El diario español El País publicó hoy un editorial titulado “Los refugiados de América” en el que manipula de manera tendenciosa y absurda la situación de los cubanos retenidos en Centroamérica –particularmente en Costa Rica y Panamá–, pretendiendo ser juez y cuestionador de las políticas migratorias de naciones soberanas, a la par que escamotear las verdaderas razones que hacen a los mismos emigrar a los EEUU. En este panfleto se inculpa a Cuba y a Nicaragua, se regocija a otros estados y nada se dice del verdadero culpable: el mantenimiento de la Ley de Ajuste
Cubano por parte de EEUU.
Dos tesis principales esgrime el diario, acostumbrado a exponer sus posturas anticubanas.
La primera de ellas es endilgar a este asunto la denominación de crisis humanitaria. No basta solo con que se felicite la solución para lograr que estos migrantes lleguen a EEUU luego del acuerdo alcanzado dentro del SICA. Al respecto dice textualmente: “En primer lugar, lo más importante de todo el problema es la crisis humanitaria, y en este aspecto resulta muy positiva la iniciativa —negociada por México, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Panamá y Belice— que permitirá a los refugiados cubanos quedar liberados del bloqueo que sufren en la frontera con Nicaragua.”
Esto le sirve para lanzar un abierto ataque mediático contra Nicaragua e inculparla en parte de esta crisis por su decisión soberana de cerrar sus fronteras a los migrantes. Al respecto dice: “El papel de Managua en esta crisis, con la negativa a permitir que atraviesen su frontera estas personas y con la expulsión de otros 1.100 cubanos resulta, cuanto menos, inaceptable. Si se trata de refugiados políticos, Nicaragua está obligada a admitirlos en virtud de los tratados internacionales firmados.”
Se equivoca El País al endilgar a estas personas la condición de refugiados políticos, cuando es harto sabido que sus motivaciones son económicas, Tampoco tiene la autoridad para juzgar a Nicaragua –que bien cierto es que tiene millares de inmigrantes en EEUU– por no aceptarlos bajo el supuesto de ser migrantes económicos, cuando en EEUU son perseguidos, discriminados y deportados masivamente hacia su país, ya que no gozan del controvertido privilegio de ser cubanos, ni que los ampare una legislación fabricada por EEUU para mantener la guerra mediática contra Cuba.
La segunda tesis se centra en cuestionar los asuntos internos de Cuba como causa de esta migración. Si bien es cierto que todos ellos emigran ante “el temor de que con la normalización de relaciones entre Washington y La Habana dejen de ser considerados refugiados políticos”, cuestión a la que se han dedicado a difundir los propios medios anticubanos como Martínoticias para alentar este tipo de migración insegura, peligrosa y desordenada –contraria a los acuerdos migratorios entre Cuba y EEUU–; así como la diatriba descarada sobre temas como derechos humanos y una apertura que nada tiene que ver con las pretensiones de nuestros enemigos, se arroga El País –prepotente y provocador– el derecho de sentenciar: “Castro debe entender que no puede exigir a cambio de nada y que debe dar pasos concretos.”
Nada dijo este periodicucho manipulador sobre lo obsoleto, discriminador y ya fuera de contexto de la Ley de Ajuste Cubano y su empleo descarado para presionar a Cuba para que realice cambios a los que soberanamente considera inaceptables. Tampoco hizo alusión a los programas establecidos para robar a nuestros profesionales de la salud y afectar tanto a nuestro pueblo como a aquellas naciones en los que se presta colaboración solidaria. Nuevamente El País se alinea contra Cuba, para complacencia de quienes descargan contra ella la más repudiable guerra ideológica.
Percy Francisco Alvarado Godoy.
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