jueves, 22 de enero de 2015

Intensos bombardeos contra Gorlovka. Testimonio gráfico

“Gorlovka fue bombardeada desde las 7:00 hasta las 20:00. El ejército ucraniano no dudó en usar todo tipo de accesorios. No tenían un blanco: los proyectiles impactaron en parques infantiles, hospitales o colegios” —Alexander Kots, reportero de KP

Los reporteros de Komsomolskaya Pravda Alexander Kots y Dmitry Steshin visitaron Gorlovka al día siguiente del bombardeo aéreo, a causa del que perdieron la vida al menos 30 personas y muchas más resultaron heridas. A continuación, la transcripción de los testimonios de la población local entrevistada.

Entrevista al residente local Vasiliy Gilev en una zona residencial golpeada por los bombardeos

Vasiliy Gilev: Fue el viernes a las 19:55 (MSK, hora de Moscú). Un proyectil explotó aquí, delante del jardín. Ya se ha cubierto. Se rompieron todas las ventanas, la caldera quedó destrozada, y también las habitaciones. El un milagro que ni mujer y yo hayamos sobrevivido, porque por casualidad estábamos en el dormitorio. Como antiguo soldado, asumo que fue una mina.

Reportero: ¿Así que fue un bombardeo?

Vasiliy Gilev: Sí, un bombardeo. Había astillas por todas partes. Ayer estuvimos todo el día bajo el fuego de artillería, hasta la noche. No salí, pero podía oír que era un bombardeo de artillería muy fuerte.

Reportero: ¿Está más calmado hoy?

Vasiliy Gilev: Sí, hoy está tranquilo, De momento.

Entrevista a Eduard, residente en Gorlovka, en el hospital
Eduard: Estaba haciendo ejercicio, corriendo por mi barrio, y sobre las 20:30 me encontré bajo la artillería. Un proyectil explotó  a unos 4 metros y me tiró por la onda expansiva. Me examine y pensé que no estaba herido. Corrí a refugiarme en el arco de un edificio de nueve pisos y un par de minutos después detonó otro proyectil en el patio del edificio. La metralla me rompió la pierna por dos partes. Llamé a urgencias: vinieron los chicos, la milicia, con la ambulancia y me trajeron aquí.

Entrevista a Elena Sergeeva, médico local

Reportero: ¿Qué pasó y cuándo?

Elena: Fue ayer a las 18:00 (MSK), cerca de Universam. Iba andando con un chico cuando empezó el bombardeo. Los proyectiles explotaban muy cerca. Decidimos refugiarnos en el vestíbulo de un edificio. Entramos y estaba hablando con mi madre por teléfono cuando una astilla de un proyectil impactó en mi móvil y me voló el hueso de un dedo. Al chico le atravesó las dos piernas. De no ser por el móvil, la metralla me habría impactado en la cabeza. Estuvimos así en verano, el otoño fue más tranquilo… y ahora… Puede que ayer fuera incluso peor que en verano. Tantas víctimas. El bombardeo de artillería empezó a las 8 (MSK) y no paró hasta la noche. Hasta ahora la artillería no había bombardeado el centro, solo los suburbios. Vivo en el barrio de Bessarabka, en la parte alta de la ciudad. Ahí hay batalla a diario.

Reportero: ¿Ahora disparan contra el centro de la ciudad, cierto?

Elena: Sí, han empezado a disparar muy fuerte contra el centro de la ciudad. No había sido tan fuerte hasta ahora.

Entrevista a una mujer rusa que acudió a Gorlovka a visitar a su nieto, que estudia allí
Mujer: Hemos venido a verlo. ¡Estamos asustados! ¿Qué están haciendo, escoria? ¿Qué hacen? ¿Qué bombardean? Para todo eso, los medios ucranianos informan: “Los milicianos se disparan a sí mismos”. ¿Cómo se puede hacer algo así? ¿Cómo? Mi nieto estudia aquí, y…Bueno, disparen, ¡mátenle! ¡Soy rusa, estoy muy afectada! He venido aquí y tengo miedo. ¡Que lo cuelguen! ¡Maldito! Putin le envió una carta oficial el jueves:” ¡Alto el fuego! ¡Para!” Y así es como ha parado. ¡Han caído cinco bombas! ¿Es esto normal? ¡No sé qué decir! Que los maldigan a todos: ¡Yatseniuk, Tyagnybok, Kichko y Poroshenko! Y a todas sus familias: sus hijos, familiares y seres queridos. ¡Que se encierren en sótanos! Como él, el presidente, dijo: “Vuestros hijos se encerrarán en sótanos”. No, los tuyos se encerrarán.

Entrevista a Elena, residente local

Reportero: Así que iba andando por la calle…

Elena: (interrumpe) No, salí de casa cuando empezaron a ladrar, o como dicen, a bombardear. Corrí al sótano. Mi hijo y mi madre llegaron, yo no.

Reportero: ¿Tiene herido el pie?

Elena: Sí, está astilladlo. ¿Quiere que me quite el vendaje? Mejor que no lo haga. Mis dedos están colocados con alambres. El médico intenta curar el pie, pero todo el talón está astillado en trozos pequeños. No lo siento. ¿Dónde voy ahora? Aún tengo que criar a mi hijo. Al menos ahora el tratamiento en los hospitales es gratis.

Entrevista a Natalya, pensionista local

Natalya: Estaba tumbada en la cama. Con la primera explosión me empecé a vestir: me puso un pantalón por encima de las medias. Tenía ahí el bolso con toda mi documentación, siempre está listo, pero de cualquier manera no lo iba a coger. Solo me moví para coger el móvil, con esta mano, y luego al otro lado para coger otra cosa y entonces me di cuenta de que no podía mover el brazo: estaba roto, colgando y sangrando. Corrí a coger una toalla. Menos mal que estaba mi vecino, que también salía corriendo. Le pedí que se quitara el cinturón y que lo apretara en mi brazo. Le dije cómo, dónde apretar, y lo hizo bien. Me ayudó y también me trajo mi bolso. Corrí en zapatillas, sin nada. No tengo ropa, me trajeron una camiseta, toda mi ropa estaba cubierta de sangre. Ni siquiera tengo ropa que ponerme.

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