domingo, 14 de abril de 2013

14 de abril: banderas republicanas como instrumento del reformismo para diferenciarse del PSOE

Editorial 
Si existe algo incuestionable ante los ojos de nuestro pueblo, es la claridad con la que el sistema capitalista nos muestra sus entrañas en la época de profunda crisis política, social, económica y moral. 
El capitalismo, salvaje en cualquier periodo de su existencia, expone en esta etapa ante los ojos de millones de personas un mayor grado, si cabe, de inmoralidad, agresividad, corrupción, explotación, vileza e insensibilidad. Utiliza su maquinaria estatal, que permite llevar a la desesperación a millones de familias de trabajadores y de la pequeña burguesía imponiendo la ley de los grandes monopolios y aplicándola con el uso de la fuerza.
Millones de trabajadores engrosaron en los cinco últimos años las listas de desempleados; cientos de miles de familias fueron saqueadas por los bancos y arrojadas a las calles incluyendo a niños y ancianos; cerca de cincuenta mil familias trabajadoras fueron estafadas por entidades bancarias perdiendo los ahorros de sus trabajos; cientos de miles de personas mayores en condiciones precarias quedaron sin la protección del Estado en los años finales de sus vidas.
Mientras tanto, miles de empresas salieron del país utilizando el soporte del Estado; la banca recibió financiación de fondos europeos y con cargos a las arcas estatales; las instituciones políticas chorreando corrupción desde las más altas cúspides a los eslabones más bajos, robaron y saquearon las arcas del estado con la mayor impunidad.
Una situación que no pasa desapercibida por la gran masa trabajadora, que si bien es consciente de ello, no dispone del instrumento político ni la dirección organizada con la capacidad para hacer frente, hoy en día, a su enemigo natural.
Parte importante en la desorientación y un instrumento para frenar a los trabajadores fueron durante muchos años partidos como el PSOE o el PCE y su coalición Izquierda Unida, así como los sindicatos amarillos tales como UGT, CCOO, CSIF y otros. Utilizando símbolos obreros y populares tuvieron durante algunos años la confianza de importantes sectores populares que a base de traiciones continuadas fueron alejándose de su entorno, llevando a amplios sectores de la población a la desesperación y desorientación.
Todos ellos, pidieron el apoyo en su día a la Constitución Española de 1978 y se mantienen fieles a sus postulados, a pesar de estar concebida para perpetuar el sistema capitalista, para perpetuar la explotación amparada en sus artículos 33 y 38; una constitución que consagra la figura de la monarquía como modelo de Estado, e  incluso, otorga potestad al Ejército para salvaguardar cada uno de los 169 artículos.
Hoy nos resulta increíble las convocatorias conmemorativas del 14 de abril, aniversario de la proclamación de la II República Española del año 1936, por parte de Izquierda Unida y el PCE. No por la escasa afluencia de personas, lo cual es más que comprensible, sino por el cinismo con el que se utiliza los símbolos de la república, el carácter oportunista de su utilización en sus  ansias parlamentaristas. 
Pravda Internacional tuvo la oportunidad de asistir a un acto convocado esta mañana en un pueblo de unos once mil habitantes, con la alcaldía en manos de IU, y convocado por IU para conmemorar este aniversario. Al acto asistieron once personas, siendo la mayoría de ellas delegados municipales de la propia IU. Muestra palpable de la escasa capacidad movilizadora de esta organización incluso en las poblaciones gobernadas por ella misma. El objetivo del acto era, según sus convocantes, crear un "ateneo republicano" con el objetivo de "hacer cosas". Sin programa revolucionario porque tal como dijo uno de su cargo municipales "no debemos asustar" a los ciudadanos, y más tarde refrendaba otro de sus integrantes. Movimiento sin programa de transformaciones y utilizando el eslogan de "Por el Cambio". El mismo que utilizaron en las campañas electorales el PSOE y el PP.
El objetivo de esta izquierda adocenada, claudicante, oportunista y traidora no es otro que el de perpetuar el sistema actual, mantener ciertos privilegios en los marcos institucionales burgueses y condenar a los trabajadores a una esclavitud eterna. 
Estos oportunistas que comparten administraciones con el PSOE (Andalucía) o incluso el PP (Extremadura); que firman compromisos a espaldas de nuestro pueblo;  que al igual que firmaron la Constitución Española, defendieron el ingreso de nuestro país en la Comunidad Económica Europea, toman ahora los  símbolos republicanos como una pincelada para diferenciarse del PSOE, castrando cualquier contenido transformador y formando parte de las mismas estructuras estatales como mero adorno para intentar dar carácter legítimo a un sistema rebosante de crueldad.






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