jueves, 21 de junio de 2012

Frente a la crisis: organización y lucha

Poco a poco va tomando carácter definitivo las reformas y recortes del gobierno PP, que con extraordinaria habilidad, despotismo y por supuesto con conocimiento de no tener adversario político, desliza la opinión pública y los debates hasta el lugar y los temas que le interesa.

La estrategia de implantación gradual de medidas antipopulares en un largo proceso pero sin interrupción, sobrepasa la capacidad de reacción del pueblo, dominado por las pautas de insolidaridad instituidas por CC.OO y UGT, que obligan a cada sector y a cada centro de trabajo a librar en solitarios las batallas decisivas, frente a un enemigo tan tremendo en volumen y tan egoísta en pretensiones: el capitalismo europeo.


En el estado español, de Norte a Sur, de Este a Oeste, se están desarrollando bravas luchas. Las clases trabajadoras intentan como pueden frenar las agresiones de los patronos y del gobierno, que auxiliados por la potencialidad de las instituciones europeas, se imponen a sus adversarios que divididos en unos casos y aislados en otros, actúan a la defensiva y con clara psicología de impotencia, procurando a lo sumo, que los efectos de lo que es tenido por incontestable les cause personalmente el menor estrago posible.
El desgaste político que pueda sufrir el PP no cuenta en estos momentos para el capitalismo español y europeo, pues los objetivos a conseguir, por encima de todo, son retrotraer al pueblo trabajador a una situación mísera y de indefensión sindical y política, que permitan su domesticación fácil para alargar la agonía del sistema el mayor tiempo posible. Luego, como ha demostrado a través de la historia, casos de Argentina, Italia y Grecia entre otros muchos, la burguesía controla los mecanismos para rehacer a sus partidos y volver a vencer en futuras elecciones, dado que éstas constituyen su arma más eficaz para mantener su poder.
En nuestro país los hechos nos dicen que el capitalismo lo tiene fácil. Terminada cada batalla los resultados son más contundentes, el gobierno de turno logra afianzar su política antiobrera y antes de que los trabajadores puedan respirar y pensar, acomete con nuevos bríos, centrando el debate en el presente, pues el pasado ya es definitivo.
Decimos que lo tiene fácil porque en la política española todas las fuerzas parlamentarias, incluida IU hacen gala de su profesión europea, ocultando la naturaleza capitalista que tienen las instituciones, la política y la ideología continental. Desde esta razón, el debate político queda establecido en los términos “Europa o la muerte”. Por consiguiente, la meta cardinal de todos es mantener la UE y el Euro, con lo que ello significa; aunque, se esfuercen en hacernos creer que sus proposiciones se diferencian en el ¡cuánto! y en el ¡cómo! ¿Qué diferencia existe entre la necesidad imperiosa que predica PP para agredir al pueblo, y la famosa frase “por imperativo legal” que práctica IU? Ninguna, el fin es el mismo, lesionar a las clases trabajadoras bajo excusas supuestamente ajenas e insalvables.
Las elecciones de Grecia celebradas el pasado domingo, suministran argumentos muy magros que llevan a afirmar sin margen de error que la socialdemocracia u oportunistas del PIE se han convertido hoy en las reservas ideológicas y políticas del capitalismo europeo. DN y Syriza han escenificado el papel de títeres del capital al cristalizar la disyuntiva “Europa o la muerte”. La gran burguesía internacional encabezada por la alemana y por la estadounidense ha abundado en una más que descarada injerencia en las elecciones griegas, por medio de un colosal despliegue de propaganda con la intención de inducir el voto del pueblo griego a favor de uno de los dos partidos. Al decir que votar a DN es votar a Europa y elegir a Syriza es votar contra Europa, tiene la intención de capitalizar tanto los votos a favor y en contra de la UE poruna de estas dos formaciones de clara tendencia europeísta, menoscabando el avance de los comunistas.
Las elecciones griegas nos invitan a la reflexión, pues salvo algunas distancias nos ofrece elementos de juicio dada las condiciones comunes en ambos países, que nosotros sintetizamos en las siguientes conclusiones:
· En todo proceso radical la burguesía tiene como fin primordial aislar a los marxistas-leninistas, utilizando para este menester todo tipo de argucia, descarada o sutil.
· La Lucha contra el capitalismo nacional es una lucha antiimperialista.
· La toma de conciencia del pueblo trabajador es adquirida a través de un proceso de duros combates contra la burguesía y el oportunismo, que se funden en un mismo objetivo, perpetuar el capitalismo. Durante ese proceso los marxistas-leninistas, han de tener las ideas claras para no dejarse arrastrar por los resultados adversos, pues la lucha no es en línea recta. En esta dirección, el PCOE aplaude las posiciones y el talante marxista-leninista del KKE, en este período crucial.
· Durante el citado proceso, los comunistas debemos examinar los posibles fallos, carencias o el lugar que ocupamos en la etapa que se desarrolla del proceso revolucionario, para impulsar con más ímpetu y ciencia nuestra táctica rectificada o continuada.
· Queda en estudio la posibilidad de que la participación en las elecciones deba ser reconsiderada en circunstancias muy especiales, en las que el partido pueda sufrir un revés que incida negativamente en su lucha, en tanto otra posición pueda servir para tomar aliento. En nuestro caso, hemos considerado que mientras el partido esté en proceso de organización y fortalecimiento nuestros esfuerzos deben centrarse en ello, lo cual no quiere decir que el PCOE niegue la participación de los comunistas en las elecciones parlamentarias.
Es evidente que en el Estado español, los comunistas hemos venido arrojando a los infiernos a las direcciones de CC.OO y UGT como supremos culpables de la mal formación ideológica de los trabajadores y de su atraso; sin embargo, y en aras de la realidad, culpar en exclusiva a las centrales sindicales de todo, es lo mismo que determinar que el momento es superable a través de la lucha económica y esto significaría exculparnos de responsabilidades que debemos asumir.
Para el PCOE, está claro que las direcciones de CC.OO y UGT se han posicionado al lado de la burguesía y se han convertido en la correa de transmisión de los intereses capitalistas en el seno del movimiento obrero. Pero tendremos que reconocer, que el planteamiento comunista para la salida de la crisis es el socialismo que supera, naturalmente, el ámbito estrictamente económico o sindical. No podemos llevarnos toda la vida lamentándonos sindicalmente, mientras que ideológica y políticamente no somos capaces de trazar el camino correcto.
En todo el estado español se cuentan por millones los trabajadores que no tienen representantes sindicales, siendo presas fáciles de la patronal y del gobierno, constituyen además, un hándicap para el éxito de una huelga general o sectorial y quedan a merced de la propaganda burguesa en las elecciones generales. En las provincias de Valencia, Alicante, Zaragoza, Sevilla, son más de 20 mil delegados sindicales por cada una, que no llegan a ser elegidos por no celebrarse elecciones, números que se multiplican en Madrid, Barcelona… Políticamente los comités de empresas están en un 70% bajo las influencias del reformismo y bajo el dominio empresarial en un 20%. Los barrios y pueblos no están organizados. Urgen pues tácticas que tengan en cuenta todas estas circunstancias para ir desbrozando el camino hasta alcanzar el FRENTE UNICO DEL PUEBLO. El PCOE piensa que todos nuestros esfuerzos deben centrarse en:
· organizar sindicalmente a la pequeña y mediana empresa, sin lo cual todo resultará fallido.
· Librar a la clase obrera de la influencia del reformismo, es decir, no circunscribirse a la unidad de los trabajadores con cierto grado de conciencia, sino a todos los trabajadores estén bajo la férula de los sindicatos CC.OO, UGT, empresariales etc. así como de IU y otras formaciones izquierdistas que cuidan de su parcela como auténtico reino de taifa.
· Delimitar las atribuciones del sindicato y del partido de la clase obrera.
El PCOE, estima oportuno, de acuerdo con su análisis, que sus militantes deben guiarse dentro de los sindicatos por el principio irrenunciable de “UNA SOLA CLASE: UN SOLO SINDICATO. Y lucharán por inculcar en los trabajadores la necesidad de obligar a los dirigentes de sus sindicatos a iniciar un proceso que nos lleve a una CENTRAL SINDICAL UNICA.
Entendemos que el reformismo ejerce influencias en los trabajadores tanto directa como indirectamente a través de los comités de empresas. Los militantes del PCOE, sin entrar en la afiliación sindical ni política, continuarán organizando las Asambleas de Comités Delegados y Trabajadores, única manera posible de cortar dichas influencias y de contribuir a la unidad verdadera y eficaz del movimiento obrero. Mas ésta unidad tiene que estar cimentada en decisiones políticas, desbordando el ámbito puramente sindical. Será en lo político y en lo ideológico (esto último a través del partido) como únicamente los miembros de los comités se darán cuenta que sus centrales son un freno en el desempeño de su misión de luchar por los intereses de sus representados. Al partir de esta realidad contribuirán especialmente en la concienciación de los trabajadores de base, es decir, sus representados. Pero nuestro trabajo no puede reducirse a la conversión de los comités y delegados sino que es obligatorio divulgar extensa e intensivamente nuestra táctica entre los trabajadores para que actúen de fuerza de presión.
Más nuestro análisis no tendría sentido sin un claro llamamiento a la militancia para organizar a los millones de trabajadores de la pequeña y mediana empresa, sindicalmente y también en la Asamblea de Comités Delegados y Trabajadores, como ya es un hecho en algunos lugares. Sin esta premisa no será posible construir absolutamente nada, ya que hablamos de la mayoría de las clases trabajadoras
La unidad de los trabajadores será la punta de lanza en la lucha por la transformación social y eje sobre el que hay que construir el FRENTE UNICO DEL PUEBLO.
CONTRA LA CRISIS CAPITALISTA, SOCIALISMO
POR LA UNIDAD DE LOS TRABAJADORES
POR LA CONSTRUCCIÓN DE ASAMBLEAS DE COMITÉS, DELEGADOS Y TRABAJADORES
POR EL FRENTE UNICO DEL PUEBLO
PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (PCOE)
FEDERACION DE JOVENES COMUNISTAS (FJCE)