en el futuro; los niños parecen creer que los bombardeos durarán para siempre. Pero cuando le pedí a Maxim que me hablara de la guerra, su humor cambió rápidamente. Uno de los recuerdos más potentes es el de las vallas agujereadas. A mi pregunta de con qué soñaba, respondió que “con la paz”.

En un artículo reciente mencioné a una familia de Chernukhino, RPL, que había sido alojada en casa de unos amigos en Perevalsk. Se vieron obligados a permanecer en el sótano durante más de tres semanas para protegerse de los bombardeos del Ejército Ucraniano. Con el tiempo, su casa quedó destruida. La madre, Lilia Lavrova, afirmó que su deseo es reconstruir su vivienda.

Los niños de Donbass son especiales: han experimentado bombardeos y fuego de artillería y han pasado semanas escondidos en los sótanos de sus casas. Son niños de la guerra a los que se ha privado de su infancia desde hace casi un año. Esta es la política real del Gobierno ucraniano hacia los residentes de esta región.

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