La acción guerrillera realizada en Santiago de Cuba por un
puñado de revolucionarios dispuestos a entregar sus vidas para acabar con la
tiranía de Fulgencio Batista demostraba al mundo las posibilidades que
tienen los pueblos para su liberación política, económica y social. Ni el tirano, ni el apoyo que el imperialismo
norteamericano concedía al dictador, evitarían el desarrollo de las acciones
guerrilleras, el estallido social, la justa ira del pueblo contra los
opresores.
Hoy en día, después de más de medio siglo de socialismo en la
isla, Cuba continúa a la vanguardia de los pueblos que luchan contra el
imperialismo, por la libertad, la dignidad y la solidaridad internacional; es
referencia ineludible de los pueblos que hoy soportan la esclavitud, la
explotación, la humillación y la lapidación de los derechos más elementales de cualquier
ser humano.
Cuba es un vendaval de aire fresco lleno de justicia e igualdad,
frente a un mundo dominado por relaciones inhumanas entre los hombres que el
capitalismo pretende mantener a sangre y fuego. El pueblo cubano, con todos los
impedimentos impuestos desde el exterior, tiene acceso a la cultura, a la
salud, a la vivienda, al trabajo; a todos aquellos derechos básicos que en los
países capitalistas se les recorta diariamente a las familias trabajadoras.
En Cuba se puede hablar de libertad porque el pueblo participa
directamente en la dirección de los estamentos sociales y políticos. Esto
contrasta con la carencia de libertades en los países capitalistas, donde las
masas carecen de instituciones políticas al servicio del pueblo, no se atienden
las peticiones de los trabajadores, y en última instancia, son apaleadas
brutalmente por defender sus intereses, hechos que se repiten diariamente en
los países del llamado Primer Mundo.
La dirección política de Cuba es un ejemplo de entrega y
dignidad no solamente demostrada en su pasado heroico, sino probada en los 53
años de socialismo. Inmensa diferencia con los gobernantes del mundo
capitalista impregnados, en su mayoría, del índice más alto de corrupción y con
el déficit más alto de principios éticos.
Cuba es también una mano solidaria extendida a todos los pueblos
del mundo, que se manifiesta en el admirable trabajo de miles de hombres y
mujeres que se distribuyeron para alfabetizar y llevar la atención sanitaria a
todos los rincones del mundo donde fueron requeridos. Por el contrario, el capitalismo pasea por el
mundo saqueando los recursos de los pueblos y realizando agresiones imperiales.
Todo esto hermana al pueblo español con el pueblo cubano,
evidencia de los altos principios que sustenta la revolución cubana, y hace
comprensible la gesta histórica fraguada el 26 de julio.
Es por eso, que el Partido
Comunista Obrero Español proclama nuevamente, su absoluta lealtad y
defensa a la
Revolución Cubana y al Partido Comunista de Cuba.
COMISIÓN DE RELACIONES INTERNACIONALES DEL
PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)
