Unos 300 campesinos de la comunidad de Palmarito, en la norteña ciudad colombiana de Cúcuta, que abandonaron sus casas huyendo de los narcoparamilitares, reclamaron al Gobierno atención humanitaria y protección.
El asesinato en los últimos días de alrededor de 10 personas provocó el éxodo masivo de los habitantes de esa zona rural hacia la capital del Norte de Santander, que no regresarán hacia sus viviendas por la desprotección del Estado, aseguran.En declaraciones difundidas por la emisora Caracol Radio, uno de los labriegos subrayó que tuvieron que salir corriendo porque se han instalado retenes ilegales. Se llevan a las personas para el monte y después las encontramos muertas, dijo.
Las familias desplazadas se encuentran recluidas en tres albergues en Cúcuta, mientras la Alcaldía anunció que mañana sesionará en esa zona rural con las autoridades para buscar soluciones a esta problemática.
El corregimiento de Palmarito es controlado por las bandas criminales Los Rastrojos y Urabeños, que extorsionan de manera sistemática a la población local. El control paramilitar en esa zona data de hace casi 10 años.
En declaraciones recientes difundidas por la Agencia de Prensa Rural, los pobladores señalaron que estos grupos asesinan a gente inocente.
“Estamos abandonados por el Estado, las autoridades llegan y nos acompañan cuando se presentan ciertos casos, pero luego se van y quedamos otra vez solos”, manifestaron.
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