“La aprobación de nuevas sanciones en la Cámara de Representantes confirma que ellos (los iraníes) tienen razón para no confiar en Estado Unidos”, ha asegurado el también especialista en asuntos de Oriente Medio e Irán.
De igual modo, el diario estadounidense ‘The New York Times’, en un artículo, ha advertido de que la medida ha levantado la alarma entre algunos legisladores, según los cuales, los nuevos embargos “serían visto en Irán como una señal abiertamente hostil en un momento delicado”, es decir a las vísperas de la investidura de Hasan Rohani como el nuevo presidente persa.
A la hora de la votación en la Cámara de Representantes, varios legisladores estadounidenses manifestaron su oposición con la iniciativa al estimar que se debe dar tiempo y espacio al nuevo Gobierno iraní y las nuevas conversaciones para resolver las cuestiones relativas al programa de energía nuclear de Teherán.
Con nuevas sanciones, Washington pretende obligar a los compradores del petróleo iraní a disminuir un millón de barriles al día sus importaciones desde Irán durante un año.
EE.UU. y algunos de sus aliados alegan que Teherán podría perseguir fines bélicos en su programa nuclear y por lo tanto impusieron duras sanciones desde principios de 2012 contra la industria de petróleo de Irán y su sector financiero para presionar a Irán que abandone su programa nuclear pacífico.
No obstante, Irán ha rechazado en reiteradas ocasiones tales acusaciones, argumentando que como signatario del Tratado de No Proliferación (TNP) y miembro de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) tiene el legítimo derecho de desarrollar energía nuclear pacífica.
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