3 de junio de 2015.- Este miércoles se cumplen 43 años de la masacre ocurrida en la ciudad de La Victoria, estado Aragua, el 3 de junio de 1972, cuando resultaron asesinados cruelmente cuatro venezolanos de Punto Cero, una de las agrupaciones de la década de los 70 que mantenían una lucha en Venezuela para el cese de la represión que reinaba en la IV República.
El terrorista Luis Posada Carriles, quien comandaba en aquel entonces la antigua Dirección General Sectorial de los Servicios de Inteligencia y Prevención (Disip), dio la orden para el fusilamiento de Francisco Edmundo Hernández Cruz, Luis Eduardo Cols González, José Elio Sánchez Romero y Francisco Acosta García.
A pesar de que las víctimas se encontraban rendidas en el interior de una vivienda, un comando que incluía helicópteros y un gran número de funcionarios ejecuta a los miembros del grupo y a un español que les acompañaba.
Los hechos ocurren delante de un grupo de niños y mujeres, entre los que estaban los hijos de Edmundo, de cinco y seis años. La comunidad de la zona evita que los demás sean ajusticiados; sin embargo, son llevados a los sótanos de la Disip en la ciudad de Maracay, donde son torturados física y psicológicamente.
Brenda, una de las mujeres que se encontraba en el lugar y tenía ocho meses de embarazo, recibió una patada en el vientre por parte de uno de los efectivos, que seguía las instrucciones de Posada Carriles. Este ordenó que la golpearan para "acabar con la semilla antes de que nazca".
Luego, José Vicente Rangel, experimentado periodista y político, para entonces diputado en el Congreso, logró el traslado de esta venezolana, esposada, hasta la maternidad Concepción Palacios en Caracas, donde le practican una intervención quirúrgica que le salvó la vida.
Un día antes de la masacre, fueron asesinados José Rafael Botini Marín y Ramón Antonio Álvarez, comandantes de Punto Cero, en un supuesto enfrentamiento donde reciben más de 30 disparos de la Disip.
En esta acción, ocurrida bajo el Gobierno de Rafael Caldera, Posada Carriles ordenó la aplicación de narcóticos a Bottini y a Álvarez, para luego trasladarlos hasta el sitio donde caen muertos y presentarlos ante la prensa como jefes guerrilleros derribados en un enfrentamiento.
Posada Carriles es responsable también de la voladura de un avión de Cubana de Aviación el 6 de octubre de 1976, donde murieron 73 personas, incluidos 24 integrantes del equipo juvenil de esgrima de la isla.
Fue empleado de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) desde 1960 hasta junio de 1976, lapso en el que acumuló un prontuario de actos terroristas en toda América Latina.
Venezuela solicitó oficialmente en 2005 al Gobierno de Estados Unidos su extradición, pero Washington continúa protegiendo al terrorista.
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