En el primer encuentro mantenido por el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su homólogo electo ucraniano, Piotr Poroshenko, celebrado antes de incluso de la investidura de éste, ambos mandatarios han discutido el aumento de la ayuda de EE.UU. a Ucrania y la solución de la crisis en el país. Sin embargo, aunque Washington expresa ahora su total apoyo a Poroshenko, no siempre lo ha visto con buenos ojos.
Cables del departamento de Estado divulgados por Wikileaks se refieren a este oligarca en
términos nada afectuosos. No en vano, en un informe de febrero del 2006, el embajador de Estados Unidos en Ucrania, calificaba a Poroshenko de "oligarca deshonroso".
A pesar de estas calificaciones, Barack Obama comentó tras su encuentro con él que elegir a Poroshenko en las presidenciales fue una "decisión razonable".
Este miércoles Obama comentó que al elegir a Poroshenko los ucranianos "rechazaron la violencia y la corrupción y eligieron la democracia en los comicios presidenciales".
En Junio de 2006, el jefe de la misión diplomática catalogaba al actual presidente ucraniano como "un político extremadamente impopular", que solo gozaba de apoyo debido a sus actividades empresariales. El embajador también llegó a asegurar que Poroshenko personificaba todos los puntos débiles de su partido Nuestra Ucrania.
Sin embargo, a partir de 2009, cuando Poroshenko fue designado ministro de Exteriores de Ucrania y defendió públicamente la integración del país en la OTAN, el tono de los cables cambió. El 9 de octubre de 2009, el diplomático James D. Pettit se refiere a él como "un hombre de negocios bien situado con amplias conexiones políticas que aboga por integrarse en la UE y establecer relaciones más pragmáticas con Rusia".
Esta semana el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, saludó la victoria de Poroshenko en las elecciones y dijo que "ganó en todas partes y se le ha dado un mandato claro de llevar al país a una nueva era".
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