El peso se ha debilitado 37 por ciento en el último año, la mayor cantidad en el mundo después de las monedas de Ucrania y Rusia, en momentos en que el derrumbe del petróleo afecta la economía.
Los banqueros centrales de Colombia están divididos respecto de si subir las tasas de interés para combatir una aceleración de la inflación o mantenerlas sin cambios para evitar un mayor impacto en la economía, que se encamina a tener el menor crecimiento en seis años.
Para los operadores, el país no tendrá más alternativa que elevar las tasas conforme el
nivel más bajo del peso de que se tenga registro eleva el costo de vida. Los rendimientos de las permutas a tres meses han trepado a 4,65 por ciento desde la reunión del banco central del 31 de julio, lo que indica que ahora estiman que habrá un incremento de los costos crediticios antes de noviembre.
“Va a ser una decisión muy difícil para el banco central”, dijo desde Nueva York Mike Moran, un estratega de Standard Chartered Plc. “Está en una encrucijada en que debe reconocer la declinación de la economía”.
El banco central se negó a hacer declaraciones sobre las perspectivas de las tasas.
Las autoridades mantendrán la tasa clave sin cambios en 4,5 por ciento por 12º mes consecutivo en su reunión del viernes, según la mediana de las estimaciones de una encuesta de Bloomberg.
Algunos banqueros centrales votaron a favor de un aumento de tasas en la reunión del 31 de julio, la primera decisión dividida de la junta de siete miembros este año. El banco no revela el voto de cada miembro de la junta.
Se estima que Colombia, que obtiene la mitad de sus ingresos por exportaciones del petróleo, dará a conocer su mayor déficit de cuenta corriente desde por lo menos 1980, de 5,8 por ciento. En un informe de la semana pasada, Morgan Stanley dijo que la moneda colombiana es una de las diez más vulnerables desde que China devaluó el yuan.
El Espectador
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