Editorial.- Los graves sucesos acaecidos en el norte de Irak y en el norte de Siria por parte de los grupos yihadistas, sucesores de Al Qaeda, y financiados al igual que éstos por los gobiernos de EEUU, Israel, Arabia Saudita, Turquía, Qatar y la mayor parte de los países que conforman la OTAN, airean de forma nítida la esencia del capitalismo y su monstruoso estadio del imperialismo.
Las últimas noticias sobre los crímenes yihadistas en el norte de Siria hablan del éxodo masivo de más de 130.000 kurdos sirios hacia Turquía. Rápidamente el Gobierno de Ankara se apresuraba a señalar que si continúa la entrada de refugiados tomarían fuertes medidas que tienen previstas, pocos minutos depués, empezó a cerrar varios puntos fronterizos con Siria.
Mientras tanto, 49 prisioneros turcos en manos del EI fueron liberados tras acuerdos realizados entre el gobierno turco y los gupos de mercenarios del EI. Hasta el momento, el gobierno de Erdogan no ha facilitado datos de las negociaciones políticas que dice haber realizado para la liberación de los rehenes que se encontraban secuestrados desde junio.
Por otra parte, el gobierno turco ha reprimido violentamente a kurdos residentes en Turquía que se ofrecieron para unirse al YPG, Unidades de Protección Popular en territorio sirio y combatir a las milicias mercenarias del EI. Los combatientes kurdos en Siria llevan días pidiendo ayuda internacional y el apoyo de los kurdos residentes en otros países.
Erdogan, fiel aliado del imperialismo norteamericano, reprime duramente a muchos kurdos ante el temor del fortalecimiento diario y el tremendo desarrollo del Partido de los Trabajadores del Kurdistan, que desde hace años combate a los sucesivos gobiernos títeres de Ankara.
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