Pravda Internacional estuvo en la charla-coloquio "Psicología y Conciencia" organizada por la célula Lenin de veteranos del Partido Comunista Obrero Español (PCOE) de Sevilla, ayer sábado, día 12 de enero.
La mesa que presidía el acto estaba compuesta por cinco militantes de dicha célula que iniciaron la actividad con varias intervenciones, antes de leerse el informe que diera paso al debate. Transcribimos íntegramente las intervenciones de los organizadores del acto.
Camaradas y amigos:
Vamos a dar comienzo el acto. Los cinco
camaradas que presidimos la mesa, integramos la célula de veteranos de Sevilla,
que dadas nuestras edades, las precarias condiciones físicas que exhibimos y
debido también a nuestro alejamiento del movimiento obrero, no podemos
desarrollar la labor normal de un militante jóven, por todas estas cuestiones,
hemos creído oportuno programar una serie de conferencias-coloquios en la que
podremos aportar nuestras experiencias teóricas y prácticas con las que poder
servir al partido.
Hemos preferido hacer un informe escrito para no
improvisar, ni caer en desviaciones del hilo conductor de lo que queremos
expresar. Lo leeremos porque así será más explícito, a la vez que breve, al
objeto de tener mayor espacio de tiempo para el debate.
En primer lugar, daremos paso al camarada Ricardo Cáceres:
Camaradas y amigos:
La lucha por el socialismo es
inseparable de la lucha por la libertad, por eso los comunistas somos los mas
fervientes luchadores por las libertades de los trabajadores y de los pueblos.
No podemos comenzar esta conferencia-coloquio sin recordar ni denunciar, que en
el Estado español existen cientos de presos políticos, nacionalistas y
comunistas, que llevan años en las
cárceles ante el más absoluto silencio de los medios de comunicación.
Así mismo, se constata
que conforme la crisis se agudiza y se toman medidas mas reaccionarias, se va
intensificando la represión contra las masas trabajadoras: como lo demuestran
las actuaciones de la policia frente a las manifestaciones y la persecución de
nuestros camaradas especialmente jovenes.
Baleares, Alcalá de Henares, Cazorla, son
pruebas inequívocas de que el Partido centra la atención de las fuerzas
represivas. Se da el caso de que a un camarada de nuestra Federación de Jovenes
Comunistas, lo han sancionado en dos ocasiones, la primera por liderar una
manifestación estudiantil sin pedir permiso, mientras la segunda es pura saña,
porque lo vuelven a sancionar por liderar una manifestación en la que no
estuvo. A nuestro camarada secretario Político del Comité Regional de Baleares
lo retuvo la policía en plena calle, sin que tuviera lugar manifestación ni
ningún acto en ese momento.
Ellos se preparan, ellos
atemorizan, nosotros debemos hacer lo propio y con ese espiritu revolucionario
vamos a celebrar la presente Conferencia-Coloquio.
Por la libertad y el Socialismo
Viva el PCOE.
A continuación damos paso al camarada José Luis Ramos:
Camaradas y amigos:
El
mas sublime de los principios revolucionarios es el Internacionalismo
Proletario, que eleva al obrero a la universalidad. Todos los trabajadores del
mundo, somo hermanos de clase y cuando maltratan a uno en un rincon muy lejano
de nosotros, nuestro corazón de comunista sufre.
Por estas razones ,
denunciamos a los Estados europeos, especialmente al Estado español y a los
medios de comunicación que les sirven de títeres, por su campaña contra Cuba y
Venezuela, que buscan encontrar falsas causas, que ante la opinión pública
mundial, justifique intervenciones bien directas o por medio de golpes de
Estado, para frenar el proceso antiimperialista que se lleva a cabo actualmente
en América Latina y que tienen por objetivo: primero, evitar que dicho proceso
se convierta en una lucha abierta por el socialismo y en segundo lugar, rapiñar
las fuentes energéticas, que constituyen las riquezas autóctonas de los pueblos
que desean construir un mundo independiente del imperialismo.
Pero la célula de
Veteranos del PCOE de Sevilla, estimamos que nuestra solidaridad no es puro
formalismo, sino que forma parte de nuestros principios marxista-leninistas en
los que nos inspiramos para decir, que si el combate contra el imperialismo no
tiene como objetivo el socialismo, a la postre, serán barridos o se convertirán
en un país capitalista explotador de las fuerzas de trabajo, es decir, en un
eslabón de la cadena imperialista.
Por el Internacionalismo Proletario
Por el Socialismo
Viva el PCOE
Y antes de pasar a la lectura del informe, damos paso al camarada Juan Gervasini.
Camaradas y amigos
La presente
conferencia coloquio, que lleva por título “psicología y conciencia”, va mucho
más allá de ofrecer una explicación racional sobre el comportamiento de los
trabajadores ante la sociedad capitalista. Es también una apuesta de la célula
de Veteranos del PCOE de Sevilla, por reparar el daño que se ha hecho a la
militancia comunista, por parte de quienes cobijándose con el honorífico titulo
de comunista, lo que han hecho es desprestigiarlo.
La burguesía y los
oportunistas han puesto sus ricos medios en actividad para inculcar en la mente
de los trabajadores el rechazo a todo lo que huela a comunismo. Nosotros no
podemos permitirlo, porque en nombre del comunismo, del Partido Comunista han
muerto asesinados miles de militantes anónimos de todo el mundo, que
arriesgaron sus vidas por legarnos una vida digna, ajena a los abusos y a la
explotación.
Como veteranos
tenemos el deber de reivindicar a aquellas mujeres y aquellos hombres que
perdieron años de sus vidas y que gracias a ellos, despues de tantos reveses,
el ideal comunista prende con fuego vigoroso en la juventud y en todos los que
superando miles de obstáculos, consagran sus vidas y su tiempo en lograr el
ideal sublime de la humanidad: el comunismo.
Recordemos los
nombres de Asciclos, Cordero, Ortega y tantos camaradas del PCOE que lucharon
dentro y fuera de las carceles por no renunciar a su nombre de comunista.
Por eso no
avergonzarse de ser comunista y de hablar sin ocultar que se es comunista
significa vencer la propaganda burguesa y a los traidores y levantar la bandera de la libertad y de la igualdad.
Vivan los comunistas
Viva el PCOE
Para iniciar el debate, cedemos la palabra al camarada Manuel Góngora, que dará lectura al informe que iniciará el debate.
¿Quien
no se ha preguntado alguna vez, por qué fulanito pese a pasar por una situación
extremadamente mala, que tiene varios hijos que alimentar y para ello necesita
la ayuda de la familia, no se rebela contra las injusticias? El caso de
fulanito que se muestra pasivo ante su destino, no es para nosotros lo más
importante en este debate, además, no es ni pasivo ni neutral, porque ante la
incomprensión de muchos, incluso de muchos de nosotros, arremete contra quienes
no estamos dispuestos a soportar indolentes esta forma de vida y nos levantamos
contra el capitalismo. El obrero desconcienciado se enfrentará contra nosotros,
contra nuestras ideas, como si el capitalismo fuese algo suyo. Todo el mundo
sabe, que como el tal fulanito hay millones de trabajadores que viven sin
perturbarse por ser explotados y sin ofrecer ninguna resistencia contra los
culpables de sus desgracias. Sin embargo, no son estos millones de trabajadores
los que nos preocupan especialmente, sino el hecho de que haya también
numerosos militantes comunistas que dudan, que se ven incapacitados para
ofrecer una explicación científica del proceder de los trabajadores dejando
claro, que no están en condiciones de cumplir con su cometido de
revolucionarios.
En
esta primera conferencia vamos a intentar, paso a paso, ir allanando el camino
que nos llevará hasta la comprensión de la conducta del obrero y lo haremos de
la manera más sencilla posible, para que su lógica sea accesible a todo el
partido, a los militantes, a los simpatizantes y a los amigos, con el propósito
de que adquieran la firmeza necesaria que le facilite la labor de convencer en
sus círculos de amistades y laborales, cuando hablen de política.
La
pregunta capital es ¿Cómo adquiere el trabajador la conciencia de clase? Pensad
por un instante que el proletariado moderno es junto con la clase
burguesa, las únicas clases paridas por
el modo de producción capitalista, las demás clases y muchas profesiones: campesina,
terrateniente, etc. son clases que pertenecen a otros sistemas de producción
mas antiguos que el capitalismo. Así, pues, el proletariado le debe su
existencia al capitalismo, aunque fuese engendrado en el feudalismo y morirá
cuando no quede rastro del modo de producción burgués. Es natural y obligado,
por consiguiente, que su pensamiento sea desde el principio totalmente burgués.
Todo lo que le rodea desde su nacimiento hasta su muerte, será capitalismo en
movimiento, por lo que las influencias que éste ejerce y ejercerá sobre su mente
es total y absoluta. Aunque no existiesen medios de comunicación masiva, el
proletariado moderno estaría bajo el dominio de todo lo que es y representa el
capitalismo, porque como hemos dicho es hijo suyo.
Si
un revolucionario piensa que un proletario con pensamiento burgués es un contrasentido,
se equivoca y difícilmente lo ganará para la causa revolucionaria, porque no ha
entendido nada. No es el capitalismo el que nos roba un hermano de nuestra
clase, somos nosotros los que vamos a quitarle un hijo suyo, que además es su
sustento, lo que le da la vida. Tenedlo siempre presente.
A
pesar de su conciencia burguesa, el proletariado por ser el mas moderno y el
más numeroso, nace con la misión de dirigir a todas las clases y capas sociales
que están siendo explotadas por el capitalismo para acabar con éste, pero ¿por
qué y cómo opera esta contradicción? Como quiera que el mundo en el que vive y
al que pertenece es el mundo burgués, jamás por sí mismo se dará cuenta de la
necesidad de transformar la sociedad capitalista en otra que no está en su
mente, que para él no existe, alguien se la tendrá que descubrir y no resultará
bastante con descubrírsela, habrá que inculcársela, por medio de un proceso
práctico. Nunca por cuenta propia podrá descubrir el concepto plus valía que él
genera y que es el motivo del enriquecimiento del burgués, tampoco alcanzará a
descubrir la composición orgánica del capital. la cual explica la aparición
forzosa de sucesivas crisis económicas, causa de muchas de sus desdichas etc,
nunca pues, llegará por su propia experiencia a comprender en su contenido y
forma al sistema capitalista, pese a haber sido parido por él, en definitiva,
nunca concebirá el socialismo como salida. Eso no quiere decir, que no busque
las respuestas a las preguntas que se hace, pero las que encuentra, debido a
sus limitaciones, siempre chocará con lo que el sistema le ha enseñado como la
verdad indiscutible de la vida, esto es que para que una sociedad humana tenga
razón de ser, tienen que haber personas capacitadas y dedicadas a dirigir y
otras a trabajar. Quienes deben emplearse a una tarea u otra, será para el
obrero cuestión de suerte o de inteligencia y concluirá que todos los males
pueden solucionarse, bien cambiando a los dirigentes que no cumplen correctamente
con su misión en la sociedad, o bien haciendo trabajar más y mejor a los
dirigidos. Hasta aquí puede llegar su análisis sin ayuda de nadie, pero no más
lejos. Pensad que al ser hijo del sistema estas
premisas las ve de un modo natural, todo lo demás, que no se le manifiesta
prácticamente, es para él pura fantasía. Preguntemos a cualquier obrero que no
haya alcanzado aún la conciencia de clase y veremos que todos están más cerca
de querer “independizarse” de convertirse en patrón, antes que hacer la revolución,
algo que no se plantea de ninguna de las maneras, porque lo primero es
tangible, lo otro no le llega a su mente ni tan siquiera como una posibilidad,
porque requiere todo un proceso de enseñanza, como estamos teniendo nosotros y
esa enseñanza le tiene que venir de fuera de la simple relación económica con
el patrón, le tiene que venir del partido, como nos viene a nosotros.
Pero,
pese a su apocada voluntad y a su forma de pensar, un tanto necia, no puede
evitar el desarrollo de las contradicciones irreconciliables que subyace entre
el patrón y él, aunque todavía no la vea, porque no se le haya manifestado.
Contradicciones que se irán enconando paulatinamente por medio de la acción, de
la práctica, pues la burguesía para sobrevivir en este sistema de competencia
cruel, se ve obligada por imperativo natural, por inercia de la economía
capitalista a explotar más y más al trabajador. Y lo explota de la única manera
que puede, haciéndole trabajar más, obligándole a producir mayor cantidad de
productos en el menor tiempo posible, a la par que le reduce su salario directa
o indirectamente.
El
patrón paga un salario al obrero, no vamos a entrar en los conceptos económicos
marxistas para ir más rápido, pero al cabo del tiempo, el dinero que paga el
patrón ve reducido su valor y es debido a que todo cuanto necesita el obrero
para vivir es cada día más caro. El obrero le pide al patrón un aumento de
sueldo con el fin de asegurarse todos los elementos vitales, éste, sin embargo,
se niega totalmente a dárselo para no perder cota de ganancia, o le ofrece una
cantidad bastante menor de la que le demanda, por lo que la contradicción entre
patrón y obrero se hace ya más visible; sin embargo, ésta es todavía una
contradicción normal y conciliable en opinión del trabajador, que solo ve en
ella una relación económica, jamás política y menos aún ideológica.
Esta
relación entre obrero y patrón genera lo que se llama la psicología del obrero,
a éste no le gusta que su patrón, al mismo tiempo que obtiene mayores beneficios,
le niegue una subida de salario suficiente; pero, esta psicología no se
transformará jamás en conciencia de clase, por poco que pague el patrón. Por
mucha explotación que ejerza el patrón sobre el obrero, éste continuará igual,
con más tensión pero igual, no gustándole la citada relación, pero nada más.
Llegado a un punto, en el que la precariedad del salario es ya insoportable, la
mente del trabajador comienza a evolucionar tímidamente, llegando a pensar que
si todos los compañeros y compañeras de
su centro de trabajo se unen en una huelga, pueden hacer cambiar de actitud a
su patrón. Tenemos pues, el embrión del sindicato. De forma espontánea los
obreros deciden ir a la huelga. No obstante, a la hora de hacerla realidad,
advertimos que la psicología de los obreros, o sea, el saber qué es lo que no
quiere sin conocer qué debería querer, se bifurca en dos ramales opuestos;
pues, aún teniendo el mismo sentimiento de no gustarle que el patrón no le suba
el sueldo, pese a haber éste logrado beneficios record, aún no agradándoles la
relación entre patrón y obrero, la psicología se manifiesta en unos como
rebeldía y en otros como sumisión, en el fondo la sumisión es una expresión del
miedo. Los obreros están todavía a años luz de adquirir conciencia de clase. Los rebeldes querrán ir más allá, continuar con
las acciones para hacer caer en razones al patrón, sin negarle su autoridad y
dirección y por supuesto, sin cuestionar al capitalismo al que no cree
culpable, piensa que la conducta del patrón es un problema personal, humana,
pero no un pecado del sistema; en cambio, los sumisos, ante su miedo, se rebela
contra el rebelde, para justificar su esquirolismo, porque el rebelde le coloca
ante una situación complicada tanto respecto del empresario, como también con su
familia; no obstante, después de un proceso más o menos largo, el sumiso puede
llegar a convertirse en rebelde en algún momento de su vida, e incluso su rebeldía
puede desbordar a la de sus compañeros.
Posteriormente,
los trabajadores rebeldes comprenden que los patronos están todos unidos para
llevar una política común contra ellos, además, comprueban que el gobierno
dicta leyes que favorecen a la patronal, es entonces, cuando deciden que el
sindicato debe ser universal para que pueda convocar huelgas generales, con el
fin de hacer retroceder los planes del gobierno.
Hasta
aquí todo el proceso descrito de una forma lineal, tiene un desarrollo
espontáneo, el obrero no actúa por conciencia de clase, sino obligado para
defenderse, porque en ello le va la subsistencia como persona, pero no como
clase; aunque, según advertía Lenin, la espontaneidad tiene grados y es la
antesala de la toma de conciencia de clase, ahí es donde debe estar el partido.
Antes de proseguir debemos aclarar en qué consiste la conciencia de clase.
El
patrón tiene conciencia de su clase, sabe perfectamente que para perpetuar su
existencia debe continuar y cada vez con mayor intensidad, explotando a los
trabajadores, sin ello, morirá y al tomar conciencia de esta realidad inapelable,
pone todos los medios a su alcance para neutralizar a su enemigo, la clase
obrera, para que ésta no pueda organizarse políticamente; sin embargo, en
muchos casos le “ayuda” a organizarse sindicalmente, para que ésta nunca pueda
alcanzar su conciencia de clase, que por lógica, ha de tener un contenido
opuesto a la suya. Si el patrón vive a costa de explotar a los trabajadores,
éstos, no serán libres mientras que exista el patrón. En su consecuencia, el
obrero ha de conocer esta realidad y asumirla, lo que significa, que debe
acabar con el explotador para dejar de estar explotado y esto no será posible
sin eliminar el sistema que le es inherente, el sistema que le proporciona
todas las armas precisas para continuar con esa explotación.
Para
Lenin el trabajador toma conciencia de clase, cuando asume la política
comunista, esto es, cuando lucha organizadamente contra el poder establecido y
no contra los efectos del poder establecido, cuando se decide por la lucha
política y arremete contra todo lo que comprende el sistema que mantiene al
burgués, es decir, cuando el obrero ha comprendido que él tiene que arrebatarle
el poder al burgués, para imponer el suyo. Mientras esto no suceda las luchas
serán exclusivamente económicas y espontáneas y dentro de los cauces que le
provee el propio sistema, a pesar de que a veces adquiere un contenido
político, como es exigir que el gobierno
abola una ley antiobrera, por ejemplo, si se consiguiera que el gobierno del PP
diese marcha atrás en la reforma laboral, la situación de explotación del
obrero no variaría.
Ninguna
huelga general económica, como las que se están desarrollando en nuestro país,
tampoco las huelgas contra el cierre de las empresas, las manifestaciones
contra tal o cual gobierno, generan por su propio desarrollo la conciencia de
clase del trabajador; y ni mucho menos va contra el modo de producción burgués.
Cambiará el gobierno, el tipo de dictadura del capital: como puede ser de
fascismo a democracia monárquica, a república, pero siempre dentro del sistema
capitalista, es, decir, sin poder quitarse de encima la explotación ni el
explotador, a más nunca llegará el obrero.
Para
que el obrero tome conciencia de clase, es decir, que comprenda que él puede y
debe aglutinar a su alrededor a todos los explotados para acabar con la
explotación y por tanto, con el régimen burgués, ha de saber cómo subyuga el
capital a esas otras clases, porqué existen presos políticos, porqué los
monopolios controlan la economía del campo, etc. Porqué el parlamento y el
gobierno dictan leyes antiobreras. En esta dirección, tiene que aprender cual
es la naturaleza del Estado capitalista, que dicho Estado representa los
intereses de la burguesía y es un órgano de opresión contra las clases
explotadas. Debe pues, conocer y asumir en términos generales lo que un
militante de un Partido Comunista sabe y adoptar para sí su programa. Por eso,
son los comunistas al margen de los sindicatos, los únicos que pueden dirigir a
los trabajadores hasta la comprensión de su naturaleza de clase, de su
conciencia de clase. Podéis examinar la historia y veréis, que cuando los
Partidos Comunistas cumplían con su misión, la clase obrera, cualesquiera que
fuesen los paises, luchaba por el poder político. Y también os percataréis de
lo contrario, desde que los Partidos Comunistas, han ido dejando a un lado los
principios revolucionarios y por consiguiente, abandonando su misión frente al
proletariado, nadie ni nada le ha podido sustituir. Todas las revueltas, guerrillas,
manifestaciones monstruosas, han acabado en nada y los trabajadores no han
tomado conciencia de clase
Pero
se da las circunstancias, que tanto en España como en casi toda Europa, los
partidos comunistas han renunciado a esta práctica, sus militantes se limitan a
actuar en los sindicatos o en frentes de masas, olvidando su misión de enseñar
política al proletariado. Todas sus luchas y actividades se diluyen en el
terreno sindical, con lo cual, en vez de adoctrinar a los trabajadores, lo que
hacen es contribuir a la malformación de su conciencia, pues los sindicatos,
solo pueden aspirar a la lucha económica, a impugnar leyes que repercuten en el
mundo del trabajo. Los sindicatos, por naturaleza, son reformistas.
En
nuestro país sucede, que los llamados partidos comunistas no le hablan al
obrero de su potencial, de su misión histórica, no le hablan de política ni de
ideología. En los centros de trabajo, las células comunistas no existen como
tal, se reúnen y hablan de sindicalismo, del convenio colectivo, de la
expulsión de un compañero, etc. y para eso no hace falta la célula comunista,
ya basta con el sindicato. También sucede que en el Parlamento, todos los
partidos, a la hora de la verdad, llegan a confabularse contra los intereses de
los trabajadores, y aquellos que se reclaman representantes del pueblo, solo se
oponen a tal o cual ley, pero en el fondo están diciéndole a los trabajadores,
que a través del Parlamento se puede cambiar su signo maldito, les están
diciendo que dentro del sistema hay soluciones a sus problemas. Los
reformistas, son la avanzadilla del capitalismo dentro del movimiento obrero.
Todos
los partidos y todas las instituciones aleccionan al trabajador en el mismo
sentido, en que éste ha venido viviendo desde su nacimiento. Nadie le insinúa,
menos le afirma, que hay que cambiar de sistema, ¿Cómo, entonces, nos
lamentamos de que el trabajador no nos comprenda? ¿Cómo entonces, no
indignamos, porque después de una huelga general, el trabajador continúe
votando, y además a un partido burgués? ¿Qué otro remedio le hemos dado?. Se le
indica indirectamente que el sistema tiene defectos, pero solucionables, que en
la patronal hay elementos que son egoístas, pero otros no. Se les inculca que
un gobierno puede hacerlo bien o mal para sus intereses, obligándoles a elegir
el menos malo. Por consiguiente, se le prepara entre todos, en lo contrario de
lo que debe aprender. A la misma vez, el comunista se esconde y no le dice la
verdad cara a cara, por temor a que el trabajador no lo siga, no lo entienda,
cuando de verdad no le sigue ni le entiende es ahora, cuando no le habla.
Nuestro
partido tiene que volver a funcionar, como lo hizo el partido bolchevique. No
vale solo con imputar a los reformistas encaramados en las direcciones de los
sindicatos que son unos traidores. Hay que utilizar los sindicatos, las
instituciones, el frente de masas, para movilizar a los trabajadores, para
denunciar el reformismo, para descubrirle al servicio de quien están esas
instituciones, en una palabra para abrir la mente de los trabajadores hacia la
política y no para engañarlos haciéndoles creer que los sindicatos, y las
instituciones pueden solucionar sus problemas.
Con
la movilización y la dirección de los comunistas el obrero, se encontrará con
la policía represora, con el clasismo de la justicia, con la traición de los
reformistas. El obrero se sorprenderá y el comunista in sito, le sacará de
todas las dudas, le demostrará que estos elementos unidos forman un todo junto
con el capitalista que lo trata como enemigo. En la movilización, el obrero rebelde
está mas dispuesto a escuchar política, el comunista debe aprovechar esa
ocasión, primero neutralizando a los reformistas y acólitos del burgués y
depués, marcándole el verdadero camino
Pero
también y simultáneamente a esta actividad ineludible, los trabajadores tienen
necesidad de poseer su propia tribuna, para que les expliquen cada uno de los
casos políticos y sociales de una manera veraz con el fin de formarse
económica, política e ideológicamente. Esa tribuna se la tiene que proporcionar
inexcusablemente el Partido, que es el único que está en condiciones de dar las
respuestas científicas de los fenómenos sociales. La actuación policial en las
manifestaciones no puede suscitar más que indignación y rabia en los
trabajadores, cuando en la actualidad es objeto de diferentes interpretaciones
entre ellos, dependiendo de donde le viene la noticia. El empobrecimiento de
los pequeños campesinos ha de ser el pretexto de una explicación profunda, con
ejemplos claros, hasta el extremo que los trabajadores, fundamentalmente la
clase obrera, comprenda la necesidad del cambio de sistema para proteger la
economía rural fuente de todas las materias primas y sea capaz de tomar
conciencia de su indiscutible fuerza numérica e ideológica, para convertirse en
la dirigente del proceso revolucionario, al objeto de acabar con las
injusticias que se cometen contra los campesinos. El enfrentamiento entre los
estudiantes y la policía, tendrá que penetrar en la mente de los trabajadores
como un paso hacia adelante y nunca como un acto salvaje, propio de una
población juvenil e inmadura como le explica los medios de difusión burgueses.
Las guerras imperialistas tienen que ser comprendidas perfectamente por los
sectores de trabajadores a modo de explotación de sus hermanos de clase de
otros países. Y así, todo cuanto sucede
tanto en su entorno como en cualquier ámbito de la sociedad española e
internacional, que suponga un actividad burguesa contra el pueblo, deben ser
llevados por el Partido a los trabajadores y no tienen que estar forzosamente
ligadas en el mismo documento, en la misma charla, asamblea, mitin etc. con su
posición económica. Desde el principio el Partido se tiene que convertir en el
transmisor, el cronista de la verdad, sin ocultar nada a los trabajadores, pues
es el único vehículo que poseen para ampliar sus conocimientos imprescindibles
para hacerse dueños de su destino. A cada paso, hay que explicarles, que sin
derrocar a la burguesía, sin aniquilar el sistema, sin que ellos accedan al
poder político y económico, no habrá ninguna solución radical y eterna. Y todo
se debe decir, con la mayor naturalidad.
Para
llevar a cabo esta misión irrenunciable, el Partido y sus células tienen que
actuar en los centros de trabajo y en la calle como organización independiente
de la ACDT y del
sindicato. Hay células que han creado su propio blog dedicado a los compañeros
de su centro de trabajo. Pero, reconociendo que constituye un avance, la misión
no se completa. La agitación y propaganda ha de ser constante y como hemos intentado
explicar, cada caso que suceda en la sociedad que merezca ser interpretado por
los trabajadores de forma revolucionaria será denunciado con todo detalle,
incitando la indignación y la rabia. El periódico se debe repartir de manera
amplia en cada lugar de trabajo y provocar su discusión. Dadas las
circunstancias económicas, la prensa del partido puede ser sustituida por la
“Hoja Roja” o cualquier documento de elaboración propia de la célula, del
comité local o provincial.
Las
secretarias de propaganda de las células y comités deberán estar en manos de
los militantes mas dinámicos del Partido. Pero con el periódico, y las
octavillas que serán entregadas frecuentemente, solo cumplimos con un aspecto
parcial, al que hay que unir la agitación que será por medio de charlas con
grupos de trabajadores, con mítines, etc. La entrega en mano de las octavillas
a la salida del trabajo, si no se puede hacer desde dentro, la entrega en mano
de la prensa etc, deben servir para provocar la discusión, como también, que
los trabajadores vayan al partido a preguntar sus dudas políticas, pero el fin
primordial, es reunir grupos de ellos sacarlos del centro de trabajo y formar
charlas coloquios, en nombre del PCOE.
Todos
los esfuerzos que se realicen para comunicarse con los trabajadores en sus
centros de trabajo, serán exitosos si lo hacemos en nombre del PCOE, luego sus
frutos se verán en los mítines, manifestaciones, etc, en la que los
trabajadores, poco a poco se unirán a la militancia en señal de aceptación de
su vanguardia.
El
PCOE tiene que salir inmediatamente de la dinámica impuesta por la burguesía y
los reformistas, la de prohibir a los trabajadores que hablen de política. Y
finalmente, el Partido no puede caer en la trampa de no hablar de política a
los trabajadores, porque estos no quieren saber nada con los comunistas. Esa
táctica burguesa hay que romperla y se hace con tesón sin desfallecimiento,
pero siendo bravos propagandistas.
Como resumen final
tomemos un ejemplo corto. Imaginemos una célula del Partido en un centro de
trabajo, que tiene algunos de sus
miembros en el Comité de Empresa. Nuestros camaradas saben a través del
Programa y de los múltiples documentos del CC. Que la solución a todos los
problemas es el socialismo. Así cada vez que en la televisión, en la prensa o
en su trabajo ven una injusticia, de forma inmediata en la mente de estos
camaradas surge la necesidad de cambiar el sistema, se les vienen a la cabeza la Reforma Agraria , La Socialización de los
medios de producción y ven grandes lucha de los trabajadores por la conquista
del poder.
En cambio, los
trabajadores de su centro de trabajo, lo que ven en la televisión, lo que
escuchan en la radio y lo que leen en la
prensa, es que el comunismo o socialismo es un régimen malvado, que Stalin mato
a millones de soviéticos, que Fidel es un dictador sin escrúpulos, que Chávez
es un loco, que el régimen de Corea es tirano.
Nuestros camaradas se
reúnen normalmente en su centro de trabajo, pero solo para ver la táctica que
deben llevar en el Comité de empresa.
Miran la formula para desenmascarar a los miembros de CC.OO y UGT, en el
comité de empresa y los denuncian ante los trabajadores porque han despedido a
un compañero y no han hecho nada.
Pero en sus reuniones
no trazan ninguna línea de actuación para hablar constantemente a los
compañeros, bien en octavillas, bien en un boletín, bien en charlas por grupos,
sobre qué es el socialismo y la necesidad de luchar por él con el propósito de
contrarrestar la intoxicación que en ellos provoca la burguesía con sus medios
de comunicación. Y no lo hacen por temor a ser rechazados. De esta manera, los trabajadores solo reciben una
información, la de sus enemigos que tiende a malformar sus conciencias.
Pero, viene la
crisis, y a la hora de discutir el nuevo convenio, el empresario dice que no
solo no puede dar mas dinero, sino que aunque tiene beneficios, tiene que
rebajar los salarios, o de lo contrario, la empresa corre el riesgo de
desaparecer, porque las ventas se han venido abajo y el producto lo ha de
vender más barato, así que, o se acepta la rebaja o presenta un ERE o la
empresa se traslada a otro lugar. Sin embargo, el comité y los trabajadores
saben que no ha descendido las ventas, incluso que la empresa tiene nuevos
pedidos millonarios.
Pero ¿Qué sucede? En
la mente de nuestros camaradas surge con rabia la necesidad de luchar para
acabar con el régimen, porque es indignante e insoportable la conducta
avariciosa del patrón. De nuevo les viene a la mente el Socialismo.
Pero ¿Qué ocurre con
los trabajadores? Es evidente, que su
cerebro no se ilumina con la necesidad de luchar por el socialismo, porque la
idea que tienen sobre el mismo, es que es malvado y es una dictadura cruel en
donde los trabajadores pasan hambre. Por tanto, el socialismo no les puede
venir a la cabeza como tabla de salvación. A unos, a los mas rebelde les
cundirá la indignación y despotricarán contra el patrón y otros, piensan que a
ver si por dos euros mas, van a perder su puesto de trabajo o la empresa se va
a marchar a otro lugar.
Se forman grupos de
trabajadores comentando la actitud de la empresa y un camarada emberrechinado
dice por primera vez en un grupo, que lo que había que hacer es unirse con todo los trabajadores de todos los
centros de trabajo y luchar por transformar la sociedad, luchar por el
socialismo, que eso es lo que acaba con la avaricia del patrón y nos da
seguridad a los trabajadores. Pero en el momento de pronunciar la palabra
socialismo, los trabajadores como si hubiese mentado el infierno, se revuelven
contra el camarada y le dicen ¡tu estas loco! Y se atreven a decirle también
¡Tu no sabes lo que es el socialismo! Y No ha lugar a mas discusión. En las mentes de los trabajadores surgió
Stalin asesinando a millones de trabajadores, Fidel matando de hambre a su
pueblo etc.
Nuestro camarada
abatido, viene al partido y dice que los trabajadores no quieren saber nada y
son todos unos reaccionarios, y por lo tanto nuestra lucha es imposible.
Es evidente que el
cazador ha sido cazado, nuestro camarada, se ha convertido en uno mas de ello,
porque no ha entendido nada de cómo debe actuar el Partido.
Camaradas
vosotros tenéis la palabra.