Lavrov, en una rueda de prensa conjunta con su homóloga italiana, Emma Bonino, celebrada este sábado en la capitalina ciudad de Moscú, ha expresado la preocupación del Kremlin sobre la repetición en Siria de un ataque similar al que ocurrió en Irak, cuando Estados Unidos invadió el territorio iraquí so pretexto de que el ejecutado dictador Saddam Husein poseía armas químicas, algo que nunca se llegó a demostrar.
Tras enfatizar la falta de reacción de los países occidentales ante el uso de gas sarín por el grupo terrorista Frente Al-Nusra, el canciller ruso ha precisado que, desgraciadamente, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha perdido la oportunidad de enviar a sus expertos para investigar los ataques químicos registrados en Siria.
“Es muy importante que nuestra orientación no sea de tal forma que incite a las partes sirias a renunciar a participar en los diálogos”, ha agregado.
Respecto al despliegue de misiles Patriot en la frontera jordana cerca de Siria, Lavrov ha considerado que este movimiento viola claramente los convenios internacionales.
Además, ha destacado que los informes de EE.UU. para acusar al Gobierno de Damasco de haber usado armas químicas no son compatibles con los estándares de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPCW, por sus siglas en ingles) y ha agregado que solo serán fiables si los datos son recopilados y aprobados por los propios expertos de la OPWC.
Anteriormente, la Casa Blanca había anunciado que EE.UU. establecerá ayuda militar directa para abastecer a los grupos terroristas que operan contra el pueblo y Gobierno sirios.
El jueves, Ben Rhodes, asesor adjunto para Seguridad Nacional de Obama, alegó nuevamente que Siria ha usado armas químicas, incluido el agente nervioso sarín, en la lucha contra los grupos terroristas y advirtió de que Damasco había cruzado la “línea roja” de Washington.
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