jueves, 2 de enero de 2014

Japón: comer a cambio de limpiar una central nuclear

El concepto de libertad es superfluo en boca de la burguesía y de sus títeres políticos de los parlamentos del mundo capitalista. Pero queda claro en qué consiste la libertad en relación a la propiedad. ¿Es libre de elegir aquel que no es dueño más que de sus brazos? ¿Elegiría el propietario de una empresa desempeñar las tareas más peligrosas o dañinas para la salud?


"Somos un objetivo fácil para los empleadores. Sólo tienen que decirnos ¿buscáis trabajo?¿tenéis hambre?", cuenta Shizuya Nishiyama, un sin-techo de 57 años de Sendai
En Japón las tareas de limpieza de los alrededores de la central de Fukushima han sido encargadas a 733 empresas por el Ministerio de Medio Ambiente con un presupuesto de 35 mil millones de dólares. Ningún patrón de esas empresas arriesga su vida, ya que para eso, están los desahuciados que pueden encontrar fácilmente en lugares públicos, como la estación de tren de Sendai, a unos 60 kilómetros de Fukushima.
El negocio es suculento, pues el Estado japonés da una prima de 100$ dólares por día y por trabajador en función del riesgo.
De esa cantidad y una vez deducidos los gastos de comida y alojamiento (en realidad cuchitriles donde duermen hacinados) los sin-techo llegan a recibir, por esas tareas que otros no quieren hacer, unos 6$ la hora por debajo del mínimo legal de 6.5$. En algunos casos, según la policía, acaban incluso endeudados.
En la cadena de sub-contratas parasitarias que se lucran de este siniestro negocio, hay también mafias locales. Las principales empresas de construcción que sub-contratan esos intermediarios afirman que es imposible controlar lo que pasa en el terreno, por la cantidad de niveles de contratos que hay para ejecutar las tareas que delegan los grandes contratistas.
La pregunta que nos hacemos inmediatamente es: si hemos de controlar que unos parásitos nos roben en mayor o menor cantidad el dinero que produce el trabajo de esos y otros obreros... ¿por qué no prescindir de ellos simplemente? La respuesta es, que bajo el capitalismo, el propio Estado es un instrumento para favorecer los negocios de la empresa privada, grande o pequeña, pues en este caso también el reguero de millones se pierde en una cadena de empresas de todos los tamaños, a cada cual más mafiosa.
Sigamos un ejemplo de esta cadena.
Shinei Clean es una empresa de unos 15 trabajadores. El gerente asegura que todo el mundo está envuelto en el envío de trabajadores (a la central nuclear). Imagino que lo que pasó es que a nosotros nos pillaron esta vez. Esta empresa trabaja para Fujisai Couken (30 empleados) que a su vez recibe las comandas y la presión de un mayor cliente, Raito Kogyo. El director general de Fujisai Couken confiesa que “si no trabajas con mafias no vas a conseguir suficientes trabajadores […] la industria de la construcción funciona en un 90% con mafias
El estado japonés sirve a los intereses de los "emprendedores" que se lucran con la limpieza de Fukushima
Por su lado, Raito Kogyo, una sub-contrata de descontaminación de mayor nivel con 300 trabajadores y filiales en Estados Unidos, trabaja para Obayashi que es la segunda compañía de construcción del país. Obayashi es uno de los 20 grandes contratistas del gobierno que se “encargan” de la limpieza de Fukushima.
Otras empresas participando en la cadena parasitaria como Shuto Kogyo han sido denunciadas por impagos a los sin-techos que contrataban. Después de descontar de la nómina de un mes el equivalente a 1500 dólares en concepto de comida, alojamiento y lavandería, el trabajador sólo recibía 10$.
No hay capitalismo bueno ni salvaje, solo hay distintos grados del robo de plusvalía y una clase parasitaria que hace ganancia con la desesperación del que no tiene nada.

Comisión de Relaciones Internacionales del PCOE

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Añade tu opinión sobre este artículo