“La dirección nos advirtió de que si no firmamos un acuerdo, dos sitios pueden ser cerrados”, ha declarado un funcionario del sindicato FO a AFP, afirmación que ha sido ratificada por Dominique Chauvin, el jefe del sindicato CFE-CGC.
Según Chauvin, las plantas de Flins y Douai, a las afueras de París, capital francesa, corren el riesgo de ser clausuradas.
La noticia se conoce una semana después de que el fabricante anunciara que tiene planeado recortar 7.500 puestos de trabajo hasta finales de 2016, para mejorar la rentabilidad y dar paso a las contrataciones que se necesitan durante el período.
El recorte, que equivale al 14 % de los empleados galos de la empresa, fue decidido durante una serie de reuniones mantenidas entre la gestión laboral de la empresa y los sindicatos de trabajadores.
La medida debe incluir 5.700 salidas mediante rotaciones naturales (los que se jubilan entre 2013 y 2016), mientras que para las 1.800 salidas restantes, la empresa tiene previsto un plan de jubilación anticipada.
En este sentido, Renault inició en noviembre de 2012 conversaciones con los sindicatos sobre la reducción de los costos laborales, como parte de los esfuerzos para mantener ganancias en medio de una caída en el mercado del automóvil en Europa.
Los fabricantes de automóviles están viendo cómo los suculentos ingresos que percibían con anterioridad merman cada día que pasa en el mercado europeo. Las ventas de automóviles en Francia, España e Italia, en 2012, registraron los niveles más bajos de los últimos años.
Con fecha anterior, la Federación Francesa de Venta de Autos (CCFA, por sus siglas en francés), en un informe, anunció que durante el 2012 se vendieron 1,9 millones de vehículos, lo que significó una disminución del 14 %, el peor resultado anual desde 1997.
Los dos gigantes de la industria automotriz del país galo, ‘Renault’ y ‘PSA Peugeot Citroën’, fueron los más afectados; Renault registró una caída del 22 % en sus nuevas matriculaciones, mientras que PSA Peugeot Citroën sufrió un descenso del 17,5 %.
La crisis económica que comenzó en Europa en 2008 se cernió sobre Grecia a finales de 2009 y en 2011 sobre Portugal, Italia, España y Francia, entre otros países; una debacle financiera que también ha afectado a otras economías desarrolladas del mundo.
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