lunes, 18 de febrero de 2013

Norte de África: Vueltas y más vueltas


La noria, el artilugio de habitual uso para sacar agua de pozo en las regiones desérticas, pudiera ser la metáfora de algunas de las naciones norafricanas actuales, incluso en su desempeño político. Repasemos los acontecimientos. Ante el asombro de inesperadas manifestaciones, dos años atrás, muchos en el planeta aseguraban tajantemente que se trataba de una revolución o de una Primavera Árabe. Suponían que el empuje de las masas al derrocar determinados regímenes propiciaría las anheladas reivindicaciones sociales, religiosas y económicas.

Las fuerzas islamistas lograron formar Gobierno, aunque carecen de poder absoluto, algo en lo que se empeñan, en Egipto y Túnez, que hasta 2011 se vanagloriaban de su laicismo y multiculturalidad. A la sombra de las decisiones se mueven el Ejército y la Policía, aún comprometidos con las altas esferas de antaño. Sujetos asimismo a los intereses del gran capital.
En el caso de Túnez, la corriente popular se ha movido subrepticiamente a partir de las diferencias confesionales. El 8 de febrero último, luego del asesinato de Chukri Bel Aid, líder opositor laico, el agua desbordó la noria: los pobladores de la capital abarrotaron las calles con exigencias de dimisión del actual Ejecutivo. La muerte del abogado y también dirigente del Partido de los Patriotas Demócratas Unificados, cuya tarea esencial era coordinar la plataforma del Frente Popular, exacerbó el convulso panorama.
Si en febrero de 2011 se asumía como probable un cambio profundo, ahora el desconcierto campea a sus anchas, una vez que se ha comprobado que los islamistas no cristalizan las ansias de todos. Está por verse si las discrepancias se sustentan por sus propias contradicciones o si son moldeadas por elementos que pretenden, con el incremento de diferencias religiosas, instaurar un modelo de democracia a lo occidental. Nunca autóctono, de acuerdo con diversos observadores.
Sí, la suspicacia se instala en cualquier analista. Más cuando el reconocido politólogo norteamericano Noam Chomsky asegura que “la real preocupación acerca del Islam político es más que nada una perturbación ante un desarrollo independiente. Lo que así sea tiende aquí (Washington) a preocupar, porque podría debilitarnos”. Y la independencia a que se alude, por supuesto que se asocia con los privilegiados recursos naturales de la región.
Egipto, de mal en peor
Descontento con el desempeño de Mohamed Morsi, actual presidente egipcio, un sector de sus coterráneos se citó en la Plaza Tahrir para recordar la “refundación nacional” que, en 2011, puso de patitas en la calle a Hosni Mubarak y sus secuaces. Las agencias de prensa se toman mucho empeño en señalar que los simpatizantes de Morsi se han vuelto sus detractores. Lo cierto es que los avatares de una nueva Carta Magna, que favorece y subraya las enseñanzas coránicas por encima de otros preceptos, ha motivado igual reacción que en Túnez. En ambos países, la crisis económica y la penuria marcan la pauta.
Con pronunciadas diferencias, El Cairo no ha logrado despojarse del halo fatídico de un cuerpo represivo -entiéndase Policía y Ejército- en maridaje casi absoluto con el capital financiero transnacional y las simpatías de la Casa Blanca, mientras que el mandatario se pronuncia a favor de los palestinos, los sirios, y ahora valora acciones diplomáticas con Irán, rival por antonomasia de un Israel que lo ha apostado todo contra los musulmanes.
El islamismo se enfrenta a la presión de los radicales y a los movimientos y partidos laicos aún más duramente en El Cairo que en Túnez, aunque en este último la ultraortodoxia es virulenta. Al cierre de esta sección, el partido en el poder, An Nahda (moderado, pero de fuertes lazos con el salafismo, de estricta interpretación del Corán), pidió paciencia, mucha paciencia, pues negocia un nuevo gobierno, de participación varia, incluida la de tecnócratas.
El asesinato de Bel Aid removió el conjunto del pozo. Fotos de miles de jóvenes en las calles plantados ante la violencia policial han recorrido el mundo, que se pregunta si vendrá en invierno otra Primavera.

Por: MARÍA VICTORIA VALDÉS RODDA (inter@bohemia.co.cu)