lunes, 24 de junio de 2013

Lo que el jefe de la embajada de EE.UU. desconoce (u oculta)

A propósito de los agentes de la CIA en Bolivia

Por Jaime Salvatierra

Al Encargado de Negocios de la embajada de Estados Unidos, le ha tocado jugar un papel lamentable y triste: desmentir lo imposible. El domingo 2 de junio, en una entrevista con el periódico Cambio, Larry L. Memmott, ha calificado de “fábulas” los dos reportajes que este autor publicó a través del semanario La Epoca para dar cuenta de una operación encubierta de los servicios secretos de los Estados Unidos para involucrar al viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, en actividades de narcotráfico, y afectar la imagen del presidente Evo Morales.


Los dos artículos publicados por La Epoca a los que el Jefe de la embajada de EEUU hace referencia son “La CIA conspira contra Evo”, del 19 de mayo, y “Los dos agentes DEA que regresaron a Bolivia”, publicado el domingo 26 de mayo.

Es verdad, como dice el alto funcionario estadounidense, que el autor de ambas notas no es un experto en temas de inteligencia, como aparentemente si lo es Memmott, quien conoce muy bien los nombres y las funciones de todas las agencias de inteligencia de su país. Pero este periodista especializado en investigación sí sabe que al Encargado de Negocios de la embajada EE.UU. en La Paz le ha tocado lidiar con esas agencias de inteligencia en Bolivia y en su misión anterior en la república de Kirguisa, desde donde los servicios secretos mantienen una actividad intensa de subversión contra países vecinos.

Es verdad que Memmott estuvo muy molesto los días en que La Epoca publicó los dos artículos que denunciaban el operativo encubierto. Pero lo hizo no solo por la publicación sino porque comprobó que la DEA y la CIA tenían varias operaciones a sus espaldas. Washington lo escuchó pero no le ofreció disculpas, y solo le dijeron que no le correspondía, por su rango, tener acceso a tales informaciones.

No se puede dejar de reconocer el altruismo y la disciplina de Memmott, quien está defendiendo lo que no supo y lo que no comparte, según se ha podido saber en los últimos días.

Tampoco se puede esperar que la embajada de los Estados Unidos y su gobierno acepten su responsabilidad en el tema denunciado a través de las páginas de La Epoca. Sería iluso pensar, pues se trata de una actividad ilegal que de reconocerla pondría al gobierno norteamericano en grandes figurillas. No hay que ser un especialista para constatar que el operativo encubierto denunciado será negado por las autoridades de ese país en todo momento, sobre todo luego que la DEA está prohibida de tener presencia en Bolivia después que fuera expulsada en 2008 por el presidente Evo Morales, quien comprobó que la agencia antidrogas fue empleada como fachada para hacer acciones de inteligencia contra el gobierno y el proceso boliviano, lo que más que justificó la posterior expulsión del entonces embajador Philip Golberg ese mismo año.

Pero además queda claro que los Estados Unidos nunca ha reconocido las operaciones encubiertas que han sido desarrolladas por agencias como la CIA, y mucho menos que la DEA y la NAS han sido empleadas como cobertura de dichas acciones y sus agentes. Eso EE.UU. no lo hizo antes y no lo reconocerá en ninguno de los casos.

Es una satisfacción leer en palabras del Encargado de Negocios, que Estados Unidos cambió su política hacia Bolivia. “Ni el Gobierno de EEUU ni la embajada de EEUU ni ninguna de sus reparticiones ha tenido ni tiene ni tendrá intención alguna para conspirar en contra del gobierno democráticamente electo del presidente Evo Morales”, sostiene textualmente Memmott al periódico Cambio.

Eso, si fuese verdad, sería altamente relevante pues significaría un cambio importante en la política exterior de EEUU hacia Bolivia. Las acciones de Philip Golberg, para solo citar al último embajador de ese país en Bolivia, no se sujetaron a ese principio aparentemente anti-injerencista y tampoco lo hicieron sus agencias de inteligencia.



A manera de refrescar la memoria

No es necesario ser un agente CIA para saber lo que está pasando o lo que se pretende hacer a través de estas acciones ilegales a partir de 2008 a la fecha. Pero, por si Mr Memmott no se acuerda, hagamos una breve referencia a los hechos conspirativos que nacieron en la sede diplomática de los EEUU en los últimos seis años:

1. El presidente Evo Morales denunció en febrero de 2009 la presencia de un activo agente de la CIA, Rodrigo Carrasco, en la estatal Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y su participación en la actividad ilegal que arrastró a Santos Ramírez.

2. La participación de la CIA en la planificación y conducción del movimiento separatista impulsada por dirigentes de la llamada “Media Luna”, cuyas acciones más fuertes se llevaron a cabo en 2008 y el primer semestre de 2009. El gobierno boliviano puso al descubierto la participación activa del embajador Golberg en esos planes.

3. En febrero de 2008, la “Unidad de investigación Rose” de ABC News puso al descubierto la actividad ilegal de funcionarios de la embajada de EEUU en Bolivia, quienes solicitaron a becarios Fullbrigth y voluntarios de Cuerpos de Paz a recopilar y sistematizar temas de interés de la CIA dentro de los programas del gobierno boliviano.

El escándalo se desató a partir de la denuncia del joven estudiante del programa Fullbrigth, John van Schaick, quien denunció que el entonces funcionario de seguridad (R.S.O.) de la embajada de Estados Unidos, Vincent Cooper, le pidió su cooperación para la búsqueda de información.

4. La detención de la ciudadana Donna Thi, en el aeropuerto de El Alto, cuando intentaba pasar 500 proyectiles calibre 45 (calibre de guerra) y que fue liberada por un juez poco tiempo después de forma nada clara.

5. La detención el 18 de marzo de 2012 de un auto de la embajada de EEUU, con placa de misión internacional 27 MI 30, asignado a la NAS, cuando transportaba armas, municiones y equipo de comunicación desde el departamento del Beni rumbo ciudad de Santa Cruz. Este operativo contó con la participación del Jefe de policía del grupo de seguridad policial que brinda protección a la embajada norteamericana, el capitán Roger Iván Costas Heredia.

El oficial Costas Heredia actuaba a espaldas de la comandancia de la Policía a la que, según Memmott, se subordinan los policías bolivianos. El jefe policial fue sustituido por indisciplina y por acatar las ordenes de los funcionarios de la embajada de EEUU. Lo mismo ocurrió con su antecesor, el mayor Milko Antonio Sokol Saravia.

Cabe señalar que entre los expedientes que investiga el Ministerio de Transparencia y Lucha contra la Corrupción sobre policías denunciados por presunto espionaje y revelación de secretos, figuran Milko Sokol Saravia, Daniel Sprella, Horacio Ballón, Alfredo Arzabe, Melvin Mendoza y Huascad Coca, quienes habrían proporcionado información reservada al señor Luis Alfonso Palma, funcionario de la embajada norteamericana.

6. La destitución del jefe del grupo de seguridad de la Policía Nacional encargado de la protección de la embajada de EEUU, capitán Luis Gutiérrez, y de otros dos policías por permitir que se empleara a policías bolivianos en tarea de inteligencia por orientación y mando del R.S.O. de la embajada de Estados Unidos, en la que están implicados directamente el Tcnl. Roberto Vargas (quien está al frente de tareas anti-terroristas y responsable de inteligencia exterior, además de estar a cargo de los policías empleados como Security Detection) y Luis Alfonso Palma (coordinador del grupo de seguridad interna, más conocido como “los azules”).

Palma no es muy discreto precisamente. Es conocido por constantemente alardear en su entorno y con otros amigos cercanos de su “alto cargo en la Embajada” y por moverse en distintos autos con placas de misión internacional, también empleados por los Security Detection (estos tienen las placas 25 MI 51, 27 MI 40 y 27 MI 38). El boliviano-americano, ex Marine, también presume de tener la máxima autoridad sobre la Policía Boliviana desplegada para la seguridad de la embajada norteamericana. Entonces, ¿por que Memmott no explica las funciones específicas de Vargas y Palma en el R.S.O.?

7. El empleo de policías bolivianos del grupo de seguridad asignado a la embajada norteamericana por el Batallón de Seguridad Física Estatal, en tareas de inteligencia, bajo las órdenes directas de Roberto Vargas y en cumplimiento de las instrucciones que emiten Thomas Scalon, jefe R.S.O., Alejandro Lee Johnson y Luis Alfonso Palma Meneses.

Existen sobrados ejemplos de policías bolivianos asignados a la embajada de EEUU que son reclutados por los jefes de la oficina de seguridad de ese país para que abandonen su carrera policial y pasen a la nómina del grupo de seguridad interna que dirige Luis Alfonso Palma desde mayo de 2011. Entre estos policías que pasan a realizar tareas de inteligencia para la embajada norteamericana se encuentran Horacio David Ballón Macías, la Tte Karen Yvis Vargas Sosa, el Sgto 2do Alexander Callisaya, el Sgto Daniel Huasco Aruquipa, entre otros.

8. El empleo de policías del grupo de seguridad de la embajada de EEUU en tareas de inteligencia en el sector perimetral externo, donde los policías bolivianos son obligados a disfrazarse de lustrabotas, heladeros y dulceros para buscar información.

Entres estos figuran René Luis Yujra Chuquimia y Frede Huanca Quisbert, los cuales ocupaban los “puestos fijos” de lustradores de calzados, uno en la calle 6 de agosto y el otro en la avenida Arce.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Añade tu opinión sobre este artículo