Esta vez, los estudiantes no solo demandan una educación pública, gratuita y de calidad, sino también que sea tomado en cuenta su criterio, el de los padres, de los apoderados y de los profesores.
Esa movilización pacífica, como las anteriores, terminó con la incursión de fuerzas especiales de la Policía de Carabineros que se enfrentaron a un centenar de estudiantes encapuchados.
Con carros lanzaguas y gases lacrimógenos, los uniformados atacaron a los participantes de la protesta, que respondían lanzando piedras, pedazos de metal y otros objetos contundentes, además, levantaron barricadas con fogatas y provocaron algunos desmanes.
Las marchas, convocadas por la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech), tienen como fin enviar un mensaje a los candidatos presidenciales sobre la necesidad de reformar el sistema de enseñanza, heredado de la época de la dictadura de Pinochet.
En este contexto, el vocero de la Confech, Andrés Fielbaum, dijo que “si cualquier candidato piensa que por sí solo puede convertirse en el salvador de los problemas educacionales está muy equivocado”.
“Si la reforma educativa que se viene no se ejecuta con la participación del movimiento, las movilizaciones tendrán que ir en ascenso”, advirtió.
Chile vive protestas estudiantiles desde mayo de 2011 en demanda de una reforma del actual sistema educativo, caracterizado por una amplia participación del sector privado frente al Estado que solo aporta el 25 por ciento del financiamiento.
ha/nl/hnb
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Añade tu opinión sobre este artículo