domingo, 15 de marzo de 2015

Consecuencias de la guerra: la destrucción de la industria

La destrucción de la industria de Donbass, que junto con las minas suponía antes de la guerra la base de la economía de la zona, es una de las consecuencias más claras de la guerra. La destrucción física de las fábricas o del suministro de gas y de electricidad necesario para su funcionamiento, unida al éxodo de refugiados, ha dejado al sector en una situación de parálisis que ha complicado aún más la ya difícil situación económica de la zona. La falta de recursos, el temor al reinicio de las hostilidades y la necesidad de reconstruir previamente las líneas eléctricas y de gas complican aún más la reactivación del sector industrial.

En Pervomaisk, una de las zonas más castigadas del frente, sometido a constantes bombardeos del Ejército Ucraniano durante meses, trabajadores y vecinos de la zona tratan de recuperar la fábrica de motores eléctricos Karl Marx para volver al trabajo lo antes posible. Así lo explica Gennady Grin, director de la empresa, que ahora lidera los esfuerzos para lograr que la fábrica vuelva a producir.



“Kiev no se llevará nada más de nosotros”


La fábrica de motores eléctricos parcialmente destruida “Karl Marx” será reparada de nuevo. Los residentes ayudan. Una entrevista con Gennady Grin.
La guerra civil ha llevado a menudo la vida económica en Ucrania a un punto muerto. ¿Cómo era la situación para su negocio antes del comienzo de las hostilidades?
Teníamos muchos contratos de suministro, principalmente con empresas de Rusia, pero también de otros países de la Comunidad de Estados Independientes (CEI). Cuando llegó la cuestión de si Ucrania se unía a la Unión Europea (UE), nuestra decisión fue naturalmente clara: esta posibilidad quedaba descartada para nosotros. Y lo que no es menos importante, ya habíamos observado cómo se estancaba la industria en los antiguos estados soviéticos que se han involucrado con la UE.
Cuando el edificio de nuestra fábrica fue bombardeado por primera vez el 22 de julio del año pasado, dejamos de producir. En agosto, fuimos golpeados por dos bombas y el 3 de septiembre por tres misiles “Uragan”. Todas las líneas de alta tensión fueron dañadas, al intentar repararlas, dos electricistas murieron.
Su fábrica es una empresa privada. ¿Es cierto que los vecinos del barrio ayudaron por propia iniciativa para reparar los daños?
Eso es correcto. No fue necesario buscar a personas que ayudaran. Inmediatamente después de los impactos fueron numerosos los residentes que nos ofrecieron su ayuda. Antes de la guerra, teníamos 1.500 empleados – es decir, alrededor de 4.500 personas dependían de nuestras actividades para sobrevivir. Las personas también comprenden lo que significa la fábrica. Antes de que terminara el año, se logró unir fuerzas para volver a cubrir los techos de dos edificios nuevos y eliminar los daños más importantes.
Otros ciudadanos nos ayudan a poner en marcha la producción: electricistas, montadores, mecánicos. Están todos los días en marcha. Todo va según lo previsto, todavía esperamos poder volver al trabajo esta primavera. Será más fácil para todos nosotros cuando haga más calor fuera. Debido a que las ventanas y los techos de la mayoría de las instalaciones de producción quedaron dañados, tuvimos que cerrar la calefacción, porque teníamos miedo de que se congelara.
A 15 o 17 kilómetros de Pervomaisk hay varios batallones del ejército ucraniano. Aún nos pueden alcanzar con su artillería. Estaríamos razonablemente seguros cuando se encuentren a 40 kilómetros. Entonces también quedaría demasiado lejos para misiles “Grad”.
¿Paga su empresa realmente impuestos a la autoproclamada República Popular de Lugansk?
Primero tenemos que volver al trabajo, entonces también podremos pagar impuestos. Hay acuerdo para ello. El gobierno de Ucrania en Kiev no se llevará nada más de nosotros, después de todo es su culpa que no podamos trabajar en este momento.
Incluso antes del comienzo de la Guerra Civil muchas fábricas en su región se encontraban en crisis…
Sí, por desgracia, le puedo dar algunos ejemplos. No muy lejos de aquí, en Lisichansk, había una fábrica de refrescos. Fue adquirida por un oligarca y luego vendida a precio de chatarra. Después de los acontecimientos de la plaza Maidan en Kiev, y a la vista de los esfuerzos por integrar a Ucrania en la UE, teníamos miedo de que nuestra fábrica pudiera enfrentarse a un destino similar. En Europa occidental ya se producen suficientes motores eléctricos, incluso con mejor calidad. Por desgracia nos falta el dinero para modernizar nuestra producción; no teníamos ninguna opción si nos enfrentábamos a esa competencia. En el mercado ruso, sin embargo, todavía hay una fuerte demanda.
¿Cree usted que su empresa fue bombardeada a propósito por el ejército ucraniano?
En mi opinión, las autoridades de Kiev tienen en gran medida asumido que el Donbass se ha perdido. Es por esa razón por la que quieren destruir nuestra industria tanto como sea posible. Incluso en el caso de que recuperaran nuestro territorio – ya no necesitan nuestras fábricas, porque dependerán de Europa occidental.

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